Hugo Carbajal Aguilar
La sordera institucionalizada
Eduardo Galeano era un auténtico fanático del futbol. Como yo que le voy al Zacatepec. Claro, ni modo que le vaya al América. Él, como yo, ha dicho que era un buenazo jugando, podía tirar desde cualquier distancia, hacer unas fintas estratosféricas, jugadas estrambóticas, cabezazos de fuera del área, tiros con chanfle, chilenitas espectaculares y hacer gala de una velocidad sorprendente que dejaba sembrados en el pasto a contrincantes que se atrevían a hacerle frente.
Por supuesto, todo esto de noche, cuando dormía… y soñaba. De día, en vivo y en directo, era un auténtico pata de palo. Hoy –seguía diciendo el admirado escritor– sólo voy por el mundo pidiendo como un limosnero a los jugadores que veo en algún partido importante, aunque sea de la Champions: Una linda jugadita… por el amor de Dios.
Y eso, justamente eso le podíamos pedir a nuestro distinguido gobernador, una linda jugadita, al menos. Porque…
Esta semana volvieron a robar en la escuela Niños Héroes que está en el centro de Cuernavaca, sobre la Av. Cuauhtémoc cerca del IMSS y a un lado de la Iglesia de San Juan. Se llevaron dinero en efectivo que las maestras guardaban producto de rifas y kermesses organizadas con sus niñitos, la computadora de la dirección, un ventilador de un salón de clases y hasta la parrillita donde calentaban sus alimentos. Los delincuentes, haciendo gala de su amabilidad, asaltaron a un jovencito estudiante de secundaria justo antes de las 7 de la mañana, ya sobre la Av. Cuauhtémoc. ¿Qué le quitaron a ese niño?
El año pasado, cuando el Cuau era presidente municipal de Cuernavaca, sufrieron otro robo en el que se llevaron hasta el tanque de gas. ¿Hubo respuesta de las autoridades?
No, no hubo la menor respuesta. Ni siquiera fueron a revisar el sitio, a conversar con las maestras y su directora, a enterarse de cómo había pasado el atropello. Nada.
Este es el segundo o tercer robo que sufren los profes de esa escuela.
Sigamos. La secundaria 12, ubicada en La Carolina también fue robada. Ahí se llevaron un comedorcito y una sala que los profes habían comprado justo un mes antes, así que los ladrones llevaban hasta camioneta de mudanzas en un descarado y planeado robo. Lo mismo: ¿hubo investigación?
Ene-O: Nel. Ambas escuelas no están en las orillas o alejadas, están en sitios concurridos y, se supone, vigilados.
El Cuau no ha entendido –y ya va para largo– la tarea que se echó a cuestas. Ojalá se organizara una rueda de prensa, en la cual los periodistas lo acribillaran a preguntas, entrevista grupal que aireara este enfermizo ambiente de sordera e inutilidad institucionalizada, en la que la ciudadanía morelense no encuentra ninguna respuesta a sus angustias cotidianas.
Preguntémosle, en ejercicio transparente y en auténtico uso de la libertad de expresión. A ver gobernador: ¿Ya saliste a los municipios que no conoces? ¿Ya caminaste por sus calles y platicaste con los vecinos? ¿Te acercaste a ellos poniéndote a su disposición? O sólo fue cuando andabas en campaña…
Pide que alguien te lleve, para decirte: cómo puedes meter gol en Axochiapan,
cómo puedes tirar un penalti en Cuautla, cómo podrías driblar a un par de contrincantes en Zacatepec, cómo harías fintas en Jantetelco, cómo te podrías inventar otra Cuauteminha en Ocuituco…en fin.
Pregunta, no está por demás, no puedes seguir recargándote en la gente que supones que sabe. Tu Secretario General es hijo de Pedro Ojeda Paullada, un individuo que se significó como represor en la guerra sucia ocupando diversos cargos con presidentes mafiosos como Luis Echeverría. ¿Lo sabías? Tu jefe de Oficina es un vocero del equipo de futbol, no un funcionario con experiencia en estas lides. Tus secretarios y directores vienen del PRI, del PAN y del PRD porque te hicieron creer que eras el indicado. Y tú te lo creíste.
Y no, francamente, no.
Las extorsiones siguen, la delincuencia crece, las complicidades se suceden. ¿Más ejemplos? Sale. Un par de trabajadores de Ocotepec que hacían pancita los domingos (por cierto, muy sabrosa), acaban de cerrar su negocio amenazados por un cártel de extorsionadores que les dieron santo y seña de sus propios nombres y domicilios. Es más, les dijeron que la ronda policíaca de Ocotepec ya estaba pagada, así que no se fueran a molestar por denunciar esa amenaza de extorsión.
No se trata, pues, de declarar sin ton ni son, ni sólo de tomarse la foto, ni de únicamente firmar convenios, ni de quejarse ante la federación. Vamos perdiendo y por goleada, así que una cuateminha que te aventaras Gober, no nos caería mal. Chance así destanteas a los enemigos y la fanaticada morelense te aplaude.