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Opinión

Hondureño en tránsito

Jesús Peraza Menéndez

Es simple todo. Te quitaron la tierra en la que producían tus abuelos y padres, además de, por si no alcanzaba para el gasto diario, lo indispensable para sobrevivir. Así seguiste trabajando la tierra en Honduras para sembrar el autoconsumo, sí se fueron algunos de la familia al Norte para mandar dólares y completar el sustento. Estos países centroamericanos avecindados en ese istmo continental estrecho que los hace ser las pequeñas repúblicas con los territorios de menor extensión que comparten la selva tropical entre montañas y volcanes que hacen una con Chiapas porque la ecología no imagina fronteras, eso es humano, se llama “división política”, en realidad es económica, responde a intereses de los dueños de las empresas que se convierten en Estado y gobierno, son los dueños de la economía y el ejército las bananeras estadounidense como United Brand o Standar Fruit , las cafetaleras y cacaoteras suizas, alemanas, y lecheras como la Nestlé.

La culpa es un mal original como el pecado: se es pobre porque es la prueba divina del sacrificio con los misterios de la fe, la que hace a muchos sufrir mientras colma de bienes y riqueza a los dueños. Es el derecho en la “libre competencia”, calor entre monopolios que se imponen sobre los vencidos en las guerras civiles, es la fuerza de las armas, la paz entonces viene con la renuncia a los derechos humanos elementales, la fuerza de trabajo es un factor de la competencia voraz entre especuladores, usureros, terratenientes-territoriales, industriales-comerciantes, que antes ofrecieron el progreso a cambio de sacrificios de los asalariados. Mintieron, robaron, reprimieron, destruyeron humanidad y naturaleza.

Sobrevivías con formas ancestrales de producción, conviviendo con humildes comunidades campesinas sin mayor ostentación que la ecología magnífica de selva y montañas, un primitivo con algunos visos de progreso industrial. Producías por lo menos una parte de lo necesario para existir con limitaciones y días de fiesta, tenías, por decirlo de algún modo, la pobreza en tu tierra como íntimo refugio. Además, todas y todos en Honduras producían el plátano que consume la sociedad estadounidense. O Guatemala produce café que va al mercado europeo, o Costa Rica café, plátano, cacao, carne y leche todo con arreglo de trasnacionales. ¿Qué cambió?

¿Por qué despojar a las comunidades?, desplazar a los jornaleros, ¿por qué derrocar a un gobierno legítimo y legal para imponer una bota militar? y luego, ésta “elige” su gobierno títere gerencial alineado con Estados Unidos, ¿por qué cerrar fábricas, maquiladoras? La producción agropecuaria se industrializó operada con sistemas computarizados robotizados, la industria también es la globalización con ciencia aplicada, los académicos casi todos son empleados del gobierno, de los propietarios. Son millones de trabajadores en el mundo sólo en los Estados Unidos 5 millones de empleos desaparecieron con la robotización-automatización, esto cambió en el mundo la relación humana-social de lo público: salud, educación, cultura, desarrollo, para hacerlo privado, los dueños de la tecnología-militar, cobrar renta a los usuarios de cualquier forma de consumo biológica o imaginaria es biopoder, eres espiado, controlando las necesidades o creándote otras. Se le llama Renta Unica Universal y se impone a sangre y fuego y se propone desplazar 150 millones de trabajadores entre esta fecha y el 2030.

Este sistema totalitario en la organización económica que ya nos separa la administración de la producción o almacenamiento-transportación de la publicidad-comercial. Lo que requiere son siervos bajo el mando de cortes empresariales-burocráticas privilegiadas que se impone militarmente y Estados Unidos es el gran proveedor de armas y organizador de las guerras-negocio. No es el único, comparte su empresa con Inglaterra e Israel, Alemania, España y se enfrenta comercialmente a China y Rusia, a India.

Migrar es la forma más humana e inmediata con el deseo de sobrevivencia, por eso ahora estás de paso con tu familia esperando pasar la militarizada frontera de México para ir a los Estados Unidos a conseguir un empleo de siervo-semiesclavo-desechable, carente de todo derecho, con ocupación precaria y pago pírrico, es otra forma de agonía quizá menos dolorosa. La otra posibilidad es un sueño, se niega con impotencia, cada quien se enfrenta solo a los amos del mundo. Pero solos no valemos ni podemos nada, unidos los trabajadores somos invencibles.

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