Jesús Peraza Menéndez
Es la derecha, chocan entre ellos mismos, tienen diferencias por lo que se debe hacer con AMLO. Algunos proponen hacerle juicio político, se lo gritan a los que simplemente le mientan la madre al presidente de la 4ta Transformación o piden su muerte, es la voz de una delgada silueta de señora del Pedregal de San Angel “el chairo debe morir porque le está haciendo mucho daño a México” ese patrimonio adjudicado con los gobiernos neoliberales en el que excluyeron al 80% de los mexicanos. En Yucatán su pancarta reza: “AMLO saca la basura centroamericana de nuestra patria”, con ese sentido de señores de hacienda. La derecha, sin embargo, se quedó con la representación del gobierno de AMLO en Yucatán son panistas o ex panistas. MORENA histórica, es una conformación de apóstoles dóciles sometidos a oportunistas arribistas.
El Subcomandante Marcos Galeano, tras largo silencio en la celebración de la insurrección zapatista en Chiapas en voz de Moisés le declara, de entrada, la guerra a AMLO, se pronuncian contra los mega proyectos del “Tren Maya” y sembrando vida, los árboles de la reforestación propuestos por el gobierno recién electo con 32 millones de votos, 60% del padrón electoral de equivocados. Derrotó a los otros nueve partidos juntos PRI-PAN-PRD-MC y una amalgama de partiditos-empresas-familiares ahora se reagrupan en un partido de derecha pero en franca descomposición y decadencia. La fortaleza del EZLN, es la autoorganización de la resistencia de los refugiados de la Selva Lacandona que les ha dejado sobrevivir en municipios autónomos con Juntas de Buen Gobierno con un modo de producción de café de exportación y milpa para autoconsumo, socialismo campesino-indio, acosados sistemáticamente por el Ejército mexicano que resguarda intereses de terratenientes-trasnacionales-traficantes de seres humanos y drogas. Marcos omitió el estallido de la migración por el Sureste mexicano hacia Estados Unidos porque replantea la organización de la clase trabajadora, también omitió citar la realidad objetiva de la ecología con la explotación petrolera, el tráfico de drogas, seres humanos, el saqueo forestal, la destrucción irreversible de cuencas hidrológicas contaminación y erosión. La condición inhumana de las comunidades y pueblos bajo el yugo de trasnacionales y los monopolios salinistas de transporte de pasajeros y carga, la condición en las maquiladoras con ocupaciones denigrantes e ingresos insignificantes, que no vendrá con el Tren Maya sino que ya están aquí con el Tren la Bestia. La condena de los megaproyectos de AMLO prende en las vacías y desmovilizadas bases de apoyo entre estudiantes y académicos que se suman sin analizar la situación concreta y la correlación de fuerzas, no se necesitan análisis sesudos, es una amalgama de fragmentos de derecha prinopanista desechados, las reminiscencias del estalinismo mexicano fracasado que quedó de los comunistas históricos, la mayoría ya muertos, con sus diferentes partidos en cada época con la URSS y con la caída del socialismo en un solo país, se suman personalidades nacionalistas, intelectuales, el proceso electoral se vierte en el punto álgido de las decisiones políticas pero no en la lucha de clases que sucede como una historia paralela. La izquierda, en sí el zapatismo en la Selva Lacandona y grupos pequeños que sobreviven a duras penas teniendo como blanco de ataque a MORENA y AMLO por alguna extraña razón no van contra los neoliberales, no hay acuerdo indispensable con movilizaciones pero en medios circunstancialmente coinciden con la derecha desde Brozo, Dense Dresser, la plantilla de Televisa, Carmen Aristegui, parte de la revista Proceso, Enrique Krause, autoexiliado; Claudio X, vocero de los billonarios, todos condenan los megaproyectos de AMLO, el Tren Maya en particular.
Las masas dan su batalla con iniciativas propias espontáneas o bien organizadas, las luchas francamente obreras de maquiladoras en Yucatán o en Matamoros en la frontera Norte por aumento de salario, los maestros que han encontrado la mesa de diálogo con AMLO. Las trabajadoras del DIF en la CDMX acusadas por la directora morenista de exigir “derechos soviéticos” que son laborales indispensables en realidad, pero hay matices con actos del liberal AMLO que hay que llevar hasta sus últimas consecuencias y enfrentarlo cuando propone sacrificar más a la clase trabajadora para hablar con el Evangelio como ha puesto de moda san AMLO: Carlos Urzúa quería la vicepresidencia totalitaria, la dictadura de la Secretaría de Hacienda para contrarrestar las mínimas reformas y esfuerzos del liberal AMLO que perdona sin respeto a la Constitución, pero ya sacó a parte de los mercaderes del templo, es bueno, pero también hay que multiplicar los panes y los peces, y si el capitán romano no cree ser digno de invitarnos a su mansión, simplemente que devuelva lo que se robó como todos los neoliberales corruptos e impunes mientras se hace una izquierda fuerte con la clase trabajadora.