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Opinión

El Grito dado

Jesús Peraza Menéndez

La transición conservadora va, avanza a paso de ciudadanos que celebran el 16 de septiembre, día de la Independencia política mexicana, son unos miles, ciento cincuenta mil, cuyo deseo fue gritar con el presidente AMLO sin banderas de MORENA, sin partidos políticos ni militares, la entraña con la indignación contenida precisa gritar ¡chingado!

Y claro, hay inevitables comparaciones con sus antecesores prinopanistas. Recordar que con el panista Vicente Fox de “la dialéctica de dependencia” la subordinación total al imperialismo bushoniano, pero fue la gente al Zócalo a manifestarse porque creyeron en ese gobierno de la derecha moderna de la Coca-Cola. El primer año Fox bajó del balcón del Palacio para convivir con la gente, había esperanza que pronto desapareció, comprendieron que era una extensión continuada del salinismo, un empleado de la elite neoliberal, mandilón, dirigido por su pareja la corrupta Martha Sahún, con costumbres cortesanas tollas de cuatro mil pesos, blusas de 5,000 dólares, muy bien, pero las pagaba del gasto público, cuando dejaron el gobierno se robaron hasta el papel de baño. FECAL, para mencionar otro, llegó por default sin grito de independencia, soberbio, prepotente empleado de la administración estadounidense, no tenía simpatía popular, llevó acarreados para el remedo de otros gritos de trámite y para fotografía de la dependencia.

Ni hablar de Enrique Peña Nieto, no sabía no tenía ni idea de la vida de los próceres independentistas. Montó con Televisa cada un año un show degenerado con la asistencia de los beneficiarios de treinta años de saqueo, asesinatos, masacres neoliberales contra el pueblo.

No cabe ninguna comparación.

AMLO, el liberal, dirige la transición vaciando una verdad sobre otra, la crítica a la administración neoliberal que lo volvió oposición en su natal Tabasco y luego Jefe de Gobierno de la CDMX y candidato a la presidencia de la República, enfrentó el fraude electoral que le arrebató la presidencia pero se mantuvo en campaña permanente hasta derrotar electoralmente al candidato de la elite o mafia del poder, a los fifís dado ese tono cortesano que la casta gobernante ha dado a la lucha política en la lucha de clases son claros políticos, pero no vienen de una carrera ascendente de esfuerzo de familias trabajadoras, son la aristocracia que sirve a los dueños, los grandes propietarios, no son los “pinches proletarios” morenos, mestizos, más indios a los que se refería con puntualidad la hija de EPN. Ellos pertenecen a alcurnias, descienden de políticos enriquecidos con el saqueo o de plano hay consanguinidad por algún pariente ibérico, o alemán como el profesor Hank González y le buscan conexiones con la realeza.

AMLO es un clasemediero cuyo ingreso económico familiar venía del comercio, aunque reclama su proporción española por el apellido Obrador que refiere a la ocupación de su antepasado español. Nada, como en otros hay mezcla, mestizaje: “Mis abuelos paternos eran veracruzanos, corría por sus venas sangre blanca, india y negra. A mucho orgullo, jarochos de la cuenca del Río Papaloapan. Mi papá llegó a Tepetitán en 1952, como trabajador petrolero. Mi madre, Manuelita, estaba dedicada a atender la tienda de mi abuelo. Manuelita siempre fue comerciante. De joven se embarcaba en cayuco, una canoa hecha de un gran árbol hueco y viajaba vendiendo mercancías en todas las rancherías, ubicadas a la orilla de ríos, arroyos y lagunas.” (Periódico de Morena).

Es real la diferencia entre AMLO con la realeza neoliberal, viejos o ricos de nuevo cuño. El Grito de Independencia en la dependencia con la imposición político-militar trumpiana que cumple al pie de la letra el canciller neoliberal Marcelo Ebrad, contiene para críticos, neutros que no lo son, para los fascinados, intensidades de energía social que coincide en un despertar y el monstruo sigue ahí pero con esta verdad dicha en la mañanera con la austeridad funcional de AMLO sin ostentaciones inhumanas. Es este momento de emociones espontáneas en la transición conservadora con la clara convicción de que se tienen que resolver necesidades indispensables, detener la represión, la persecución, los secuestros, la destrucción y despojo de comunidades indias, de campesinos y de trabajadoras y trabajadores, que la libertad viene con la conciencia política de clase social para construir otra cultura, por lo pronto ¡Viva México! con los que luchan por las justas causas sociales.

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