León García Soler
En plena tempestad de la globalidad financiera y las verdades alternativas de Donald Trump, Andrés Manuel López obrador anuncia que el primero de diciembre del primer año de la 4T rendirá su cuarto informe a la Nación, Nadie dijo que sería informe de gobierno, ni ante el Congreso de la Unión. Y en la ONU subió a la tribuna Marcelo Ebrard, tras el Presidente de El Salvador, quien ahí mismo se tomó una “selfie”.
Menos mal que el Canciller mil usos no sufrió la humillación de hacer prolongada antesala, como la hecha en Washington en espera de que lo recibiera Mike Pompeo, secretario de Estado del pomposo inquilino de la Casa Blanca. Ah, las verdades alternativas del tal Trump y la historia de dos ciudades: en el mejor de los mundos, en el peor de los mundos. En aquel, vuelve a usar de escudo y pretexto al Presidente de México: “usa” a México, dijo, porque los del Partido Demócrata nada hacen para cambiar la política de asilo; y agradece al Presidente de México haber enviado 27 mil soldados a defender la frontera de los USA de la invasión de migrantes. Entre los cuales sigue habiendo mexicanos a los que Trump sigue llamando ladrones, violadores, criminales.
Temprano respondió López Obrador: “Nosotros, sin baladronadas, sin exageraciones representamos con dignidad a nuestro país y no tenemos nada de quée avergonzarnos, se defiende la soberanía de México (...) No queremos confrontación (...) de manera especial nos interesa una buena relación con Estados Unidos.” Paz y amor. Pero al Norte de la frontera se oyen clarines de guerra. El Congreso ha iniciado la investigación para dar paso al impeachment, juicio político por abuso de poder y “crimes and misdemeanors” cometidos en agravio de la Constitución de loa USA. Y así como agradece al Presidente López Obrador, ordena o aprueba el cambio de correspondencia con Vladimir Putin y otros jefes de Estado y de Gobierno a un sistema electrónico ultra-secreto, al que no tienen acceso poder alguno. Y entre esa correspondencia se incluye una “carta del Presidente de México”.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, decidió llegado el momento de ejercer las facultades de esa Cámara para investigar la burda maniobra del Presidente Trump en conversación telefónica con el Presidente de Ucrania. En el tono inmortalizado por el Padrino, Trump hizo una oferta que el aliado no podía rechazar. Y la hizo con la retención de cientos de millones de dólares, dinero aprobado por el Congreso para ayuda al aliado en virtual estado de guerra con la Rusia de Putin. Le pidió el favor de investigar presuntos delitos de Joseph Biden, precandidato del Partido Demócrata a la Presidencia, adversario del mercader que buscará la reelección.
Por favor (Iba a escribir: con todo respeto, como dice AMLO, pero él lo hace como aviso de que lanzará un ataque, cargo o burla a algún adversario de entre los conservadores que no son anarquistas). Repito, pues, por favor señor Presidente haga público el contenido de esa carta, para no tener que decir, “¿y yo por qué?”, como Vicente Fox antes y después de escuchar su voz diciéndole a Fidel Castro: “Cenas y te vas”. El texto no fue grabado, según informa la Casa Blanca, pero la transcripción por escrito pudiera dar lugar a confusión y desconcierto entre el pueblo bueno, los fifíes y los mexicanos del común. No importa qué tan secreto sea el sistema en el que ocultan esas misivas, se harán públicas en el largo y duro proceso que ya se ha iniciado en el Capitolio.
Los sinarquistas que en realidad son conservadores, según el lenguaje de la Cuarta Transformación, en el que lo anunciado para el futuro ya es realidad presente, volvieron a la violencia, esta sí anarquizante, que destruyó propiedades privadas y volvió a pintarrajear y abollar la Puerta Juliana del Palacio Nacional. Impedirlo con la fuerza pública del Estado, conforme al monopolio del uso de la violencia legal que le otorgan las normas constitucionales, mal puede calificarse de abuso de poder para reprimir al pueblo. Y si lo es, conforme a las facultades del titular del Poder Ejecutivo de la Unión, y su visión política y social, debería ser al menos con la firmeza con la cual el Presidente López Obrador reprendió a los manifestantes que llegaron hasta su hotel en su constante peregrinar.
No tienen derecho, le dijo en esa ocasión, a venir hasta el lugar donde habito, donde descanso y duermo. Y ahí, tras las puertas del Palacio Nacional, habita, descansa y duerme el Presidente de la República. En la que fue casa de Juárez y sede del Congreso Constituyente de 1856. Los conservadores de entonces armaron escándalo y acusaron a los liberales puros, diputados del liberalismo radical, de todos los males que en el mundo han sido. Y ahí, al discutir el texto del artículo 1º, que en la Constitución de 1824 iniciaba con las palabras, “en el nombre de Dios...”, Ignacio Ramírez, El Nigromante, alzó la voz para asegurar que respetaba el mandato de diputado constituyente y se negaba a iniciarlo mintiendo.
Viene la tempestad y de nada sirve esconderse bajo techo a esperar que los rayos no alcancen a incendiar los planes y programas de perpetuidad del poder, y el rechazo de la separación de Iglesia y Estado. Nuestra Constitución establece claramente que la nuestra es una República federal, democrática y laica. No hay, no puede haber libertad religiosa en un estado teocrático. Unicamente el estado laico garantiza la libertad de creencias. No es cuestión de tolerancia sino del derecho individual bajo el imperio de la ley.
Cuarto Informe al cumplirse un año de la Cuarta Transformación, los trabajos y los días de la más larga campaña electoral desde el poder y bajo el amparo de las instituciones del Estado moderno mexicano. En las mañaneras se produjo el choque esperado del vencedor incontestado de las elecciones presidenciales, con el INE, antes IFE, con el cual debate sin ceder un ápice el presidente peregrino. Acato la ley, ha dicho, pero que no se confundan, no somos los mismos y quienes nos acusan de violaciones a la ley electoral son quienes cerraron los ojos a los incesantes y flagrantes fraudes de los gobiernos del pasado. Así sea. Pero esas instituciones reconocieron su victoria democrática sobre el cadáver del sistema plural de partidos.
Al Norte de la frontera, cuya defensa a cargo de 27 mil soldados mexicanos, ha empezado un batalla política que podría restaurar la verdad, los hechos, la soberanía del pueblo, por encima de la mentira, las verdades alternativas; así como el sufragio universal y un horizonte libre del imperio de la desigualdad, la acumulación progresiva y exponencial de la riqueza de los pueblos y naciones de esta Tierra amenazada por el calentamiento global y la ambición sin límites de los explotadores del hombre y de la energía fósil, del carbón al gas y las gasolinas, hasta la nuclear. La naturaleza no necesita al hombre. Pero la amenaza de extinción lo incluye al lado de las especies ya amenazadas y en extinción.
En la ONU, donde no se escuchó la voz de los mexicanos de a pie, sino el tímido reclamo del canciller Ebrard, resonó el llamado de una joven Sueca de 16 años que acusó a los dueños del dinero y a sus mozos de estribo en los gobiernos del mundo entero, de haberles robado su presente a los jóvenes: ¡Cómo se atreven! Les dijo la formidable agitadora, a cuya voz se alzaron las de millones de jóvenes y niños en todos los rincones de la Tierra.
¿Cómo se atreven? El neoliberalismo y la criminal acumulación de la riqueza, la multiplicación de los pobres, no se acaban por decreto. Por ahí se escuchan los versos de Neruda con música de Tata Nacho: “Campesino, levántate y cabalga con Zapata/ La tierra se reparte con un rifle.”/ (“Borrachita me voy para la capital/ a servir al patrón que me mandó llamar anteayer...”)
Y Trump se irá al basurero de la historia.