QUIEN FUE descubierto como propietario y beneficiario de varias concesiones de agua es el actual senador Jorge Carlos Ramírez Marín. De acuerdo con información difundida recientemente, el legislador federal encabeza la lista de políticos favorecidos con casi un millón y medio de metros cúbicos de agua, volumen que en conjunto equivale a cerca de tres mil albercas olímpicas.
No es el único señalamiento que pesa sobre él. También se le acusa de haberse hecho de extensas superficies de tierra durante su paso por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). La llamada lista de los señores del agua es encabezada por el legislador federal yucateco y en ella aparecen nombres como la diputada federal y exministra Olga Sánchez Cordero; el exjefe de asesores del expresidente Andrés Manuel López Obrador, Alfonso Romo Garza, y el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya.
La información no tardó en generar ruido, particularmente en Yucatán, donde rápidamente se vinculó con el extenso rancho del senador ubicado en Motul, conocido como Tierra de Osos. La combinación de concesiones de agua, propiedades de gran escala y exposición mediática nacional coloca a Ramírez Marín en una posición incómoda, justo cuando mantiene —nada disimulada— la intención de competir por la alcaldía de Mérida. Como dicen en los pasillos políticos: “si el río suena es porque agua lleva”. Veremos qué sucede y qué explicaciones ofrece el popularmente conocido como el Gordito Marín.
LA NAVIDAD, dicen, ablanda corazones y despierta la generosidad incluso en la clase política, aunque no siempre completa el círculo de los agradecimientos. En el mensaje navideño que el delegado del Bienestar, Rogerio Castro, grabó y difundió en sus redes sociales desde el árbol del remate de Paseo de Montejo, hubo emoción, recuerdos y hasta nostalgia. Habló de cuando solía pararse ahí para cantar a la gente y de lo distinto que se siente ahora —dijo— formar parte del Bienestar al lado de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la secretaria Ariadna Montiel.
El detalle, comentan con ceja levantada, fue lo que no dijo. En su entusiasmo, Castro omitió mencionar al gobernador Joaquín Díaz Mena, una ausencia que no pasó desapercibida y que otros cuadros de Morena también han replicado con puntual silencio en sus redes sociales. Ignoró al mandatario estatal como si se mandara solo, colocando implícitamente a la figura de Ariadna Montiel por encima de la máxima autoridad del estado.
LAS POSADAS revelan más de lo que aparentan. Y la que fue bautizada con el discreto nombre de Entre amigos terminó siendo algo más que un brindis decembrino. Ahí reapareció Liborio Vidal Aguilar: exsecretario de Educación, exdiputado federal y local, exalcalde… ex de cargos, pero no de política.
Bastó una llamada para que acudiera gente, más por nostalgia que por cariño o lealtad. Liborio insiste en que no está en pausa. La política —ya se sabe— también se construye con estructuras que sobreviven al calendario. Quienes daban por retirado al amigo Libo quizá se adelantaron. El mensaje fue claro: quiere seguir vigente, intenta reconstruir músculo territorial y no planea desaparecer del mapa rumbo a 2027. Y más aún: entre murmullos de sobremesa, ya se empieza a asomar el 2030.
No pasó desapercibida la presencia de Chelito Carrillo, director del Ayuntamiento de Mérida, quien posó sin problema para la foto del recuerdo. Tampoco la del funcionario municipal Gabriel Mena Guillermo, personaje de trayectoria camaleónica: antes de ser liborista, fue parte del equipo del entonces dirigente del PAN —hoy morenista— Raúl Paz; después fue cercano a las filas de Renán Barrera Concha, excandidato panista a la gubernatura, quien ha señalado sin recato que uno de los principales artífices de su derrota electoral fue, precisamente, Liborio Vidal.
La pregunta quedó flotando en el ambiente: ¿Gabriel Mena y el Chelito asistieron con conocimiento y venia de la alcaldesa panista Cecilia Patrón… o fue, más bien, un guiño político enviado al vallisoletano? Para completar el rompecabezas, no pasó desapercibido que la presidenta Claudia Sheinbaum haya señalado posibles inconsistencias constitucionales —en materia de paridad de género— en las candidaturas a la gubernatura de Yucatán y San Luis Potosí. Si ese criterio prospera, existe la posibilidad de que en 2030 no sea obligatorio postular a una mujer en Yucatán.
La última palabra, claro, la tendrá el Congreso local, y lo que primero ocurra en San Luis Potosí marcará la pauta. Mientras tanto, la posada dejó algo claro: no sólo se abre una ventana para Liborio Vidal, sino para varios que ya empezaron a tomar nota.
LA NAVIDAD también exhibe la inexperiencia. Y en el Colegio de Bachilleres del Estado de Yucatán (Cobay), este diciembre dejó una lección dura, de esas que no aparecen en los cursos de inducción. Al 21 de diciembre, cuando la ley es clara y no admite matices, maestras, maestros y personal administrativo del Cobay seguían sin recibir el aguinaldo que, por mandato de la Ley Federal del Trabajo, debió pagarse a más tardar el día 20.
No hubo prórroga legal ni excepción posible. Sólo hubo silencio. El problema, comentan al interior, tuvo nombre y apellido: la inexperiencia en la gestión del recurso federal. Un aprendizaje administrativo acelerado que terminó por descuidar lo que para cualquier trabajador del sector público es casi sagrado y se espera todo el año con disciplina casi religiosa: el aguinaldo completo y a tiempo.
En los corrillos educativos, el señalamiento apuntó directamente al director general, Didier Barrera Novelo, a quien reprochan no haber dado la cara ni ofrecido una explicación clara. Mientras tanto, las reuniones con sindicatos y con la Segey iban y venían, pidiendo prudencia, pero sin comprometer fechas concretas. La incertidumbre se alargó y el malestar también.
Porque cuando el error administrativo se traduce en mesas sin cena completa, el discurso técnico pierde toda empatía. Dicen que al fi nal el problema se encauzó y el pago llegó el día 22, pero la lección quedó clara y llegó envuelta en espíritu navideño: en el servicio público se puede fallar en muchas cosas, menos en tocar aquello que la base laboral considera intocable. Porque la Navidad perdona errores… pero no el aguinaldo.
LA APROBACIÓN de la Ley para la Atención e Inclusión de las Personas Autistas por parte del pleno del Congreso del Estado de Yucatán dejó claros ganadores y también perdedores. Por un lado, el diputado panista David Valdez Jiménez salió bien librado tras superar resistencias internas y externas para sacar adelante una iniciativa impulsada originalmente por él y complementada con propuestas de Morena y Movimiento Ciudadano. Con ello, Valdez Jiménez se consolida como uno de los legisladores de oposición más productivos, cuyas iniciativas han logrado consenso entre todas las bancadas.
En contraste, emergió la fi gura de la diputada Clara Paola Rosales, quien como presidenta de la Comisión de Salud y Seguridad Social tuvo durante meses la iniciativa en su cancha sin avanzar en su análisis ni perfeccionamiento. De acuerdo con versiones legislativas, la falta de impulso obedeció a la intención de que prosperara exclusivamente la propuesta de su bancada. Sin embargo, en el tramo final del proceso destacó por conducir el debate de manera parcial y descuidada, lo que terminó por exhibir una conducción política deficiente.
EL PODER JUDICIAL del Estado inició su periodo vacacional acompañado de una gira silenciosa de despedidas. Al menos cinco personas juzgadoras han notificado que, entre diciembre de este año y marzo de 2026, concluirán su etapa en funciones para solicitar su jubilación. La noticia ha generado inquietud dentro del propio sistema judicial, ya que el Consejo de la Judicatura deberá definir si nombra de manera provisional a secretarios de acuerdos como jueces, o si designa a integrantes del Poder Judicial sabiendo que su permanencia será breve.
El escenario no es menor: para 2027 está prevista la renovación total de la judicatura mediante voto popular, como resultado de la reforma al Poder Judicial aprobada este año. Entre salidas anticipadas y cambios estructurales inminentes, la transición se perfila compleja y cargada de decisiones estratégicas que marcarán el cierre de una era
NO ESTÁ TENIENDO unas felices fi estas el director de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Mérida, Arturo León Itzá. Dicen quienes conocen el tema que ha recibido una serie de llamadas de atención constantes por su manejo de los eventos navideños convocados por la comuna meridana, que van desde las caravanas colonia por colonia, el encendido de arbolitos navideños en parques de fraccionamientos, hasta la puesta en marcha de la polémica pista de hielo.
El motivo de los regaños, señalan, es que el manejo logístico ha dejado mucho que desear y que los números financieros no le cuadran al expresidente del PAN meridano, pues aseguran que presuntamente se ha beneficiado a personas de su grupo con la operación de estas actividades
CULTUR LLEVÓ adelante su ya tradicional posada anual, con asistencia casi completa del personal. Sin embargo, lo que debía ser una celebración terminó dejando más comentarios que aplausos. Llamó la atención cuando el encargado de despacho, Enrique Alayola, tomó la palabra y aseguró que este año los ingresos de los paradores turísticos habían sido muy buenos. Una afirmación que sorprendió a más de uno, si se toma en cuenta que la semana pasada esta columna informó —con datos concretos— que la realidad fue exactamente la contraria, con números que estarían casi 50% por debajo en comparación con 2024.
Según pudo reconstruir este espacio, la versión de “un año exitoso” no sólo no se sostiene, sino que fue rápidamente desmentida por empleados de la propia Cultur, quienes confi rmaron que los ingresos estuvieron lejos de ser positivos. Todo indica que las palabras de Alayola no fueron casuales, sino una reacción directa a los rumores que comenzaron a circular tras la publicación de la información correcta en esta columna. Un intento de apagar el incendio… que terminó avivando aún más las llamas. Y como si faltara algo más para agitar las aguas, en los pasillos de Cultur comenzó a circular un rumor que muchos califi can de delicado y otros, directamente, de explosivo.
Según versiones que han cobrado fuerza en los últimos días, el encargado del parador turístico El Corchito, en el puerto de Progreso, Dante Méndez González, volvería a estar bajo la lupa por una presunta vinculación con el tráfi co ilegal de pepino de mar, un delito severamente penado en Yucatán.
El murmullo no surge de la nada. Algunos recuerdan —y no pocos lo hacen con memoria precisa— que Méndez González ya estuvo involucrado en una causa similar en el 2013, cuando fue detenido junto con Miguel Ángel Gómez y Javier Arauz, tras haber sido sorprendidos en flagrancia traficando pepino de mar de manera ilegal. Aquella causa derivó, según registros de la época, en penas de prisión efectiva. Hoy, más de una década después, su nombre vuelve a aparecer en conversaciones internas y externas, esta vez en calidad de funcionario activo de Cultur, lo que vuelve el tema particularmente escabroso.
EL SINDICATO de Maestros del Conalep Yucatán, encabezado por su secretario general, Julio Santos Gómez, llevó a cabo su tradicional posada navideña, a la que habitualmente asisten los docentes sindicalizados de los distintos planteles. Pero este año hubo un gesto que no pasó desapercibido.
Por primera vez, se decidió invitar a los docentes del plantel Mérida 3, quienes desde hace muchos años no han sido sindicalizados, debido a que nunca han sido reconocidos presupuestalmente por la Dirección Nacional del Conalep. La intención fue clara: integrarlos, convivir y permitirles participar en los premios y en la celebración como un acto de inclusión. Sin embargo, lo que parecía un buen gesto rápidamente se volvió incómodo. Según versiones de los propios docentes, el jefe de departamento del Conalep Mérida 3, Walter Salazar, les advirtió que debían “atenerse a las consecuencias” si alguno acudía al festejo sindical.
La advertencia fue recibida con sorpresa y desconcierto por los maestros, quienes no lograban entender qué consecuencias podría tener asistir a una posada a la que habían sido invitados formalmente. Con el paso de las horas comenzó a circular una explicación que, de confi rmarse, abriría un frente delicado: trascendió que no existiría interés alguno por parte de la Dirección en que los docentes del Mérida 3 se integren al sindicato formal. En cambio, Felipe Duarte tendría la intención de impulsar la creación de un sindicato propio, exclusivo de ese plantel, para competir con la organización sindical ya establecida.
Una idea que, según especialistas y docentes consultados, no existe en ningún otro plantel del Conalep a nivel nacional, donde todos los maestros forman parte de un mismo sindicato, sin distinciones. Estas grillas internas, lejos de resolver problemas históricos, podrían generar un quiebre con el personal docente, tensiones innecesarias y, eventualmente, confl ictos mayores como paros o huelgas.
EL PASADO fi n de semana se llevó a cabo la boda civil de Ermilo Barrera Novelo, celebrada en la casa de sus padres, Ermilo Barrera Jure y Noemí Novelo, ubicada en la colonia Montebello.
Fue un evento sobrio, agradable y bien cuidado, con una concurrencia aproximada de 100 personas, integrada prácticamente en su totalidad por familiares, amigos cercanos y amistades del nuevo matrimonio. Nada ostentoso, nada multitudinario… y, sobre todo, nada político.
Y es que llamó la atención que prácticamente no asistiera ningún político, algo que no fue casualidad. Según pudo saberse, fue una decisión expresa del propio secretario de Economía, quien dejó claro desde el inicio que no tenía intención alguna de politizar su boda, pese a que algunos medios intentaron hacerlo en el pasado reciente.
De hecho, trascendió que varios personajes del gabinete buscaron activamente ser invitados, argumentando cercanía o amistad, pero la postura se mantuvo firme: la boda sería exclusivamente un evento personal, lejos de reflectores, discursos y fotos incómodas.
EN EL AYUNTAMIENTO de Mérida comenzó a crecer el malestar al interior de la bancada de Morena, luego de que el regidor Adrián Gorocica se negara a dejar la coordinación de los regidores, cargo que —según el propio estatuto interno— debió abandonar desde octubre pasado, ya que la responsabilidad es rotativa y con duración de un año. La situación no pasó desapercibida entre sus compañeros de fracción, quienes consideran que la permanencia prolongada en la coordinación no sólo es irregular, sino que también rompe los acuerdos internos bajo los cuales se organizó el grupo edilicio. El descontento ha ido en aumento y, según trascendió, ya se analiza llevar el tema directamente ante el presidente del partido, Carlos Bojórquez Urzaiz, para solicitar que se haga respetar la normatividad interna y se proceda al relevo correspondiente.
Pero no solo se trata de estatutos. En el fondo del asunto aparece también el argumento de la equidad de género, ya que dentro de la bancada consideran que la coordinación debería recaer ahora en la regidora Denise Pérez, como parte de una rotación justa y acorde a los principios que el propio partido promueve.
PUES LO QUE llamó —y mucho— la atención fue lo ocurrido durante el evento del Gobernador en el Mercado Renacer, realizado en La Plancha, donde la lista de invitados estuvo integrada exclusivamente por funcionarios del Gobierno del Estado y alcaldes de Morena.
Sin embargo, entre las filas oficiales apareció un personaje que desentonó políticamente, pero no protocolariamente: el alcalde panista de Progreso, Erick Rihani, quien no sólo asistió como invitado especial, sino que además apareció en prácticamente todas las fotografías, siempre cercano al Gobernador, recorriendo el evento y dejándose ver con él en todo momento. Para muchos, este acercamiento no es casual. Todo comenzó cuando Rihani fue el único alcalde del PAN que asistió al informe de la alcaldesa de Izamal, también de Morena. Desde entonces, su presencia en eventos encabezados por el Gobernador se ha vuelto constante, siempre con buena sintonía y sin gestos de confrontación.
Esta dinámica, dicen algunos, no ha caído nada bien entre ciertos panistas de mentalidad obsoleta, de esos que siguen creyendo que la única forma de hacer política es a base de choque, grilla y confrontación permanente. Mientras tanto, Rihani parece apostar por otra vía: la del diálogo, la cercanía institucional y la construcción de puentes, aunque eso implique romper viejos dogmas partidistas.
EL YA TRADICIONAL Desayuno de la Amistad, que desde hace más de 30 años organiza Rubén Calderón Cecilio, registró la asistencia más baja de toda su historia. Un dato que no pasó desapercibido y que, dicen, no es casualidad. El desplome en la convocatoria estaría íntimamente ligado a la realidad actual del PRI, un partido que prácticamente ya no tiene militancia activa, ni mucho menos fi guras de renombre dispuestas a dejarse ver en eventos donde el tricolor sea protagonista… o mezcluido, como dicen en corto algunos de los ausentes. La imagen del salón semivacío contrastó fuertemente con otros años, cuando el desayuno era punto de encuentro obligado para la clase política priista y sus aliados.
Y ya entrados en en el terreno de las lecturas políticas fi nas, llamó poderosamente la atención la relación que exhibieron Rolando Zapata Bello y Dulce María Sauri durante el encuentro. Lejos de la tensión que muchos esperaban, ambos compartieron mesa, charla y risas, conviviendo con evidente comodidad y cercanía, como viejos amigos que se conocen de años y que saben navegar juntos incluso en aguas turbulentas. La escena contrastó —y no poco— con la enemistad pública y los ataques constantes que la propia Sauri ha lanzado contra Alejandro Alito Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, a quien ha cuestionado abierta y reiteradamente. Lo curioso del asunto es que Alito Moreno es, a su vez, aliado político de Rolando Zapata Bello, lo que deja una postal tan llamativa como contradictoria: armonía total en la mesa, mientras fuera de ella se cruzan dardos políticos de alto calibre.
Aún en vacaciones decembrinas Todo es personal.