Síguenos

Última hora

Murió Giorgio Armani, el padrino del estilo italiano y figura clave en la moda, a los 91 años

Opinión

El peligroso ojo de un huracán

"Yucatán lleva mucho tiempo sin ser afectado por un huracán intenso o mayor, que son los de categoría 3,4 y 5 de la escala Saffi r-Simpson", escribe Juan Vázquez Montalvo.
Juan Vázquez Montalvo
Juan Vázquez Montalvo

El pasado 1 de junio inició formalmente la Temporada de Ciclones Tropicales 2025 para la zona IV que comprende el océano Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe. En esta zona se encuentra la Península de Yucatán, y hasta el momento solo seis ciclones se han formado: cinco tormentas tropicales y un huracán mayor categoría 5 de la escala Saffir-Simpson, y cero afectaciones en daños, aunque Erin dejó muerte a su paso, con lluvias en las islas de Cabo Verde cuando era tormenta tropical. Fuera de eso, todo tranquilo.

Definitivamente, esto es algo completamente anormal, máxime que las condiciones son favorables para la formación de ciclones, por la presencia del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) en fase neutra, la temperatura de las aguas de toda la cuenca están arriba del promedio, hemos tenido la presencia de la oscilación Madden Julian (perturbación atmosférica) y de las ondas Kelvin (pulsos de agua cálida o fría en el océano), que favorecen la formación de ciclones, pero cuando se presentaron, la alta presión de Azores mandaba aire seco a la zona del Atlántico tropical; además, las ondas tropicales al salir de África estaban vigorosas y ni así se formaron. Sin embargo, no hay que bajar la guardia porque aunque sean pocos los que formen, basta con que uno nos afecte para decir que fue una mala temporada de ciclones tropicales.

Yucatán lleva mucho tiempo sin ser afectado por un huracán intenso o mayor, que son los de categoría 3,4 y 5 de la escala Saffi r-Simpson. El último ocurrió en septiembre del 2002 y, en consecuencia, la afectación del ojo o centro que se forman con los huracanes; este ojo es característico de los mayores o intensos, tiene por lo general forma de círculo, y mientras más intenso sea el huracán, el círculo es casi perfecto; dentro de él no hay formación de nubes, y mientras más lento se mueva el huracán, más grande en diámetro tiende a ser el ojo; dentro existe una zona total de calma, casi no hay viento, y si lo hay es de poca intensidad; el cielo está entre despejado a mayormente nublado; es una calma engañosa la que se percibe dentro del ojo, por ejemplo, cuando pasó el huracán Janet sobre Chetumal, en el año de 1955, se vio hasta la Luna llena.

En Yucatán, el huracán Isidore ingresó por Telchac Puerto con categoría 3, bajó su intensidad de los vientos en zonas aledañas a ese puerto antes de debilitarse a categoría 2, pero su ojo con calma se sintió en Telchac Puerto, Telchac Pueblo y zonas aledañas. En 1988, el huracán Gilberto ingresó con categoría 4 por Tizimín y salió por Telchac Puerto con categoría 3, antes de semi-estacionarse, el ojo se expandió hasta la ciudad de Mérida, de las 19:00 hasta las 23;00 horas, lapso de casi calma, hasta que el punto central alcanzó el puerto de Sisal y comenzó a moverse rumbo al Golfo de México; una racha de viento de casi 250 km/h avisó que Mérida estaba en el borde del ojo. Nunca hay que salir cuando esté pasando el ojo del huracán, la población debe estar en total resguardo, ya que las rachas de viento más fuertes se encuentran en el borde y hay que esperar que las autoridades informen que ya pasó el peligro, para poder salir.

Ya tiene rato que los yucatecos no sentimos el paso del ojo de un huracán, por lo que el peligro de que la gente salga cuando sienta que hay calma es bastante alto, con el consiguiente peligro que, como se dijo, esto representa, ya que en sus bordes se encuentran los vientos más fuertes.

Se cumplen 37 años del paso de Gilberto y 23 de Isidore, la última vez que sucedió esto, prácticamente toda una generación, y además, en ese lapso mucha gente de fuera ha venido a residir a Yucatán y no tiene ni la mínima idea de lo que es vivir la experiencia de un huracán mayor; nos referimos al antes, durante y después del paso de estos colosales fenómenos meteorológicos.

Siguiente noticia

El gran Roberto Clemente