Por Luis Enrique Tuz
CHETUMAL, 28 de octubre.- Las pruebas de laboratorio arrojaron que la muerte masiva de abejas en los apiarios del municipio de José María Morelos, fue a causa del dicloro difenil tricloroetano o DDT, pero ya se resarcieron los daños y se buscan los mecanismos idóneos para que no vuelva a suceder, afirmó el titular de la Sedarpe, Pedro Pérez Díaz.
El pasado mes de septiembre, apicultores de la comunidad de Candelaria, se vieron afectados por la mortandad de miles de abejas, al utilizarse para fumigar 4 hectáreas de chile habanero, lo que ocasionó la pérdida total de 260 colmenas, pero en todos los casos sólo utilizaron el DDT, el cual fue el principal motivo.
El titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpe), señaló que la semana pasada se reunió con los apicultores y les comentó que José María Morelos, se ha caracterizado por ser un municipio eminentemente agrícola, y en 40 o 45 años no se había dado ese tipo de casos.
“Eso nos obliga a tomar medidas preventivas y de concientización para trabajar de manera coordinada con los productores para que no vuelva a suceder”.
Pérez Díaz expresó que el productor de chile habanero reconoció su error y se comprometió a darles un dinero a los apicultores afectados, pero no se le aplicó sanción alguna, pues se reparó el daño y quedó el compromiso de no utilizar ese tipo de insecticida en futuras cosechas.
También dijo que apicultores de la comunidad de Candelaria, en el municipio de José María Morelos, recibieron a través del programa Peso por Peso, 132 colmenas, 260 equipos apícolas, 56 cajas de cera y 14 velos, con una inversión de 304 mil 320 pesos.
Asimismo dijo que se establecerá un trabajo más coordinado y directo con los productores para que el próximo año, en el programa Peso por Peso, únicamente se entreguen productos orgánicos para no ocasionar afectaciones en la flora y fauna de la entidad, sobre todo para generar más y mejores oportunidades para incrementar la productividad.
Por su parte, Wilson Ayala Mex, representante de los productores afectados, dijo que el apoyo recibido es importante para recuperar parte de la actividad. “Nunca había pasado en este poblado la mortandad de miles de abejas, yo creo que ni en el municipio ni en el estado, la apicultura es nuestra única fuente de trabajo y sustento para nuestras familias”.
Finalmente, Santos Enrique Canché Chablé dijo que nunca les había pasado este problema, pero desafortunadamente llegan personas que compran terrenos y no manifiestan al comisariado ejidal que son empresarios y van a realizar una actividad productiva, por lo que muchas veces no miden las consecuencias del daño que causan los químicos que utilizan para fumigar sus cultivos, los cuales afectan severamente a la flora y fauna de la comunidad.
Cabe destacar que el DDT, entre los años 70’s u 80’s, se llegó a prohibir internacionalmente; sin embargo, se ha permitido el mantenimiento de unas pocas fábricas para satisfacer las necesidades de algunas áreas palúdicas y del tercer mundo, ante la ausencia de insecticidas más baratos y eficaces.
Desde el 2007, en que el uso debía ser cero, siendo sustituido por otros insecticidas nuevos, menos tóxicos y más biodegradables.
La paradoja es que en muchos países, contra lo acordado, se ha seguido utilizando, las novedades esperadas ante el empuje de la investigación química no acaban de llegar; además aparecen muchas críticas que no están totalmente de acuerdo con la supresión total del DDT.