Por Karina Carrión
COZUMEL, 21 de noviembre.- Con una muestra de fortaleza y voluntad, alumnos del Centro de Atención de Estudiantes con Discapacidad (CAED) del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y Servicios (CBTIS) número 28 “José Vasconcelos”, buscan abrir más espacios que permitan una inclusión general para el sector de los discapacitados.
Al menos así lo expresaron algunos de los alumnos del plantel, quienes después de marchar en una histórica participación del desfile cívico-deportivo realizado el pasado 20 de noviembre, demostraron la fuerza y voluntad que existe en cada uno de los jóvenes que son dirigidos por la docente Reina Rosario Ruiz Sandoval, quien junto con el profesor Héctor Mendoza Guevara ha buscado abrir nuevas oportunidades educativas para los jóvenes cozumeleños que presentan discapacidades y que eso no ha sido obstáculo para ninguno de los alumnos que forman parte de dicho plantel.
A diferencia de otros alumnos, los jóvenes tienen aparentemente limitantes por la condición física, ya que algunos de los estudiantes no pueden sostenerse por sí solos, algunos padecen de parálisis cerebral y en otros casos han sido víctimas de ésta durante su corta edad, lo que los ha dejado con secuelas de discapacidad motriz, visual o intelectual, pero ninguna de las condiciones han sido ataduras para los jóvenes que siempre quieren aprender más y más, ha declarado la coordinadora del centro de estudios.
Es de recordarse, dijo, “que comenzamos con cuatro alumnos y hoy en día se tiene 51 estudiantes con discapacidades entre las que se contemplan: discapacidad auditiva; motriz, visual e intelectual, así como con síndrome de Down, situación que nos obliga a ampliar el plantel por la demanda que ha surgido y porque cada día demuestran que no hay límites, a pesar de la discapacidad que viven”.
Un claro ejemplo fue la histórica realización de pirámides humanas que efectuaron los alumnos del plantel CAED, quienes con todos los cuidados de la docencia, ensayaron durante más de dos meses para que pudieran presentar sus tablas rítmicas y deportivas como los alumnos de las demás escuelas, pues era una de las exigencias de los mismos estudiantes que le habían hecho a los maestros y que lograron concretar tal acción, incluyendo a los alumnos en sillas de ruedas, quienes fueron la “base” de esas pirámides que exhibieron en el pasado desfile del inicio de la Revolución Mexicana, robándose los aplausos de los propios alumnos de otros planteles que ahí estaban presentes, mostrando así la fortaleza y voluntad de cada uno de esos jóvenes.