PAYO OBISPO, BACALAR, 31 de agosto (De la Redacción).- Pobladores de la comunidad Payo Obispo, municipio Bacalar, comentaron que desde el mediodía del jueves comenzaron a escuchar de manera intermitente el ruido de avionetas, y dos horas más tarde vieron que elementos del Ejército Mexicano se desplazaban hacia un punto del camino sacacosechas de esta localidad.
La lejanía de esta población hace que en sus brechas y caminos ocurran este tipo de situaciones, ya que según los pobladores, de un tiempo a la fecha se ha incrementado el avistamiento de avionetas o el escuchar el motor de éstas por las noches.
La comunidad Payo Obispo, que colinda con el municipio de Othón P. Blanco, se encuentra alejada y aparentemente olvidada por el ayuntamiento de Bacalar, con el pretexto de su difícil acceso y la lejanía respecto a la cabecera municipal.
En el lugar se puede ver que la escuela primaria está casi abandonada, ya que la mayoría de los alumnos prefiere estudiar en la escuela de la comunidad vecina de Huatusco.
El parque de esta demarcación luce solitario; las pocas personas que se encuentran en la calle son esquivas al momento de hablar del tema de la narco-avioneta; prefieren evitar el tema y seguir su camino.
Los pocos que se atreven a comentar algo dicen que el ruido de motores aéreos es cada vez más habitual en las noches.
“No es siempre, pero ya no es extraño escucharlos”, dijo un poblador.
Comentan que la policía viene una vez a la semana y que sólo es de entrada por salida; aparentemente no le interesa estar en la comunidad, lo cual hace sumamente favorable la situación para que se desarrollen actividades delictivas.
Otra de las situaciones que abona es que el comisario de la comunidad no vive ahí, sino que radica en Xul-Há, población del municipio de Othón P. Blanco cercana a Chetumal, y sólo se presenta un día a la semana.
Según los habitantes, si hay un problema de esta índole ni se mete, a pesar de que es su responsabilidad informar a las autoridades correspondientes.
Los habitantes de Payo Obispo comentaron que el camino sacacosechas significó una buena obra para los pobladores de la comunidad, ya que en su momento ir a su parcela representaba mucho esfuerzo, pues era un camino lodoso y precario.
Sin embargo, al construirles estos 16 kilómetros de caminos sabían que vendrían de la mano problemas, ante la falta de vigilancia policial.
Ahora los habitantes de Payo Obispo son un poco más cautelosos, ya que es más común ver gente extraña en camionetas grandes circulando las brechas y los caminos.
Aunque los pobladores los ignoran, sienten que el riesgo es latente, pues la gente de la comunidad siente que este estilo de vida es una tentación para los jóvenes de este pueblo.