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Quintana Roo

Plaza Flamingo, otro 'elefante blanco”

Por Yolanda Gutiérrez

A punto de convertirse en un elefante blanco Plaza Flamingo, en caso de que ningún inversionista se interese por su suerte. Volvió a aparecer una enorme manta en lo alto de la fachada que anuncia su renta o venta, pero hasta el momento los trabajadores que laboran en locales con salida a la calle, los únicos que permanecen abiertos, desconocen por cuánto tiempo más se mantendrán en sus puestos.

Fue en la noche del 30 de abril cuando Plaza Flamingo cerró definitivamente, y para el primero de mayo, Día del Trabajo, todos los accesos al centro comercial, que se encontraba en franca decadencia desde años atrás, quedaron cerrados con cadenas y candados, impidiendo el paso al interior, ante la sorpresa de los turistas.

Entre los negocios emblemáticos de la plaza destacaron en su momento Planet Hollywood, Margaritaville y Pat O’Brians, además de Bubba Gump, restaurante especializado en mariscos que aún presta servicio a un costado del edificio de la plaza.

No corrió con tanta suerte el Outback Steak House, restaurante tipo sport bar, en el que los comensales podían disfrutar de sus deportes favoritos en pantalla grande, primer negocio con acceso por la avenida que sucumbió al cierre.

De manera extraoficial, se dio a conocer que a los propietarios del restaurante se les venció el contrato y por lo tanto tuvieron que desocupar, al igual que sucederá con los negocios que aún permanecen activos sobre el bulevar Kukulcán

Todos los accesos al interior de la plaza están cerrados con cadenas y candados y desde el pasado primero de mayo nadie puede pasar a su interior y los negocios que tienen doble entrada, por la avenida y por el inmueble, mantienen cerradas las puertas que comunican con la plaza, limitándose a atender a los clientes que ingresan desde la avenida principal.

Entre los negocios que aún trabajan se encuentran varios locales dedicados a la venta de artesanías, prendas de vestir típicas de la zona, una farmacia, una casa de cambio, arrendadora de vehículos, centro de atención a clientes de una empresa telefónica, banco y una tienda de conveniencia abierta 24 horas, además del carismático restaurante Bubba Gump, que se encuentra en otra ala de la plaza.

A estas alturas, los empleados de los negocios que aún subsisten sienten incertidumbre sobre su futuro e ignoran hasta cuándo podrán conservar su fuente laboral.

“Desde el primero de mayo seguimos trabajando de manera normal, cuando llegué me sorprendió que los accesos a la plaza estuviesen cerrados, luego me enteré de que se iba a vender la plaza. Lo que me extraña es que supuestamente ya se había vendido por lo que me parece curioso que esté la manta en la fachada”, comentó la empleada de uno de los negocios de artesanías que por el momento sobrevivió al cierre.

Al recorrer la parte exterior de la plaza comercial se pudo constatar que no eran muchos los turistas que se encontraban en las inmediaciones a comparación con la temporada de verano, lo que refuerza el dicho de los prestadores de servicios, en el sentido de que octubre es mucho peor que “septihambre” y por mucho que nos quieran hacer creer las autoridades, el número de visitantes ha sufrido un importante decremento.

Los escasos turistas se sentían sorprendidos al pretender ingresar a Flamingo y encontrar las cadenas y candados en todos los accesos, lo que sólo les dejaba como opción los locales abiertos sobre la avenida, de los cuales la mayoría no eran de su interés.

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