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Quintana Roo

Escaso aforo de bañistas

Por Yolanda Gutiérrez

Moderada presencia turística en las playas de la Zona Hotelera, pese a las favorables condiciones climatológicas registradas el viernes, con cielo despejado y brillante sol; no obstante durante la noche y madrugada el termómetro descendió hasta los 20 grados centígrados, conforme avanzaban las horas la temperatura se tornó mucho más agradable, hasta alcanzar los 27 grados.

Los principales balnearios públicos reflejaron una escasa presencia de bañistas, hasta el punto que en Gaviota Azul, una de las más frecuentadas, apenas se contabilizaron unos 300 bañistas, desde la roca que divide esta playa de los arenales de Chac-Mool, hasta la punta de la escollera.

Con una temperatura máxima promedio de 27 grados centígrados al mediodía, el viernes fue por demás agradable para disfrutar del sol, el mar y la arena, pese a lo cual las playas públicas no registraron buenos aforos, mientras que se observó un mayor número de turistas, en su mayoría extranjeros, en los arenales que colindan con los hoteles.

En playas como Las Perlas, Langosta y Pez Volador la afluencia de usuarios era mínina, en tanto que se observó un poco más de movimiento en Tortugas, pese a lo cual se encontraban ocupadas pocas mesas, camastros y sombrillas.

Mientras que en Gaviota Azul, donde el sargazo se niega a desaparecer al cien por ciento y diariamente amanece con manchones de algas sobre la arena, se apreció un mayor número de bañistas, aunque elementos de Protección Civil encargados de la seguridad de los usuarios en aquel balneario estimaron un aforo de alrededor de 300 personas en el área comprendida entre la escollera y la roca que separa Gaviota Azul de Chac-Mool.

En esta playa algunos grupos de amigos de la localidad se mezclaban con el turismo nacional y extranjero que no se conformaba solamente con los arenales de los hoteles en los que se hospedaban.

Elementos de la Policía Turística recorrían Gaviota Azul a bordo de cuatrimotos, pendientes de cualquier altercado que pudiera suscitarse, en tanto una pareja de uniformados trepó, no sin trabajo, los empinados escalones de la torre de vigilancia de los guardavidas para observar mejor la playa desde las alturas y de paso aprovecharon para tomar un pequeño descanso a la sombra.

Y de nueva cuenta se nota el contraste entre las playas certificadas y los balnearios que carecen del distintivo Blue Flag, estos últimos en buena parte descuidados, con la arena repleta de colillas de cigarro, corcholatas e incluso algunos pedazos de vidrio que podrían lesionar a los bañistas, al encontrarse semienterrados y por ende no ser detectados a simple vista.

Prestadores de servicios turísticos y usuarios en general se preguntan si tan difícil le resulta al ayuntamiento impedir la entrada de envases de vidrio a las playas no certificadas, pues no se vale que mientras por un lado se presuma de playas limpias, las que no cuentan con la bandera azul permanezcan casi en estado de abandono.

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