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Quintana Roo

Toxina de medusas podría combatir células cancerosas

Por Salvador Canto

En el laboratorio de Toxinología de Cnidarios del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), adscrito a la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) con sede en Puerto Morelos, la doctora Judith Sánchez Rodríguez, investigadora titular, ha encontrado junto a su equipo de trabajo, un potencial farmacológico en especies marinas como anémonas y medusas, que ataca, mitiga y detiene el crecimiento de células tumorales sin dañar células sanas.

En entrevista con Por Esto! Quintana Roo, la doctora Sánchez Rodríguez, puntualizó que luego de varios años de mucho esfuerzo, han tenido un importante avance con los estudios dentro del laboratorio de toxinología, lo que podría significar un logro importante para la ciencia mexicana.

“Lo que aquí hacemos es estudiar a algunas de las especies pertenecientes a los cnidarios, que son anémonas, medusas y en colaboración con algunos colegas, también los corales y lo que estamos haciendo es sacar algunos ejemplares del océano, los purificamos y tratamos de encontrar la actividad biológica que tienen”, explicó.

Destacó que “lo que hemos visto con algunos de ellos, es que tienen la capacidad de producir sustancias activas; en el reino animal, los cnidarios son organismos muy primitivos, sin embargo, han desarrollado un organelo que se llama ‘cnidocisto’, y en el están contenidas sustancias tanto neurotóxicas como citotóxicas”.

Aclaró que neurotóxico significa que puede atacar al sistema nervioso central, como por ejemplo, producir una parálisis, un paro respiratorio y paro cardíaco.

En tanto que citotóxico o citolítico, es que puede atacar la piel, como por ejemplo “cuando tenemos la oportunidad de entrar al mar y entramos en contacto con alguna medusa y se siente que quema, lo que ocurre es que estos organelos se disparan e inyectan las toxinas tanto las del tipo neurotóxico como citotóxico que hacen que se vean y se sientan las reacciones”.

Sánchez Rodríguez refirió que los químicos utilizados para las quimioterapias combaten todas las células que se reproducen, y los compuestos de las anémonas en estudio sólo a las malignas. “Hay mucho interés por los compuestos de las anémonas, de las que extraen proteínas y polipéptidos y se realizan bioensayos en cultivos celulares. A largo plazo, podría ser un medicamento eficaz”.

Resaltó que estas especies marinas no son explotadas, pues sólo se ocupan para encontrar la secuencia de aminoácidos que producen este efecto, para posteriormente ser sintetizados, lo que no pone en riesgo al ecosistema y se conservan en buen estado.

A pesar del potencial que los científicos han encontrado en estas especies marinas, aún no hay ningún medicamento con estos compuestos. “Estamos investigando para que en algunos años ya pueda tenerse y tratar a pacientes con cáncer”.

Dijo que estos compuestos son de tipo polipeptídico y proteico; purificarlos, “lleva un prolongado tiempo, se hace la purificación por medio de diferentes técnicas como son cromatografías de líquidos y cromatografía de alta presión, durante este proceso, se realiza un monitoreo de la actividad –dijo-, probamos su actividad, paso a paso, tanto actividad neurotóxica como citolítica y hemos visto que algunos de ellos tienen la capacidad de atacar células de tipo tumoral”.

“Estamos trabajando fuertemente en esto, purificar e identificar cuál de esa parte de compuesto aislado es la que está actuando contra la células tumorales”, afirmó.

“Nosotros hacemos los bioensayos que son los que nos dan la posibilidad de valuar los compuestos y esto se hace mediante bioensayos in vitro en tejido celular que se adquiere de las fuentes adecuadas, como la ATCC, que es una empresa que se dedica a vender células tumorales o sanas. Es la única en el mundo que lo hace y nosotros la compramos y entonces de manera directa a la célula se le va aplicando el compuesto y es así como nosotros vamos evaluando”, reveló.

Destacó que lo han comparado con algunas células que no son tumorales y no tienen esa especificidad, lo que quiere decir que actúan específicamente en algo, por ejemplo, con las neurotoxinas trabajan en los canales iónicos dependientes de voltaje, digamos que una célula es permeable para poder meter y sacar iones y lo que hace es que tiene cierta especificidad a esos iones.

Resaltó en este proyecto el trabajo que realiza la estudiante de postgrado, Antonia Colom Casanovas, que está enfocada con una anémona, específicamente en los compuestos neurotóxicos y los ven ya específicamente en canales de sodio dependiente de voltaje.

“No todo lo que tienen estos organismos es malo, sino por el contrario, si podemos de estas sustancias sustraer algo que pueda tener beneficios, sería genial y eso es precisamente lo que estamos haciendo”, insistió en la entrevista concedida a este medio de cobertura regional.

La investigadora, insistió que este trabajo, no es de uno solo, sino que “tenemos colaboración con compañeros del Instituto de Química de la UNAM como es el doctor Roberto Arreguín, con el Laboratorio Nacional de Canalopatía, Instituto de Neurobiología, Universidad de Querétaro, entre otras. Hay otra de mis estudiantes de licenciatura, probando otros compuestos también en canales iónicos en el Laboratorio Nacional de Canalopatías, en el Instituto de Neurobiología donde está justamente Antonia (Colom Casanovas) de la UNAM, con el doctor Rogelio Arellano y con el doctor Manuel Aguilar, en donde se está trabajando todo esto en colaboración”.

“Yo creo es un trabajo arduo, pero siempre con la finalidad de encontrar algo positivo para el ser humano y sobre todo, si nos damos cuenta, el ser humano al usar diferentes medicamentos, ha creado resistencia a diversos medicamentos, por lo tanto, se requieren encontrar nuevos para poder tratar enfermedades”, subrayó.

Ventajas

Al encontrar los compuestos activos y saber cuál es la estructura química no se sacarán los productos del mar.

Mencionó que la ventaja de trabajar con proteínas o polipéptidos es posible, saber cuál es la secuencia de estos aminoácidos y posteriormente, hacer la síntesis, lo que significa que no necesitamos estar sacando para poder producir un medicamento, sino que ya se puede hacer la síntesis química para generar el compuesto que actuará de manera similar a la toxina.

“Estamos casi a punto de tener algo concreto, ya tenemos la secuencia de uno de los compuestos activos y estamos trabajando para mandar a sintetizarla y terminar de hacer las pruebas para corroborar los resultados obtenidos en las células cancerígenas”, mencionó.

Logro importante,

pero aún falta mucho

Sostuvo que algo importante es que “no porque nosotros ya lo encontramos (el potencial farmacológico), va a salir inmediatamente al mercado, lo cual no es posible porque se tienen realizar las pruebas preclínicas y clínicas antes”.

Recordó que ya hay compuestos de organismos marinos que están en el mercado para diferentes usos, como por ejemplo del Conus (Prialt) que es un gasterópodo que se está utilizando para los enfermos terminales de cáncer, particularmente para mitigar el dolor.

Dijo que también está otro que fue extraído de unas acidias que se llama Halaven para cáncer de tejidos blandos que está en el mercado, que ha salido de otros países.

Sin embargo, abundó que en México “somos muy pocos los que trabajamos este campo y estamos colaborando justamente para poder obtener este tipo de resultados que posiblemente ya se tengan muy pronto”.

Es importante

cuidar el arrecife

La doctora Judith Sánchez Rodríguez dejó en claro que si esto llega a ser un compuesto activo, no se requiere extraerlo de los organismos, sino que ya sería mediante la síntesis química, porque “nuestra preocupación está enfocada en cuidar el arrecife”.

No se trata –comentó- de extraer los compuestos, si no más bien es cuidar el arrecife, estar procurando que esté saludable porque es algo vital.

“Algo que sí tengo que señalar, es que todo lo que tenemos en el arrecife, es una diversidad muy amplia de especies y al haber esto, puede generar este tipo de toxinas como por ejemplo, que los cnidarios sean mucho más activos”.

A manera de ejemplo, destacó que la barrera arrecifal de Australia, tiene a una de las medusas altamente tóxicas, pero justamente por esa diversidad. “Entonces hay competitividad entre los mismos organismos y generan estas toxinas y sustancias activas”.

Por ello, dijo que es importante motivar a la población de Quintana Roo y a los turistas a que no toquen los corales, anémonas, medusas y ningún organismo, ya que “tenemos un arrecife que es muy frágil y que debemos de cuidarlo”.

El trabajo y avances

La investigadora fue clara al exponer que no es lo mismo hacerlo in vitro que es esta parte, que llevarlo a nivel médico, eso lleva años, porque además, los compuestos que podrían ser efectivos podrían tener efectos secundarios pudiendo dañar otro órgano.

“Entonces es muy importante esperar que se realicen todas estas pruebas y esto normalmente ya no lo hacemos los investigadores, sino las farmacéuticas, y si esto resulta, desde luego puede sacarse la patente que sería para la UNAM y posteriormente, si hay alguna farmacéutica interesada, se hacen las pruebas clínicas y preclínicas y todo el procedimiento correspondiente en beneficio al ser humano, cuidando que no cause efectos secundarios que es algo muy importante”.

El mar y la medicina

Sánchez Rodríguez mencionó que todos los primeros medicamentos que han salido al mercado y que consume el ser humano han sido extractos de plantas porque eran mucho más accesibles desde la antigüedad y que a partir de los años 70, fue cuando se comenzó la investigación en organismos marinos debido a las nuevas técnicas de buceo, lo que permitió poder permanecer más tiempo bajo el mar y empezar a estudiar a las especies.

“Una estudiante de maestría que estuvo realizando parte de su tesis, trabajó con una anémona y descubrió que tiene la capacidad de generar protectores contra rayos UV y hay muchas cosas muy interesantes que pueden ser útiles”, mencionó.

También, apuntó que con otra especie con la que están trabajando, descubrieron que tiene la posibilidad de paralizar esperma de cerdo, pero no los mata y esto, podría ser como una primera aproximación a lo que podría ser un anticonceptivo, por ejemplo.

“Entonces, hay muchas cosas que se pueden obtener y hacer con las investigaciones con productos del mar, desde encontrar las neurotoxinas que podrían ayudar a mejorar el ritmo cardíaco o las neurotoxinas para ayudar a las personas enfermas de Alzheimer o Parkinson”.

La diversidad de enfermedades que pueden ser abordadas a través de diferentes ángulos es muy amplia y justo por eso, es que colaboramos con investigadores de diversos institutos porque ellos son expertos en diversas áreas de investigación.

“Por otro lado, estuvimos colaborando con investigadores del Instituto de Fisiología Celular y vimos también que algunas de estas toxinas tenían la posibilidad de promover la producción de insulina, que es tan importante para los enfermos de diabetes”.

El ICMyL apoya en formación de recursos humanos

Finalmente, la investigadora comentó que “aún cuando somos un Instituto de Investigaciones, también estamos apoyando al Postgrado de Ciencias del Mar y Limnología, tenemos estudiantes de postgrado tanto de maestría como de doctorado, y también recibimos estudiantes de la Universidad Politécnica de Quintana Roo que realizan estancias, así como de diferentes universidades del país”.

“Tenemos chicos a nivel licenciatura, de maestría o doctorado que hacen su tesis con lo que incidimos en la formación de recursos humanos. Esto es algo muy importante que está realizando la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales (UASA) y todos los colegas están abiertos a ello, no solo hacemos investigación, sino también incidimos en la parte de docencia, impartiendo clases a nivel de postgrado, recibimos estudiantes y participamos en la formación de los estudiantes en las diversas áreas”, concluyó.

Cabe decir que entre los estudiantes que se encuentran en estos momentos en el laboratorio de Toxinología de Cnidarios del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM a cargo de la doctora Judith Sánchez Rodríguez, están Antonia Colom, Ivonne García, Gerardo Catana y Mariela Álvarez.

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