Por Gerardo Reynoso
En aquel ya lejano 12 de enero de 1975, el diputado constituyente por Quintana Roo Mario Ramírez Canul, ya sabía que se daba un paso de riesgo al crear el municipio Benito Juárez, hoy mejor conocido como Cancún.
El riesgo, relata el propio forjador del caribe mexicano y respetado quintanarroense, se basaba en el hecho de que, al momento de aprobar el documento de creación, se tenía conocimiento de que se adelantaba un proceso social y económico que, si bien es cierto significa éxito para alcanzar el potencial turístico, también generaba dudas por la falta de insfraestructura y atención que requería la ciudad
Para identificar bien a Mario Ramírez Canul, hay que revisar los libros de texto de la historia de la entidad para encontrar que formó parte de la la primera legislatura del Congreso del Estado, en sesión del 4 de diciembre de 1974 se dio entrada al anteproyecto de ley para dotar al estado de su propia constitución, la cual fue aprobada el 9 de enero de 1975 y promulgada tres días más tarde.
Esta primera legislatura fue electa con siete diputados propietarios, por el mismo número de distritos locales en que se dividió el Estado y sesionó en un local ubicado en la intersección de las avenidas Álvaro Obregón y General Anaya, en la ciudad de Chetumal. En la actualidad es el teatro Constituyentes del 74.
Antes, Ramírez Canul fue titular de la junta de Conciliación y Arbitraje, profesor de preparatoria en la capital del estado y un distinguido ciudadano que, a la fecha, genera respeto, por ser parte de la historia viviente de la entidad
Y es por eso que Mario Ramírez Canul es voz autorizada en el caribe mexicano para establecer la transformación que ha vivido Cancún y como llegó, desde su punto de vista, a sufrir el embate de la inseguridad y la complicidad que genera la presencia de la delincuencia organizada en el caribe mexicano
Desde aquel punto de partida en 1975, a la fecha, la realidad indica que esa falta de infraestructura en varios rubros – principalmente en el de seguridad -, no sólo se mantiene sino que se ha agudizado hasta crear problemas que generan estragos en las administraciones municipales del gobierno de Cancún
“Cuando firmamos y aprobamos la creación del municipio Benito Juárez, estábamos muy conscientes de que adelantabamos todo un proceso, que era algo que tenía un factor de riesgo por la falta de infraestructura. Aún con esto, se confió en que el éxito y el empuje que traía ya Cancún con cinco años de existencia, podía solucionar muchos problemas. Al día de hoy, desafortunadamente, muchos de esos problemas están latentes”, puntualiza el entrevistado
Los policías de Cancùn pasaron de contener invasiones de tierras, controlar pandilleros a enfrentar balas de alto calibre
Para entender el problema de la inseguridad que vive actualmente Cancún, Mario Ramírez Canul hace un viaje en el tiempo para establecer una condición que se conoce a la perfección, pero no se recuerda en ningún momento
En los últimos cuatro gobiernos municipales – y el actual que avanza – los resultados en materia de seguridad pública han sido escasos por no decir nulos. El problema se basa, principalmente, en el hecho de una falta de preparación y atención en los mandos medios y directivos
“Tenemos que ser muy honestos, los últimos gobiernos y este que avanza de Mara (Lezama) no han entregado resultados en materia de seguridad pública, y el ejemplo podemos ponerlo desde Paúl Carrillo, Remberto Estrada y ahora, se han rentado patrullas como una acción para combatir un problema grave. En realidad, no se ha hecho nada. Y la policía carece de infraestructura, desde la raíz”; puntualiza el entrevistado
Y esa falta de infraestructura viene de mucho tiempo atrás. La historia de Cancún como ciudad cuenta como en la década de mediados de los 80s y todos los 90s, los policías no tenían un trabajo progresivo en materia de seguridad
De hecho, los principales episodios policiacos relatados en aquellos años, daban conocimiento de cómo la policía era usada para desalojar invasiones de los terrenos que ahora se conocen como la franja ejidal de la ciudad y ubicados en los límites de la zona continental con isla Mujeres
“En aquellos años, los policías se dedican a enfrentar invasiones de líderes que salieron de una necesidad social creada por un problema de falta de planeación, pues se hizo fácil invadir tierras y buscar un patrimonio a la mala. Y este problema fue aprovechado por muchos ejidatarios, quienes negociaron con las autoridades para que se regularizaran sus tierras por ningún costo más que la presión social de aquellos tiempos, así dimos paso a colonias irregulares y a lo que conocemos como el problema de especulación de la tierra”, detalla Mario Ramírez Canul
Este problema en particular, quebró por completo a los gobiernos municipales y los convirtió en factores más allá de la política y administración publica. Resulta que los Ayuntamientos se vieron obligados a dar servicios básicos a esas colonias no planeadas que albergaban a una mayoría migrante, muchos en busca de una mejor opción de vida y otros, con otras intenciones que pasaban por delinquir para subsistir
Esta situación significó una perdida total para las autoridades. Invertían en servicios básicos de manera escasa pero al fin y al cabo era inversión, la cual no regresaba porque no se podía cobrar predial y usos de suelo en esas colonias
“Esta perdida es clave para la ciudad. Teníamos a los gobiernos parchando, haciendo remendos, y no podían obtener nada a cambio, porque no se cobraba predial ni otros servicios, entonces la inversión perdida generó desfase y desgaste en otras áreas. A partir de ahí Cancún vive de remendos”, indica uno de los personajes históricos más importantes del municipio y del estado
Una de esas áreas donde se generó desfase fue seguridad pública. Para ejemplificar esto era sencillo hacer un diagnostico de la armería, donde cada policía recibia 5 balas por turno y si tiraba una, tenía que justificar con oficio de por medio
Con tanta limitación, llegaron los años 2 mil y ahí el problema se centró en el pandillerismo. De 1999 al 2005 los reportes de riñas entre pandillas crecían mes con mes y la policía tenía que hacer frente a ellos con muchas limitantes. No había escudos, tampoco macanas. Únicamente un uniforme que no generaba respeto
“Llegaron los tiempos de los pandilleros. Se recuerdan zonas de la ciudad asoladas por los pandilleros, que incluso dominaban a la policía por falta de infraestructura y equipo. Y hay que recordar que los pandilleros no se controlaron, simplemente esas personas crecieron, hicieron familia y en muchos casos se tranquilizaron, sin embargo muchos de ellos también siguieron por el camino del delito y ahora forman parte de las células delictivas que vuelven a tener en jaque a la ciudad”; puntualiza Mario Ramírez Canul
Después del 2005 todo cambio. Los delitos de alto impacto se incrementaron de tal manera que comenzó una ola delictiva que hoy tiene balas de alto calibre de por medio y una policía municipal tomada, infiltrada, desquebrajada y llena de corrupción.
“Si hacemos el recuento, los policías pasaron de controlar invasiones, pelear con pandileros a enfrentar balas de alto calibre. Y en todo ese tiempo la falta de infraestructura era palpable pero ninguna autoridad quiso hacerse cargo de ese asunto, fundamental para un Cancún considerado como el principal destino turístico del país”, afirma Mario Ramírez Canul.
La falta de identidad, arraigo, el mayor flagelo para Cancún
Para Mario Ramírez Canul, aunado al tema de la seguridad y todo lo que se origina de esto, Cancún sigue en déficit con respecto a sus habitantes. Al sol de hoy, la falta de identidad y arraigo aparece a cada momento en personas que no valoran lo que el caribe mexicano les ha entregado para tener una mejor calidad de vida
Este déficit, además de palpable es muy evidente. El mejor ejemplo de esto ocurrió precisamente en el 2005 cuando, tras el huracán Wilma, donde la principal imagen del destino no fue la recuperación acelerada que tuvo el destino, sino la rapiña y los asaltos a colonias en penumbras
“Mucha gente piensa que en el 2005 mostramos una imagen de unión, sin embargo fue todo lo contrario. Los robos y la rapiña que se dio demostraron todo lo contrario. Eso no se olvida. Hubo mucha gente mala que actuó en la destrucción, cuando más débil estaba Cancún”, indica el entrevistado
La historias que se cuentan de Cancún en torno a sus ciudadanos con contadas. A casi 50 años de que se creara el destino, a la fecha no hay ningún joven, o persona no mayor a los 40 años que haya destacado por su labor a representar a ese cancunense que defina una identidad forjada sobre el caribe mexicano
Y para Mario Ramírez Canul, mientras eso no suceda la ciudad podrá presentar avances en varios rubros, incluso progreso y tal vez rescatar el éxito turístico, sin embargo no podrá sacarse el flagelo que se mantiene paralelo al éxito que tiene en materia de turismo
Bajo este contexto, para el principal destino turístico del país, llegó el momento de la maduración. En medio de cuestiones de seguridad, una reactivación económica importante y sin una identidad propia, Cancún enfrenta su mayor reto como ciudad
El reto es no sucumbir y convertirse en una ciudad de peligro como ocurre con otrs en distintos puntos de la república mexicana,
Por ahora, atrás han quedado los retos de sostener, mantener, cumplir propósitos en materia de turismo y sobre todo, contar los inicios de un lugar que nunca fue pensado como ciudad y que siempre fue marcado por el divisionismo social generado por los propios habitantes, los mismos cancunenses, entre aquellos que habitan en la zona hotelera y los que son residentes del centro y lugares aledaños del municipio.
Actualmente, la palabra clave que se maneja en la mayoría de los sectores de la comunidad, es establecer de una vez por todas una identidad propia y convencer a la gente que Cancún más allá de ser un centro vacacional, se ha convertido en una ciudad que irrumpe en medio de un desorden en materias como la urbana, la ecológica y la planeación.