Por Gerardo Reynoso
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reconoció que aún con el despliegue de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana no se ha conseguido bajar los índices de incidencia delictiva en el principal destino turístico del país: Cancún.
En su tradicional conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el primer mandatario de la nación señaló que “En centros turísticos no hemos podido bajar la incidencia delictiva, en Cancún, en Acapulco sí”, dijo en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.
De inmediato, las palabras del presidente causaron eco en Quintana Roo. De acuerdo con el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes, AMAV, Sergio González Rubiera, indicó la necesidad de que, a la par de reconocer el problema, también se tenga un mayor compromiso con la industria turística para cambiar la perspectiva de inseguridad que se vive en los centros vacacionales del país.
“Primero que nada, es importante reconocer, valga la redundancia, al presidente de la República por reconocer que tenemos un problema. Eso es autocrítica y por supuesto que ayuda y suma porque nos damos cuenta que la autoridad está consciente de la situación que se vive”.
Y agregó “ahora, también es importante que a la par de ese reconocimiento también se dé un mayor compromiso para solucionar un problema que puede generarnos más situaciones de riesgo, como caída de ocupación”.
Para el presidente de la AMAV en Cancún, un punto a destacar que es el deterioro de la imagen del Caribe mexicano por temas como la inseguridad y el sargazo, ha generado que otros destinos dentro del Caribe -República Dominicana y Jamaica- hayan crecido en número de ocupaciones hoteleras y arribo de turistas.
Por ello puntualizó el compromiso que debe cumplir la autoridad federal para lograr reducir lo antes posible los índices delictivos que se registran en los principales centros vacacionales del país.
Cabe recordar que, el gobierno federal anunció en febrero el despliegue de 600 elementos de las policías militar, naval y federal en cada una de las 17 ciudades más violentas, que concentran el 35 por ciento de los homicidios en el país.
De acuerdo con información presentada por la SSPC, estas urbes son: Nuevo Laredo y Reynosa, en Tamaulipas; Monterrey, Nuevo León; Celaya, Irapuato, Salamanca y Uriangato, en Guanajuato; Cancún, Quintana Roo.
Asimismo, en Chilpancingo y Acapulco, Guerrero; Manzanillo, Colima; Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco; Culiacán, Sinaloa; Ciudad Juárez, Chihuahua; Tijuana, Baja California, y la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Sin embargo, la percepción de la violencia en algunos de los principales destinos vacacionales, así como la llegada del sargazo a las costas del sur del país, ocasionaron que el año pasado registrara los peores niveles de ocupación total desde 2016 y en algunas localidades el desempeño fue incluso el más bajo desde 2015.
Playa del Carmen, Riviera Maya, Cabo San Lucas y Cozumel fueron algunos de los sitios impactados por el incremento en la violencia y la presencia del sargazo en el Caribe mexicano.
En agosto de 2017, Estados Unidos modificó el sistema de alertas con lo que cualquier brote de violencia en alguna de las entidades en México es considerado como un motivo para sugerir a sus ciudadanos reconsiderar el viaje al país, con lo que Cancún y Los Cabos fueron clasificados como destinos con un nivel 2, de tres posibles, en inseguridad.
El año pasado, Playa del Carmen fue el destino con una mayor caída en ocupación hotelera desde 2015. Este destino ubicado en el noreste de Quintana Roo disminuyó en dicho rubro 3.1 puntos porcentuales, para ubicarse en 73.1 por ciento de habitaciones ocupadas en 2018.
En los últimos tres años, el número de homicidios dolosos en Quintana Roo aumentó 208 por ciento, para cerrar en 2018 con 44.63 asesinatos por cada 100 mil habitantes, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La Riviera Maya, uno de los polos turísticos más importantes del país, también enfrentó una pérdida en el número de viajeros hospedados. Entre 2015 y 2018, el destino perdió 1.6 puntos porcentuales en cuartos ocupados, siendo el último año el de mayor retroceso con cerca de 3 puntos porcentuales.