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Quintana Roo

Pega fuerte el frente frío

Por Yolanda Gutiérrez

 

ISLA MUJERES, 9 de abril.- Cielo plomizo y precipitaciones prácticamente constantes, derivadas del frente frío número 49 en su interacción con una corriente cálida, marcaron la tónica de la jornada, ante la desolación de los prestadores de servicios turísticos.

Pese a que el puerto permaneció abierto, en virtud que los vientos no incrementaron lo suficiente como para poner en riesgo a los navegantes, a causa de las persistentes lluvias la demanda en las cooperativas turísticas fue mínima, aunque sí zarparon lanchas para realizar actividades de buceo y de pesca.

No obstante, alrededor de la una de la tarde la Capitanía de Puerto decidió restringir las actividades náuticas y sólo quedaron autorizados los cruces de ruta a embarcaciones de pasajeros y carga.

Calles y playas se apreciaron prácticamente vacías a lo largo de toda la mañana del martes, especialmente en los momentos en los que la lluvia arreciaba, cuando las vialidades quedaban despejadas por completo y los escasos transeúntes desprevenidos que no tuvieron la precaución de cargar paraguas, impermeable o chamarra se apresuraban a buscar refugio bajo alguna marquesina.

Tras llevar a cabo un recorrido por las principales playas del destino, se pudo constatar la nula presencia de usuarios en los arenales, salvo algunos que otros turistas a resguardo de la lluvia bajo las sombrillas en renta.

Incómodo momento pasaron los pasajeros de los barcos de ruta al tener que atravesar el tramo que separa la embarcación de la terminal marítima bajo la intensa lluvia; algunos, prevenidos, abrieron paraguas o vistieron sus impermeables, pero los más no tuvieron más remedio que caminar aprisa para intentar mojarse lo menos posible.

Les fue un poco mejor a los restaurantes, que registraron una mediana ocupación en sus mesas, ya que los turistas más madrugadores optaron por esperar que amainasen un poco las precipitaciones mientras desayunaban o simplemente consumían alguna bebida caliente, acorde con la situación meteorológica.

En diferentes puntos de la ciudad, tanto en el centro como en las colonias se registraron grandes encharcamientos que dificultaban la circulación a los vehículos y transeúntes, donde el nivel del agua alcanzaba las banquetas pues, aunque no rebasase la guarnición, bastaba el paso de un automóvil para formar olas que mojaban los pies a los peatones.

También sobre la Rueda Medina, avenida principal del destino, se formó el habitual encharcamiento a la altura del monumento al Pescador, por donde taxis, motos, carros de golf y vehículos particulares levantaban a su paso un oleaje que terminaba rebasando la banqueta.

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