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Quintana Roo

Hastío ante decadencia política

Por Gabriel E. Manzanilla

CHETUMAL, 3 de junio.- El abstencionismo fue el indiscutible ganador de la jornada electoral del pasado domingo, ya que en todo el estado se tuvo únicamente el 22.15 por ciento de participación ciudadana, lo que significa que de la lista nominal de un millón 247 mil 995 electores que existen en la entidad, tan sólo ejercieron su voto 263 mil 5 quintanarroenses, siendo casi un millón de personas que mostraron desconfianza y desinterés hacia los candidatos.

La baja votación del pasado domingo, tal y como lo han señalado distintos líderes de opinión, es reflejo del hartazgo de una sociedad que ya no cree en los partidos políticos ni en sus candidatos, ni en sus autoridades de gobierno, quienes están acostumbrados a prometer en campaña y no cumplir una vez que llegan al poder, buscando al pueblo únicamente cuando necesitan su voto, pero olvidándolo y dándole la espalda una vez que ya cumplieron su objetivo.

Tan es así que los votantes de la capital de Quintana Roo y su municipio Othón P. Blanco, que en las elecciones de 2016 y en 2018 alcanzaron participaciones electorales por encima del 60 por ciento del electorado, primero en apoyo de la alianza PAN-PRD y luego del Morena, respectivamente, contrastaron su participación en la jornada electoral del pasado 2 de junio, dando como resultado un marcado abstencionismo de 96 mil 318 personas que no salieron a votar en los distritos XIV y XV, cifra que equivale al 71.5 por ciento de la lista nominal en ambos distritos.

La lectura que deja esta baja respuesta del electorado, es que los quintanarroenses ya no creen en sus políticos, quienes sólo dan la cara en tiempos de campaña, acostumbrados a lucrar con las necesidades del pueblo para poder alcanzar puestos privilegiados de elección popular.

La percepción ciudadana es que la clase política del estado, sin importar el partido al que representen, ven cada proceso electoral y las candidaturas en disputa como una oportunidad para salir de pobres y/o para seguir enriqueciéndose a costa del pueblo, sin tener el mínimo interés en utilizar el cargo público para servir y contribuir al bien común de la sociedad.

Pero además, desde los tres niveles de gobierno sus autoridades han fallado una y otra vez a la ciudadanía, después de que en cada proceso electoral despiertan sus expectativas de un “verdadero cambio”, el cual nunca llega y las cosas siguen igual o hasta empeoran, sin importar los representantes populares que resulten electos.

Este hartazgo ciudadano quedó demostrado en la jornada electoral del pasado 2 de junio, donde el abstencionismo fue el principal ganador, ya que ni siquiera los militantes y simpatizantes del gobierno federal y del partido Morena salieron en esta ocasión a respaldar a sus candidatas y candidatos; que si bien se llevaron la mayoría del Congreso del Estado, no fue de la misma manera que lo hicieron sus candidatos en las elecciones de 2018, cuando arrasaron con amplia ventaja y una participación ciudadana de casi el 60 por ciento, la más alta en la historia de Quintana Roo.

La decepción también es causa del gobierno municipal que encabeza Otoniel Segovia Martínez, que hasta el momento sólo ha fallado a las familias chetumaleñas, teniendo un gobierno sin rumbo y contrario a los ideales del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

A nivel estatal también se ha contribuido al descontento y hartazgo ciudadano, empezando por un Congreso local que no ha cumplido a los quintanarroenses, siendo representado por diputadas y diputados que sólo se han preocupado por llenar sus bolsillos y satisfacer los intereses de sus partidos, enfrentando señalamientos de opacidad, corrupción y hasta desvío de recursos mediante el rubro de “ayudas sociales”.

De la misma manera se tiene el grave problema de inseguridad, que hasta el momento tiene rebasadas a las autoridades municipales y estatales, que no han podido recuperar el rumbo y tranquilidad de este estado, lo que también se refleja en el alto abstencionismo electoral del pasado domingo, entre una larga lista de factores que tienen a la sociedad en descontento, desconfianza y mucho hartazgo.

Comparativo de las últimas elecciones en Quintana Roo

El marcado abstencionismo de la jornada electoral del pasado 2 de junio es altamente contrastante con las elecciones de los últimos dos años, pues en 2016 se tuvo una participación del 54 por ciento y, en las elecciones de 2018 se logró una votación histórica en toda la geografía estatal, con casi el 60 por ciento de respuesta ciudadana.

En las elecciones del 1 de julio de 2018, cuando se eligió al Presidente de la República y a los diputados federales y senadores, además de renovar los ayuntamientos, se reportó un total de 623 mil 329 votos, de una lista nominal oficial de 1 millón 208 mil 666 votantes, alcanzando en Quintana Roo el 58.97 por ciento de participación ciudadana.

En las elecciones estatales del 5 de junio de 2016, cuando se eligió al gobernador, diputados locales y miembros de los ayuntamientos, la respuesta obtenida fue de 500 mil 555 sufragios de una lista nominal de 926 mil 135 electores, con lo que se tuvo un 54.04 por ciento de participación ciudadana.

Sin embargo, para la jornada electoral del pasado 2 de junio de 2019, en la que se eligió a las diputadas y diputados del Congreso de Quintana Roo, el abstencionismo fue el principal ganador al registrarse únicamente el 22.15 por ciento de participación ciudadana, ya que sólo votaron 263 mil 5 quintanarroenses de una lista nominal de un millón 247 mil 995 electores que existen en la entidad.

Apatía en la capital del estado

Lo mismo ocurrió en los distritos XIV y XV, que corresponden a la capital de Quintana Roo y su municipio Othón P. Blanco, donde la votación del electorado en 2016 fue determinante para dar el triunfo al actual gobierno del PAN-PRD, alcanzando en ese entonces una participación ciudadana de 64.55 por ciento.

Othón P. Blanco también fue el municipio que en 2018 alcanzó el mayor porcentaje de participación, al registrar un 62.47 por ciento de la respuesta del electorado.

Sin embargo, para la jornada electoral del pasado domingo, el voto ciudadano en los distritos XIV y XV se desplomó hasta el 28.5 por ciento, dando como resultado una raquítica participación de tan sólo 38 mil 384 electores.

En estos distritos se tiene una lista nominal de 134 mil 702 electores, lo que quiere decir que casi 100 mil personas no salieron a votar en esta demarcación, mostrando así el gran desinterés hacia los candidatos, derivado del hartazgo ciudadano por la falta de propuestas, el descarado “chapulineo” y la reelección de personajes indeseados.

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