Por Lusio Kauil
JOSÉ MARÍA MORELOS, 24 de agosto.- Para disminuir la inseguridad que está ganando terreno de la cabecera municipal es necesario que las autoridades hagan compromisos reales y serios y cumplan con ellos. No se necesita tanto de estrategias, manifestó ayer el ciudadano Ausencio Angulo Chuc.
Dijo que la autoridad tiene que ser drástica en su actuar para castigar a las personas dedicadas a actividades ilícitas, pues considera que solamente de esa manera se pueden “regenerar”.
Expuso como según él, la delincuencia empezó su ascenso. “Cuando Derechos Humanos restringió a los padres el papel que le correspondía hacer como primeros educadores de sus hijos” (sic).
Refirió que la educación empezaba en casa, luego seguía en la escuela, y ahí el maestro tenía igualmente el “poder de educar al niño”, pero “ese poder también le fue vetado”, manifestó.
Apuntó que esa situación dejó camino libre para que los hijos se involucren en actividades ilícitas o en la delincuencia organizada y luego, por desgracia ahí pierden la vida. Si el joven no recibe castigo por sus malos actos en la casa, tampoco en la escuela y menos ante la autoridad, entonces dónde vamos a acabar, cuestionó.
Dijo que en el caso de José María Morelos, esta es una comunidad que está creciendo, pero como aquí no existen fuentes de empleo, los jóvenes se ven obligados a emigrar hacia la zona norte, y ahí por desgracia, ya “se malean”.
Asimismo abundó que lo único que recibe la sociedad de esos jóvenes que van a trabajar a Playa del Carmen, Tulum, Cancún, es la mala formación y no los recursos económicos que se pudieran esperar, lamentó.
El ciudadano consideró que para combatir la inseguridad que ya se está apoderando de José María Morelos, la autoridad encargada de impartir justicia tiene que actuar de manera drástica, tienen que promover acciones para que esos jóvenes maleados se regeneren y no tanto que estén en una cárcel por años, concluyó.
Comentó que por desgracia mucha de la inseguridad que hoy se esta extendiendo en la cabecera municipal, es de algún modo reflejo de lo que los jóvenes aprenden cuando van a trabajar a la zona norte. Los muchachos no traen dinero a sus familias, sino actitudes negativas que aprendieron en donde acuden a trabajar.