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Quintana Roo

El chicle, con raíces profundas en la isla

Por Francisco Javier Díaz Medina

COZUMEL 15 de septiembre.- Cozumel fue el centro de exportación del chicle maya, tras su recolección en la península por chicleros que llegaron del estado de Veracruz, indicó Velio Vivas Valdés, cronista vitalicio de Cozumel.

Al respecto, mencionó que el chicle, fue muy poco explotado por los mayas, quienes le dieron el nombre de “Sicté” y al árbol “Yaa”, pero derivado a la caída de “Chan Santa Cruz” a principios del siglo XX, comenzó a fomentarse, luego que los primeros chicleros los trajeron de los alrededores de la ciudad de Tuxpan, Veracruz.

Indicó que aún existen dos poblaciones en el estado de Quintana Roo, quienes aún realizan sus festejos regionales de ese estado con sus bailes de “Guapango”, y en el otro pueblo cercano a Carrillo Puerto, donde los Tuxpeños, enseñaron a los mayas a explotar la resina del árbol de “Chicozapote”.

“Dedicándose la gente a la extracción de la resina, desde el año 1910 a 1930, cuando se calculó que la extensión de terreno explotable era de 2´360,346 hectáreas, sin embargo, Cozumel fue uno de los centros importantes de exportación en el estado de Quintana Roo, que era dividida por tres zonas productoras; la zona norte, de donde se trasladaba el chicle al puerto de Cozumel, también salía hacia Tizimín y Valladolid, Yucatán, la zona Centro, donde el chicle se concentraba en Carrillo Puerto para luego ser transportado a Vigía Chico y Cozumel, Peto Yucatán; la zona Sur, que limita con el Río Hondo-frontera México-Belice- el cual se utilizaba para llevar el chicle hasta Chetumal y Belice”, expresó.

Asimismo dijo, que, ya con el gobierno de Quintana Roo en 1935, se organizaron las cooperativas en todo la extensión de los pueblos, luego que el trabajo pesado era de los trabajadores chicleros y las ganancias eran para contratistas, pero las cooperativas lo armaban para que las ventas fueran directas con los compradores, como James Adams de la empresa Adams Chewing Gum, Co, proveniente de Chicago, Estados Unidos, cuando en ese entonces la cooperativa se situaba en la calle 8 Norte con Rafael E. Melgar, de la actual colonia Centro.

Añadiendo, que la confederación de cooperativas chicleras, luego que se traía el chicle de la zona Norte, se sacaba la resina por Puerto Morelos, Playa del Carmen y una parte de Tulúm, para concentrase en la otra cooperativa aquí en Cozumel, donde se le daba otra cocida para purificarlo, ubicada en ese entonces en la Quinta Avenida con Benito Juárez y calle 2 Norte, donde él y otros niños pasaban para que les regalaran un pedazo de chicle.

Comentando que ahí llegaban los cargueros de Tampa, para llevarse las toneladas en costales, pero al final de la segunda guerra mundial y la creación de residuos artificiales del chicle, esto dejo de funcionar y entró el declive que no se volvió a recuperar, se sigue explotando pero no al nivel de esos años, cuando anualmente cientos y cientos de toneladas de chicle salían de Cozumel a través de las embarcaciones.

Añadiendo que dentro de la explotación de la resina no había reforestación de los árboles, luego de la importante existencia del árbol de Chicozapote en la selva, donde permanecían hasta seis meses los chicleros de paso encerrados, picando árboles, y cuando bajaban al pueblo, lo que habían ganado en esos seis meses lo tiraban en las parrandas, mientras los taberneros decían “Está rico el chiclero”, pero ningún chiclero se hizo rico.

Añadiendo Vivas Valdés, que la etapa de la exportación del chicle se superó, debido al trabajo arduo que efectuaban los trabajadores, pues picar los árboles para producir el chicle, era una actividad primaria al explotar el recurso natural, pero de ahí, se brinca la transformación del producto natural, siendo el tercero de dar el servicio turístico, entre ello, restaurantes, hospedajes, paseos entre otros.

Luego que de la segunda guerra mundial, fue un fenómeno curioso para los economistas, al dar inicio la producción del chicle artificial, yéndose los costos a la baja del chicle y por ello la economía federal chiclera entró en descenso, llegando posteriormente un recurso, el del servicio de turismo, que permitió recuperar los ingresos a las personas que siguen viviendo de los diversos servicios en la isla, luego que el chicle quedó como un recuerdo al dejar de tener valor, concluyó.

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