Por Gabriel Aguilar
COZUMEL, 23 de septiembre.- Los arrecifes más importantes de Cozumel serán cerrados a toda actividad acuática, así como la emblemática playa “El Cielo”, como medida precautoria de preservación, aunado a poder analizar calidad del agua y reacciones de los corales ante la reducción de estrés. De no cerrarse, se pudiera perder mil 500 millones de pesos, con afectación social, turística, y económica en el destino.
Este lunes, la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp) efectuó una rueda de prensa encabezada por su encargada de dirección local, Brenda Hernández Hernández, para informar a la ciudadanía del cierre temporal de los arrecifes “Palancar”, “Colombia”, la playa (no arrecife) “El Cielo”, hasta playa “Bosh” en la costa oriental, durante un lapso de tres meses, iniciando el 7 de octubre.
Para el mes de noviembre se efectuará un monitoreo de reevaluación con la finalidad de entregar datos científicos al Consejo Asesor del Parque Marino y en base a ello, determinar la apertura u otro tipo de estrategias como un “hoy no circula” a embarcaciones con permiso, o dar paso a otras estrategias.
La razón del cierre, es el síndrome blanco, un patógeno que mata a los corales sobre todo los conocidos como “cerebro”, por causas multifactoriales, entre estos, consideran el estrés ambiental en cualquier época del año, habiéndose detectado el daño en los arrecifes de Cozumel apenas en octubre de 2018.
Se recalcó que la calidad de agua es un factor por el cual podría darse la presencia del síndrome blanco, y que el deterioro del agua se presenta por factores contaminantes, sustancias químicas diversas de distintas fuentes de origen.
De la presencia de detergentes en el agua, la Conanp, señala que todos los arrecifes rebasan el límite, y han hallado cinco especies de macroalgas, bioindicadoras de contaminación por incremento de nutrientes.
Esa condición del agua, genera la aparición de organismos marinos, considerados como “competidores” directos de los corales y terminan matándolos también.
Del impacto del síndrome blanco, informó que en julio de 2018 ya se tenía presencia en todo el Parque Marino, afectando a 27 especies consideradas como importantes para la construcción natural del arrecife y que a la actualidad se tiene una afectación del 50 por ciento de corales.
La intención es reducir la carga de estrés en estas zonas mejor conservadas, porque ha ido en aumento la cantidad de ingresos a toda la reserva.
Se evidenció que en 2017 entraban a la totalidad del Parque Marino la cantidad de 329 vehículos con 2 mil 620 pasajeros al año. Sólo que en 2018, la carga subió a 547 vehículos con 3 mil 44 personas, significando un aumento del 40 por ciento en vehículos y 14 por ciento extra en visitantes.
Del arrecife “Palancar”, desglosó que hubo 78 lancha en 2017, contra 115 del año siguiente reflejando un 32 por ciento de aumento.
En el renglón de turistas hubo 741 turistas en 2017 contra 950 en 2018, eso fue una variación del 25 por ciento al alza.
A todo esto se expuso que la capacidad real de carga establecida en 2017 para “Palancar” y “Colombia”, era de 29 y 33 vehículos respectivamente, sólo que al año siguiente incrementó a 42 en ambos arrecifes, ocasionando que “Palancar” aumentara en carga un 144 por ciento, mientras que en “Colombia” un 127 por ciento.
En lo referente a la playa “El Cielo”, en 2015 se tenía el ingreso de 9 lanchas, para el 2018 había registradas 30, significando un 333 por ciento de carga extra.
Respecto a los impactos o contactos directos al arrecife producidos por buzos que ingresan, la Conanp dedujo que se generan 24 impactos por cuatro buzos en 30 minutos, exponiendo que el arrecife “Colombia” se expone a 29 mil 258 impactos en cuatro horas, mientras que en “Palancar”, se generan 12 mil 234 impactos en mismo tiempo.
Brenda Hernández Hernández puntualizó que el arrecife sano genera un ingreso de 5 mil 493 millones de pesos anualmente, pero de no tomarse las medidas necesarias, se pone en riesgo el sistema arrecifal y habría una reducción del 12 por ciento de turistas, cuya ausencia equivaldría a una pérdida económica de mil 500 millones de pesos al año.
Aseguró que se ha realizado muestreos de la calidad del agua, visita a hoteles cercanos al Parque Marino para conocer su infraestructura de descargas sanitarias.
Habló de buscar el descanso a las zonas mejor conservada del arrecife cozumeleño, para garantizar el cumplimiento de los objetivos de conservación y que las zonas restringidas tendrán acciones de supervisión y vigilancia, además de monitoreo científico.
Contarán con el apoyo de la Secretaría de Martina y Capitanía de Puerto, para retirar a embarcaciones que pretendan ingresar al área y si reinciden serán sancionados.
Los recorridos de vigilancia terrestre para constatar que nadie se introduzca furtivamente, se realizarán también con la Secretaría de Marina y/o Guardia Nacional.
De la entrada de embarcaciones foráneas de Playa del Carmen y/o Cancún a estos puntos sobre todo a playa “El Cielo”, aceptó que vienen supuestamente “por desconocimiento”.
Sólo que prestadores de servicios turísticos locales afirman que los foráneos entran a diario sin miedo a que los sancionen, desconociendo la causa.
Hernández Hernández, reconoció que la Conanp no efectúa vigilancia en fija para detectar a los foráneos, sino que “los operativos son ahora, y vamos”.
Manifestó que de enero a la fecha “van como seis, siete, ocho, (lanchas) sancionadas por parte de Capitanía de Puerto, y nosotros cada vez que salimos regresamos cerca de 20 a 30 embarcaciones”.