Por Eva Murillo
Todos y cada uno de los problemas que enfrenta Holbox se deben a la falta de autoridad y al vacío en la aplicación de las leyes, que sólo se quedan en papel, muy lejos de ser el punto de partida para acabar con el desorden existente en la isla, que con el paso de los años recrudece, al grado de que en diversas ocasiones ha sido puesta sobre la mesa la opción de cerrar los accesos a ese destino turístico, como una medida para que los tres niveles de gobierno cumplan con sus obligaciones.
La isla tiene dificultades en tres materias: tenencia de la tierra, ordenamiento territorial urbano y daños ambientales. Estos fueron expuestos en una reunión en la Secretaría de Gobernación (Segob) a la que asistieron representantes de instancias federales en diciembre pasado, por los integrantes del Consejo de Desarrollo de Holbox.
En el 2015, ante la inoperancia de las autoridades y el crecimiento de las problemáticas, nació este Consejo, conformado por habitantes de la isla, dedicados a distintas actividades pero con un solo objetivo: lograr mejoras para el lugar en donde viven con sus familias.
Buscan apoyo
en Gobernación
Cansados de no ver resultados, y ante el temor de que los problemas ambientales, urbanos y ejidales crezcan más y estalle el descontento social, en diciembre pasado buscaron el apoyo de la Secretaría de Gobernación federal para, a través de ella, convocar a las autoridades de ese nivel de gobierno que puedan ayudar a resolver los conflictos que aquejan a la Isla Chica de Holbox.
“Queremos, como sociedad, ayudar a resolver, no queremos convertirnos en los enemigos”, comentó Enrique Ramírez, presidente del Consejo.
El resultado obtenido de esa reunión fue empezar a armar los contenidos de tres mesas de análisis: tenencia de la tierra, ordenamiento territorial urbano y conflictos ambientales y ecológicos.
En una segunda reunión, aún sin fecha, pero que se plantea que sea en la isla, los representantes de las instancias federales analizarán lo manifestado por el Consejo para plantear soluciones que eviten el colapso de Holbox.
“Uno de los puntos que tocamos es que se tienen que sentar Profepa y Semarnat junto con el Agrario, pero a nivel federal, para que especifiquen sus responsabilidades en base a los lineamientos que deben existir y respetarse”, comentó.
En la reunión estuvieron representantes de la Secretaría de Gobernación federal, Sedatu, Semarnat, Registro Agrario Nacional, Procuraduría Agraria, gobierno de Quintana Roo, Sedetur y del ayuntamiento de Lázaro Cárdenas.
Dolencias de Holbox
Morelia Montes, integrante del Consejo, enfatizó que la problemática de fondo es la falta de autoridad, el vacío en la aplicación de las leyes, las cuales existen pero no funcionan.
“Por un lado tenemos que pensar que existe la Conanp, pero tiene muy bajos recursos, así que su vigilancia o acciones son pocas, sólo hay un funcionario en la isla, un lugar tan importante. Por otro lado, sabemos que la Profepa está en las mismas circunstancias. Nos damos cuenta de que aquí hay un problema fuerte: no hay recursos para mantener la vigilancia y las garantías para que los ecosistemas, que son tan frágiles, puedan seguir manteniéndose”, detalló.
Holbox está conformado por dos ínsulas: Isla Chica e Isla Grande. En la primera está el centro de población, que según el censo de 2010 realizado por el Inegi, está habitado por mil 486 personas. Hoy se habla de que la isla llega a tener hasta 10 mil personas por día, entre turistas, empleados de la industria turística y locales.
El destino turístico debería estar sumamente vigilado, ya que se ubica dentro de una zona natural protegida de índole federal, bajo la categoría de manejo de Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Esta instancia federal, dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) -la cual es la encargada de autorizar o rechazar los proyectos de desarrollo en el lugar- describió en el 2018 a la Isla Chica como un lugar en donde se ha detonado un crecimiento de infraestructura hotelera y de servicios turísticos.
Marcó como uno de los objetivos, el lograr un desarrollo planeado de las actividades turísticas mediante proyectos que permitan su realización sin alterar negativamente los recursos naturales y mejorando las condiciones sociales y culturales. No se ha cumplido.
Abandono total
“Nos sentimos abandonados. Holbox se ha mantenido gracias a los holboxeños, porque vienen muchos empresarios y construyen a lo loco. Cuando se dan cuenta de las carencias le frenan y se van adaptando”, dijo Limbert Zapata Bacelis, vocal del Consejo y ex presidente de esta agrupación ciudadana.
La mecha de esta bomba fue encendida en el 2004, recordó un habitante de la isla, cuando empezaron a llegar los turistas para nadar con el tiburón ballena. En ese año, la generación de basura aumentó, el interés por invertir en la zona se disparó, las construcciones empezaron a emerger, la compra venta de terrenos fue común, los pescadores empezaron de dejar de serlo y se convirtieron en prestadores de servicios turísticos.
Los problemas encendidos “son una reacción a la falta de vigilancia, porque todo mundo construye. No tenemos un control de construcción y quien lo hace genera basura, usa el drenaje, vierte aguas negras. Hay muchas casas que están metidas hacia la zona de Punta Cocos y ahí no hay drenaje, la opción que tienen es conectarlo a sumideros que hacen de manera provisional y cuando sube la marea se junta con las aguas negras”, señaló Enríquez Ramírez, presidente del Consejo de Desarrollo de Holbox.
“Nos falta la vigilancia de construcción. De la federación no tenemos vigilancia. Cualquiera viene, tumba mangle, y a veces (Profepa) agarra al más pobre”, aseguró.
Limbert Zapata Bacelis añadió que “el municipio manda a los fiscales, pero estos argumentan que no pueden hacer nada porque no existen reglamentos, ni imagen urbana y cada quien hace lo que quiere”.
Conflicto ejidal
Alicia Campos Ancona, vocal del Consejo, explicó que en julio del 2018 al ejido le extendieron títulos de propiedad agrarios firmados por el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, en los que dio a los ejidatarios terrenos colindantes con la Zona Federal Marítimo Terrestre y que se traslapan con zonas ya concesionadas y que siguen vigentes.
“Estamos en un conflicto. Los abogados de Zona Federal dicen que los documentos agrarios son apócrifos, pero tras hablar y analizar estos casos, llegamos a una conclusión: los que se tienen que sentar en una mesa de trabajo son las autoridades agrarias con las de la Zona Federal”, detalló.
Reconoció que si esas dependencias no resuelven este tema, podría desencadenarse un conflicto social “muy grande”.
“Los ejidatarios ya están vendiendo los terrenos que les dio Enrique Peña Nieto, aun cuando están enfrente de hoteles, que tienen concesión de la Zofemat. Si viene alguien que no sabe y compra esos terrenos, vamos a entrar en conflicto social. Si hacen un hotel vamos a agravar el problema de contaminación y regresamos a lo mismo. Es un tema terrible para Holbox”, remarcó.
El Consejo puso a consideración de las autoridades y de la sociedad, el hecho de que en una isla con tantos problemas aún sigan vendiéndose terrenos, haciendo desarrollo y llegando más personas.