Quintana Roo

Nula atención a reclamos sobre polémicos proyectos

De la Redacción

 

Mientras las autoridades ambientales hacen oídos sordos para atender los reclamos sobre polémicos proyectos y ambientalistas por su parte, aprovechan el escándalo mediático para hacer un “jugoso” negocio, los desarrollos autorizados que están en proceso se benefician de la situación hasta para ganar espacios en sus obras como es el caso del Gran Solaris en playa Delfines que fue evidenciado que está colocando tubos para cercar en una zona no autorizada.

Este fin de semana se pudo evidenciar como la empresa que desarrolla el proyecto Gran Solaris Cancún en el kilómetro 17.5 del bulevar Kukulcán, comenzaron a delimitar un espacio de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) con tubos para cercarlo.

Se trata de un espacio que inicialmente estaba habilitado como punto de anidación de tortugas y que cuando se desató la polémica, la empresa dijo que se trataba de una superficie propia pero que se la habían “prestado” al gobierno municipal.

Sin embargo, posteriormente terminaron cediendo y se recorrieron más para dejar libre ese espacio en lo que en la parte jurídica se llevaban a cabo las denuncias que frenaron varios meses el proyecto hasta que a mediados del 2019, retomaron los trabajos.

Un grupo de “ambientalistas” le sacó provecho a esta situación y de ahí se hicieron a un lado para comenzar a demandar otros proyectos sin que ninguna autoridad estuviera atenta a los hechos y prueba de ello es que el Gran Solaris ha vuelto a retomar el espacio cedido para la anidación de las tortugas, debido a que los trabajos de la construcción ya están avanzando.

Pero este, no es el único caso donde las autoridades ambientales hacen oídos sordos, pues está también el caso del relleno de playa que hicieron los desarrolladores del proyecto hotelero Paradisus Playa Mujeres en Punta Sam, pues a pesar de las irregularidades cometidas, se permitió que la obra siguiera sin problema alguno.

Eso refleja el enorme problema en materia ambiental que existe en la zona norte de Quintana Roo donde por un lado las autoridades no atienden las denuncias, algunos “ambientalistas” le sacan provecho al tema con amenazas de demandas, utilizado a menores para lucrar con ello y los desarrolladores, continúan sus proyectos sin mayores complicaciones.