Por Yolanda Gutiérrez
Las adversas condiciones climáticas provocan que la erosión en las playas del destino sea cada día mayor y claro ejemplo lo encontramos en la emblemática Gaviota Azul, en la que son más y más las rocas que asoman bajo el agua, incluso en áreas en las que por lo general no aparece ni el menor atisbo.
Y empiezan a apreciarse sobre la arena algunas trazas de sargazo fresco, aunque mínimas, mezclado con otras algas ya ennegrecidas por el tiempo que, según los guardavidas, son parte de las que prestadores de servicios enterraron meses atrás, durante la última invasión de macroalgas registrada en el destino.
“Es el problema, enterraron el sargazo porque no sabían qué hacer con el exceso, no todos los días venía el Ayuntamiento a limpiar, luego dejaron enormes montones a un costado de la roca, que se fueron pudriendo con el tiempo y ahora en esa parte la arena tiene un color rojizo, se contaminó, está sucia y lo más canijo es que eso fue lo que hicieron los del municipio, así dizque limpiaban la playa”, comentó un prestador de servicios respecto al tema.
El panorama no podía ser más desolador: a lo largo de toda la franja costera varias rocas enormes asomaban del agua casi por completo, las olas impactaban directamente sobre la gran piedra que divide esta playa de Chac-Mool y se formaron nuevos escalones de arena en áreas en las que eran inexistentes, todo ello a causa de los vientos imperantes durante las últimas dos semanas.
Incluso a la altura del hotel Kristal las olas hicieron también su trabajo de erosión y dejaron asomar una pequeña plancha de piedra que probablemente crecerá en tamaño al paso de los días.
Los escasos bañistas que se acercaron al balneario contemplaban con curiosidad las lisas piedras sobresaliendo del agua, que eran impactadas por el oleaje y provocaban que la espuma brincase por encima y salpicase a los curiosos que se acercaban demasiado.
El mar irrumpía de tanto en tanto y avanzaba varios metros sobre la arena, dejando enormes charcos al retirarse de nueva cuenta en los que flotaban los matojos de sargazo, muchos de ellos blancuzcos a causa de la espuma y la sal.
Claramente se apreciaban en las rocas nombres, iniciales, corazones y otras figuras grabadas a profundidad, muy probablemente después de que “Wilma” arrasase con toda la arena y convirtiese Gaviota Azul en una playa de pura piedra, condiciones en las que permaneció por espacio de varios meses, hasta que el Gobierno Federal emprendió el programa de recuperación de playas, para lo cual se extrajeron enormes cantidades de arena del bajo conocido como “La Ollita”, que fueron extendidas en los erosionados balnearios.
Los escalones de arena, que desde hace años pasaron a formar parte del paisaje natural de Gaviota Azul, permanecen inamovibles y a estos se sumaron otros, aunque no demasiado elevados, causados por el impacto de las olas, tanto en este balneario como en Chac-Mool.