Por Lino Sarmiento
Los integrantes delCirculo Espeleológico del Mayab AC., encabezados por el biólogo Roberto Rojo,determinaron que el hundimiento en la a la altura del kilómetro 265 de la carretera federal Playa del Carmen-Tulum, a la altura del balneario Xpu-ha, más que un socavón, es una cueva a la que le ha llevado de cientos a miles de años, la cual pasa debajo de la carretera. Por los ruidos y vibraciones que escucharon en su interior la bautizaron como “Cueva Me lleva el Tren”.
Las causas del colapso del suelo a un costado de la carretera federal en Playa del Carmen, podrían estar relacionadasa que hace tres meses hubo trabajos de encarpetamiento en la zona, con maquinaria pesada, lo que pudiera haber desestabilizado el techo de una de las bóvedas de la cueva en su parte más delgada, reveló el reporte técnico que realizaron los expertos.
El reporte fue entregado a Nancy Martín Tzuc, directora de Medio ambiente y cambio climático del Municipio de Solidaridad y en el cual se detalla que en el punto de quiebre la roca tiene apenas 20 centímetros de espesor.
Destacaron que en una parte del colapso hay una montaña de suelo y escombro, cuyo peso muy probablemente ayudó a la caliza ya resentida a ceder, debido al peso de este material, lo que se pudo haber agravado con las copiosas lluvias de la tormenta Cristóbal que cayeron hace pocos días.
“Con el paso activo de agua y el peso de la montaña de escombros debió haber incrementado, esto aunado a la vibración de la carretera pudo haber sido el aporte final para el colapso”, destaca el documento técnico.
Recomendaron a las autoridades que, al representar un ecosistema frágil y único, no deberá rellenarse la cueva ya que sería un ecocidio, además de estar tipificado en el Reglamento de cuevas, cenotes y cavernas del Municipio de Solidaridad.
Además, se deberá buscar una solución mecánica para evitar que suceda un colapso similar en el futuro, siempre tomando en cuenta al Reglamento de cuevas, cenotes y cavernas de las autoridades locales.
También se recomienda realizar sondeos geofísicos para identificar posibles conductos de disolución en la zona y establecer las zonas de posible subsidencia, acorde a criterios de prevención de riesgos; además de hacer estudios a lo largo de la carretera contratando espeleólogos para tal fin para conocer los posibles riesgos que existan a lo largo de la misma.
En la exploración que realizaron el grupo de científicos, espeleólogos y biólogos se encontró una profusa vida orgánica, fue el caso de una colonia de hormigas cortadoras de hojas en aproximadamente un metro cuadrado y que contenía al menos 45 estructuras de hongos.
Además, hay una gran profusión de raíces en varias partes de la cueva, esta es la manera en que más de 16 especies de árboles de la selva, así como 14 especies de lanas y una de palma pueden tomar su agua directamente del manto acuífero.
“Eventos como este son un recordatorio de la complejidad y fragilidad de los entornos kársticos. Cualquier cosa que se haga en la superficie de la península de Yucatán y esto va desde los drenajes, las calles, la basura y las construcciones, entre muchas otras actividades hasta llegar a los megaproyectos, debe tomarse en cuenta la naturaleza cárstica de la región, deben hacerse con total respeto a la naturaleza y en la búsqueda de un bien común general, donde naturaleza, economía y comunidad salgan beneficiados. Es por eso que bromamos y decidimos bautizar a la cueva como “Me lleva el tren” esperando que esto nunca suceda”.