
En lo que va del año, Quintana Roo ha registrado 45 casos de trastornos alimenticios, de acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica. La cifra supera en un 15.3% los 39 reportados en el mismo periodo del 2024.
La entidad ocupa el segundo lugar en la Península, detrás de Yucatán, que contabiliza 49, mientras que Campeche suma 17. En total, entre los tres estados, 73 mujeres padecen anorexia, bulimia u otros trastornos similares, lo que representa el 53.2% del total de casos.
Los trastornos alimenticios son enfermedades graves que afectan la relación de una persona con la comida y su imagen corporal, y que pueden derivar en consecuencias físicas y psicológicas de alto riesgo.
Entre los más frecuentes se encuentran la anorexia nerviosa, caracterizada por una restricción extrema en el consumo de alimentos, y la bulimia nerviosa, que combina atracones con métodos compensatorios, como el vómito inducido o el uso de laxantes.
A nivel nacional, las estadísticas de la Secretaría de Salud indican que las mujeres representan cerca del 90% de los casos registrados, con mayor incidencia entre los 12 y 25 años de edad; sin embargo, en los últimos cinco años, el número de hombres diagnosticados ha mostrado un crecimiento sostenido, llegando a representar alrededor del 10% de los pacientes en tratamiento.

Según la especialista Gabriela Armijo, en Quintana Roo los casos se concentran principalmente en zonas urbanas como Cancún y Playa del Carmen, donde el acceso a alimentos procesados, la presión por estándares estéticos y la exposición constante a redes sociales y medios de comunicación han sido señalados como factores de riesgo.
Advirtió que la actividad turística también influye, ya que existe una mayor exigencia hacia la imagen física en empleos relacionados con este sector.
El impacto físico de estos padecimientos es severo: puede incluir pérdida extrema de peso, debilitamiento muscular, anemia, problemas cardíacos, alteraciones hormonales, daños en el aparato digestivo y en los huesos, así como riesgo de muerte en los casos más graves. Desde el punto de vista psicológico, se asocian con depresión, ansiedad y aislamiento social.
Explicó que el tratamiento más efectivo es el multidisciplinario, que combine atención médica, terapia psicológica y asesoría nutricional, con seguimiento constante para prevenir recaídas.
A nivel regional, Yucatán concentra el 39.2 por ciento de los casos reportados en la Península, seguido de cerca por Quintana Roo, con 36%; y Campeche, 13.6.
La diferencia mínima entre Yucatán y Quintana Roo refleja que, pese a tener menor población, la entidad presenta una incidencia muy alta que demanda reforzar campañas de prevención y detección temprana.