Cancún y Mérida figuran entre los destinos preferidos para rentas vacacionales o alojamientos de corta estancia por turistas mayores de 60 años en México, informó la plataforma Airbnb.
Este servicio en línea que conecta a viajeros con anfitriones que ofrecen alojamientos detalló que estas ciudades se ubican entre los lugares más frecuentados por huéspedes de ese rango de edad en el país.
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Entre otros sitios predilectos para viajeros de más de 60 años destacan Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Querétaro, Puerto Vallarta, Nuevo Vallarta y Oaxaca; además, Madrid, España, sobresale como el destino internacional más solicitado por usuarios de Airbnb en este segmento.
Por su parte, la Asociación de Clubes Vacacionales de Quintana Roo (Acluvaq) dio a conocer que se encuentra analizando las recientes disposiciones del reglamento de la Ley de Turismo estatal, señalando que existen áreas de oportunidad relevantes, particularmente en el tema del alojamiento vacacional, donde se busca prevenir conflictos vecinales y reducir riesgos de seguridad en zonas habitacionales.
La presidenta del organismo, Miriam Cortés, explicó que uno de los aspectos que consideran prioritarios es el uso de suelo en las rentas de corta estancia, ya que un área destinada exclusivamente a vivienda no puede transformarse de manera repentina en un espacio de hospedaje temporal, pues ello genera problemas de convivencia, seguridad y orden urbano.
La dirigente subrayó que fenómenos como la gentrificación ya impactan sectores como la avenida Bonampak, donde los costos de arrendamiento se han triplicado en pocos años, provocando el desplazamiento de residentes locales.
Indicó que anteriormente un departamento tenía un precio aproximado de 15 mil pesos, mientras que actualmente no baja de 30 o incluso 40 mil, situación que está modificando la estructura urbana de Cancún, de ahí la necesidad de regular sin afectar a quienes habitan la ciudad.
Asimismo, Acluvaq insistió en que la normatividad debe asegurar que los visitantes se hospeden en espacios seguros y con servicios adecuados, reiterando su disposición para colaborar con autoridades estatales y municipales en la construcción de un marco regulatorio equilibrado que impulse la competitividad turística, pero que también respete la convivencia comunitaria y la seguridad de los habitantes.
Zonas de mayor impacto
En tanto, el presidente del Colegio de Valuadores de Quintana Roo, Cristian Hernández, afirmó que la gentrificación dejó de ser un fenómeno exclusivo de las grandes ciudades y ya alcanzó a Cancún, donde sus efectos son visibles en áreas estratégicas como el centro urbano, la avenida Huayacán, el bulevar Luis Donaldo Colosio y la zona hotelera.
Agregó que espacios que antes eran accesibles y representativos de la identidad local se han transformado en sectores de alta plusvalía, cada vez menos accesibles para la población tradicional.
“La gentrificación ya no es una amenaza futura, es una realidad que está redefiniendo Cancún y desplazando gradualmente a sus habitantes originales”, señaló.
Las cifras lo respaldan: los alquileres en estas zonas se han incrementado entre 10 y 20 por ciento, mientras que el valor de las viviendas ha llegado a aumentar hasta 30%, dificultando el acceso a un hogar para las familias locales.
El ejemplo más claro se presenta en el centro de Cancún, donde viviendas tradicionales han sido reemplazadas por desarrollos verticales, departamentos boutique y comercios dirigidos a un sector con mayor poder adquisitivo.
Una situación similar se observa en la avenida Huayacán y el bulevar Luis Donaldo Colosio, donde el crecimiento inmobiliario se ha intensificado en los últimos años, transformando de manera significativa el entorno urbano.
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Mientras que en la zona hotelera la gentrificación se manifiesta de otra manera: mediante la expansión del turismo de lujo que impone nuevas dinámicas al espacio urbano, priorizando desarrollos de alta gama sobre el uso habitacional. El resultado es una ciudad cada vez más segmentada, donde las decisiones inmobiliarias determinan quién puede residir y quién queda excluido.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Quintana Roo, actualmente operan 24 mil 667 unidades de renta vacacional en la entidad, con un precio promedio de 2 mil 280 pesos por noche.
No obstante, el Centro de Investigación Avanzada en Turismo Sustentable, dirigido por Francisco Madrid Flores, estimó que en realidad podrían estar funcionando alrededor de 80 mil alojamientos de este tipo en el estado.