
Humberto Betazos, conocido como el payaso “Piernas Largas”, todos los días, en su silla de ruedas, hace figuras con globos a cambio de una moneda, actividad que le salvó la vida luego de perder las piernas a los 15 años y, según relata, lo ayudó a dejar atrás la tristeza y los intentos de suicidio.
Hoy enfrenta la vida con alegría y fortaleza para salir adelante y mantener a sus seis hijos, quienes radican en Veracruz.

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Cuenta que su vida cambió por completo en la adolescencia, cuando un día lluvioso intentó subirse a un tren en movimiento en una zona del estado de Veracruz. El accidente le provocó la pérdida de ambas piernas, y con ello comenzó una etapa de profunda tristeza y confusión.
Durante años se enfrentó a un proceso doloroso de aceptación, acompañado por pensamientos oscuros que lo llevaron, en más de una ocasión, a intentar quitarse la vida. Las cicatrices visibles en su brazo derecho son prueba del dolor que cargó por mucho tiempo.
A pesar de todo, con el paso de los años comenzó a encontrarle sentido a su existencia. Poco a poco, y con mucho esfuerzo, logró reconstruirse emocionalmente. Hoy, en lugar de enfocarse en lo que no puede hacer, se concentra en lo que sí está a su alcance. Se pinta el rostro cada mañana, se coloca su gorra y se traslada al Arco Norte para comenzar su jornada, confiando en que cada día será mejor que el anterior.

Obtiene ingresos y conecta con las personas
En esa avenida transitada ha encontrado un punto donde no sólo puede obtener ingresos, sino también conectar con las personas. Muchos conductores ya lo conocen, le sonríen y lo saludan cada vez que lo ven. Él responde siempre con buen ánimo, pues sabe que una sonrisa puede alegrarle el día a cualquiera, su carisma lo ha convertido en un personaje reconocido en la zona, y eso lo motiva a seguir, a pesar de las dificultades.
Asegura que ha aprendido a valerse por sí mismo, ya que no le gusta depender de otros y busca ganarse el sustento diario con dignidad. Su objetivo es claro, darles a sus hijos lo que él no tuvo, y apoyarlos para que estudien y salgan adelante. Cada moneda que gana la convierte en una oportunidad para su familia.

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La próxima semana viajará a su natal Veracruz para estar presente en la graduación de una de sus hijas que termina la preparatoria. Aunque otra acaba de concluir la secundaria no podrá asistir a la ceremonia, porque tiene trabajo ese mismo día. Prefiere quedarse para presentarse en un evento ya agendado, convencido de que, aunque le duela no estar presente, lo importante es poder seguir llevándoles sustento y apoyarlas en lo que sigue.
Hoy, Humberto vive con la frente en alto. Agradece tener vida y la posibilidad de seguir luchando. Aunque el pasado lo marcó, su presente está lleno de metas, y el futuro lo ve con esperanza. A diario repite que mientras tenga fuerzas y ganas seguirá en las calles, ganándose la vida con dignidad, inflando globos y arrancando sonrisas.