Yok’ob es una zona arqueológica del municipio de Bacalar que ha sido poco explorada por locales y visitantes, por lo que un guía de turistas recomendó que acudan a conocerla, puesto que cuenta con diversidad de vestigios arqueológicos, algunos incluso referentes a rituales mayas, además de que se encuentra rodeada de naturaleza como vegetación propia de la región y cuerpos de agua.
De acuerdo con el guía de turistas, de nombre Bonifacio Kauil Chi, Yok’ob cuenta con casi 11 kilómetros de superficie y está ubicada cerca de la comunidad de Sabán, sin embargo, la llegada de visitantes es baja, probablemente, porque se encuentra oculta y mucha gente, incluso quintanarroenses, desconocen su existencia al estar, prácticamente, oculta entre la vegetación de los alrededores.
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En ese sentido, mencionó que el sitio tiene gran potencial para el ecoturismo y cuenta con una riqueza cultural muy grande, ya que se han encontrado vestigios que pertenecen al periodo Clásico, con estructuras que incluyen plataformas, un templo mayor y templos de tamaño menor, como evidencia de la importancia que la vida espiritual y religiosa ocupaba para los mayas; se estima que en el lugar hay un aproximado de 200 pirámides.
Algunos otros atractivos con los que cuenta el lugar es que en los alrededores se pueden encontrar cenotes y vegetación endémica, diversidad de fauna de la región como lagartijas, tortugas, aves, abejas, incluso osos hormigueros y diversidad de insectos; además de la tranquilidad que caracteriza al lugar y la posibilidad de realizar senderismo, como una de las actividades ecoturísticas.
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Por otro lado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mantiene un acuerdo con las autoridades del ejido para que los turistas y locales puedan visitar el lugar, aunque ha sido complicado abrir los espacios y los recorridos, pero debido a que los locales acuden al lugar se han marcado los caminos entre la selva.
De igual manera, el acceso al sitio arqueológico es limitado, ya que solo se puede ingresar de las 09:00 a las 15:00 horas y se cobran alrededor de 100 pesos para entrar, además de que las visitas son organizadas mediante colectivos comunitarios, por lo que no existe un recuento del número de visitantes que llegan cada año.
