Las familias chetumalenses reprueban el uso de la pirotecnia debido a las afectaciones que presentan en sus mascotas, principalmente, quienes manifiestan un alto grado de estrés, al punto de que se ponen agresivas incluso con sus propietarios, lo cual representa un riesgo también para ellos, por lo que exigen la intervención de las autoridades, debido a que sí se está vendiendo pirotecnia explosiva.
Contrario a lo que las autoridades habían señalado respecto a la venta pirotecnia explosiva y el hecho de que estaría restringida, de modo que solo las chispitas y las luces estarían permitidas, desde antes de los festejos correspondientes a la Virgen de Guadalupe ya se escuchaban los explosivos en las calles, lo cual se ha visto reflejado en muchas casas de la ciudad con el estrés que las explosiones les generan a las mascotas.
Noticia Destacada
Accidentes viales dejaron dos personas lesionadas en Chetumal
En el caso de una ciudadana, quien prefirió no dar su nombre, compartió que una de sus mascotas está atravesando una situación de estrés muy grande, al grado de que tienen que mantenerla encerrada en uno de los cuartos de su casa, debido a que el ruido de los explosivos la pone muy mal y no quiere salir al patio.
Asimismo, señaló que para ellos como familia es difícil tener contacto con la mascota debido a que la ansiedad la pone agresiva.
Por otro lado, Daniela Sánchez mencionó que de las tres mascotas que tiene dos de ellas se ponen bastante mal con el ruido de los explosivos, al grado de que una no puede quedarse sola y requiere de constante supervisión por parte de sus dueños, ya que el estrés es tanto que busca la presencia humana para sentirse segura; de lo contrario, temen que podría hacerse daño si se quedara sola.
Noticia Destacada
Anuncian mejoras para el IMSS Chetumal, pero ciudadanía sigue inconforme
Asimismo, otro residente que habita con perros y gatos señaló que sus mascotas también se han visto severamente afectadas y cada vez que revientan pirotecnia explosiva se ponen “como locos” buscando dónde refugiarse, de modo que el perro incluso se ha salido de la casa por la desesperación, lo cual lo pone en riesgo de que se pierda, ya que el miedo lo lleva a correr por todas partes.
