Autoridades activaron la alerta AMBER, tras reportarse la desaparición Rafael Yumbalam Poot Pérez de 17 años, visto por última vez el 24 de noviembre de 2025
Ante esta situación, la Fiscalía General del Estado (FGE) formalizó la ficha de búsqueda 355/ZN/2025.
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Según la ficha emitida, Rafael Poot es mexicano, de tez morena clara, complexión delgada, cabello café oscuro largo y ondulado, ojos cafés, mide aproximadamente 1.75 metros y pesa cerca de 54 kg, sin señas particulares; en el momento de desaparecer vestía camisa blanca (uniforme escolar), pantalón de mezclilla y tenis, Puma, blancos, con negros.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades descartaban que su desaparición estuviera vinculada a la comisión de un delito.
Por otro lado, Luz Vianey Ibarra García, de 43 años, fue localizada por las autoridades y se desactivó su ficha de búsqueda.
La mujer había sido reportada como desaparecida tras no regresar a su domicilio el 21 de noviembre de 2025 en Playa del Carmen, lo que motivó la activación del Protocolo ALBA ante la falta de comunicación con su familia.
Según ciudadanos, estos casos se inscriben en un contexto más amplio de crisis de desapariciones en Quintana Roo.
De enero a mayo de 2025, se activaron 402 fichas, de acuerdo con el Informe Estatal sobre Desapariciones elaborado por Red Lupa y el Inatituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (Imdhd), de ese total, 152 personas continúan sin localizar, el 43% tiene entre 15 y 29 años y el 31% de las mujeres desaparecidas están en el rango de 15 a 19 años
Además, la Comisión Nacional de Búsqueda reportó que al 13 de julio de este año ya habían 265 desapariciones en el estado, con un aumento del 47.2% respecto al 2024 y Playa del Carmen concentraba 72 de esos casos (50 hombres y 22 mujeres).
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Colectivos de madres buscadoras han exigido transparencia y mayor acción por parte de las autoridades: además de protestas públicas, señalan que los recursos para las búsquedas no siempre se descargan adecuadamente y que hace falta un enfoque más serio en el seguimiento de los casos.
Este patrón persistente de ausencias ha generado alarma en la ciudadanía, especialmente en los colectivos familiares, que denuncian demoras en las investigaciones y una creciente normalización del problema en el estado.