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Yucatán

Crítica, censura

I.M. Ortuno

El sentido más general en que se pueden tomar estas dos voces, es la declaración del juicio que formamos de tal o tal cosa. En este caso, se diferencian en que la censura no expone como la crítica el pormenor de las razones en que se funda. La crítica de una obra es la exposición detenida de todas sus partes, comparando cada una de ellas con el modelo que nos hemos formado de la belleza y de la verdad: su censura es la simple declaración de los censores de que es útil o perjudicial de buena o mala doctrina, sin que sea necesario exponer las razones en que se funda su parecer. Hay cosas tan palpables que se pueden censurar antes de haberlas materialmente, examinados, tales son, por ejemplo, todas las obras de gusto: para juzgar si un retrato es parecido al original, no se necesita mucha crítica, basta tener la vista acostumbrada. El buen gusto, que no es más que el hábito del buen sentido, o de sentir con delicadeza, nos hace percibir en un momento una infinidad de relaciones, que necesitaríamos mucho tiempo para examinar, en tal caso censuraríamos sin perder tiempo en una crítica que no haría más que comprobar nuestra censura.

Como el hombre parece que debe ocuparse más en corregir defectos que en admirar bellezas, y como esta verdad utilísima se halla tan conforme con los resortes de nuestro amor propio, cuando se dice simplemente crítica o censura, se entiende siempre en contra de la cosa censurada.

En esta acepción hay la misma diferencia entre las dos voces. Censurar será decir que una cosa es mala, criticar será descubrir sus defectos, por esto, el primero se toma siempre más en general que el segundo. Se censura la conducta de una dama criticando su desenvoltura, y la política de un ministro criticando sus desaciertos. En este último sentido, la censura se parece mucho a la murmuración, y la crítica se acerca a la inventiva o la sátira.

Crítica, se aplica a las obras literarias, censura a las obras teológicas, a las proposiciones de doctrinas o a las costumbres. Una crítica es el examen raciocinado de una obra de cualquier naturaleza que sea, y que una censura es la represión precisa y modificada de lo que ofende a la verdad o a la ley, así pues la crítica puede extenderse aún a las obras teológicas, y la censura puede recaer sobre obras puramente literarias. Decir de un sistema que está mal enlazado o desmentido por la experiencia de un principio de retórica o de poética, que es falso o no tan general como se pretende, esto es censurar, probar que la cosa no es así, esto es crítica.

Se debe criticar con buen gusto, y censurar con moderación.

Lícito, permitido

Se dice que es lícito todo aquello que ninguna ley ha declarado ser malo; permitido, lo que ninguna ley expresa ha autorizado. Así pues, el comer carne es lícito en sí, más habiéndolo prohibido la iglesia en ciertos días del año, no es permitido sino a aquellos que están dispensados por justos motivos.

Lo lícito es indiferente en sí mismo, mientras que la ley nada pronuncia en su contra. Lo permitido supone que era malo o prohibido por alguna ley, y dejó de serlo en virtud de otra.

Por hoy es todo. Saludos.

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