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Yucatán

Iniciativa de Ley para la Acción ante el Cambio Climático del Estado de Yucatán

Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez

Pensando con la Ciudad

Entre lo urbano, la movilidad y lo ambiental: ¿mitigar o adaptarse?

Se celebra la decisión del Ejecutivo estatal con respecto a su interés y compromiso para formular una Ley para la acción ante el cambio climático del Estado de Yucatán, y al mismo tiempo se manifiesta la oportunidad histórica para formular políticas vinculatorias y trasversales entre lo urbano, la movilidad y lo ambiental, para tener claridad sobre qué es lo que se va a regular: ¿mitigar o adaptarse?

El Gobernador de Yucatán anunció su interés para que contemos con una Ley para la acción ante el cambio climático, en el marco de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de 2018 (COP24), celebrada en la ciudad de Katowice, Polonia. Cabe destacar que desde el 6 de junio de 2012 México cuenta con la Ley General de Cambio Climático, sin embargo, faltaba el gran desafío de aterrizar todos los compromisos internacionales, como lo son los Acuerdos de París (2016) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030 de la ONU) a la escala estatal y municipal. Yucatán ocupa un lugar relevante debido a que se ha convertido atractivo para grandes inversiones inmobiliarias y de negocios, y al mismo tiempo no deja de ser vulnerable, precisamente por su estratégica localización geográfica. Por tanto, el tema jurídico desde la perspectiva del cambio climático es prioritario para jerarquizar y alinear las políticas públicas.

El momento actual resulta oportuno para establecer acciones trasversales y vinculatorias entre los temas urbanos, de movilidad y ambientales. Por primera vez el Estado de Yucatán tiene la extraordinaria oportunidad de unir esfuerzos para establecer un marco común que pueda evaluar y redirigir la política pública desde una reformulación del marco normativo, en donde las acciones para hacer frente al cambio climático se convierten en urgentes y prioritarias.

De igual manera, por primera vez en la historia de la humanidad, se ha precisado que el abordaje de los temas para enfrentar los efectos del cambio climático debe de ser transversal y vinculatorio entre cada una de las esferas y ámbitos de actuación del gobierno. Es decir, se necesita de un gran ejercicio de gobernabilidad para que lo que se establece como prioritario desde la cúpula y los acuerdos internacionales, tengan consistencia y contundencia en todas las acciones que aterrizan en el ámbito municipal.

Como consecuencia se sugieren tres tipos de ejercicios que podrían contribuir a esta magnífica y oportuna iniciativa del Ejecutivo del Estado de Yucatán:

1. Analizar la normativa urbana desde la perspectiva de cambio climático. Es decir, hasta qué punto la normativa estatal como la Ley (2010) y Reglamento de Desarrollos Inmobiliarios (2012), Ley sobre el Régimen de Propiedad en Condominio (2014) la Ley de Conservación y Desarrollo del Arbolado Urbano (2017), junto con la municipal como el Programa de Desarrollo Urbano (2017), Reglamento para la Protección y Conservación del arbolado urbano (2016), así como con el Reglamento de Construcciones (2004), están todas ellas en sintonía y son procuradoras de ambientes urbanos resilientes y capaces de contribuir a enfrentar las acciones en materia de cambio climático. ¿Cómo este conjunto de instrumentos normativos nos provee de áreas verdes urbanas públicas útiles y arboladas? ¿Hasta qué punto el actual modelo urbano de innumerables y de cualquier tamaño de desarrollos inmobiliarios privados en la periferia, contribuye a enfrentar la deforestación, la ausencia de áreas verdes públicas y las deficiencias en la movilidad urbana?

2. Vincular el tema financiero con el de la movilidad urbana y el transporte público. Es importante precisar que cualquier recurso que se ejerza en la vialidad debería estar articulado a algo más complejo que se justifique desde la perspectiva del cambio climático. Es decir, se requiere invertir en innovación tecnológica para transformar el tipo de movilidad que tenemos. Si bien Yucatán recibirá un financiamiento de 400 mil dólares del Gobierno de Noruega para apoyar la agenda climática y ambiental, cabe destacar que este país ha determinado para el año 2025 prohibir la venta de vehículos de consumo de combustible fósil. Por tanto, es importante mantener este lazo y apoyo para establecer una agenda propia que, en su justa medida nos encamine a un futuro responsable con el medio ambiente.

3. Finalmente, y no menos importante, nos falta la gran discusión conceptual y metodológica sobre el espíritu de esta nueva ley para enfrentar las consecuencias del cambio climático. ¿Qué se pretende?, ¿mitigar o adaptarse? Cabe señalar que los recursos públicos a nivel mundial le apuestan más a mitigar, cuando en realidad el tema consiste a poder adaptarse y adelantarse a tales efectos.

En virtud de lo anterior, se celebra la decisión del Ejecutivo estatal con respecto a su interés y compromiso para formular una Ley para la acción ante el cambio climático del Estado de Yucatán, y al mismo tiempo se manifiesta la oportunidad histórica para formular políticas vinculatorias y trasversales entre lo urbano, la movilidad y lo ambiental, para tener claridad sobre qué es lo que se va a regular: ¿mitigar o adaptarse?

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