PETO, Yucatán, 28 de agosto.- El llanto del bebé y el borracho. Nadie sabe lo que pasa en la mente de un bebedor cuando está “crudo” porque el efecto que le hace el alcohol, aún persiste al día siguiente y es aquí donde empieza el verdadero sufrimiento de la esposa porque la cabeza del marido es como una “bomba de tiempo” que puede estallar en cualquier momento.
Las señoras jóvenes no saben que su esposo tiene un fuerte dolor de cabeza, que cualquier ruido por bajo que sea, va a alterar la conducta del bebedor y empezará a gritar y ofender a quien está cerca, pero cuando hay recién nacido en la casa de la familia es mejor alejarse de esa persona porque cuando el bebé comience a llorar y gritar, el borracho va a tratar de callarlo con regaños y amenazas, y un bebé reacciona llorando y gritando más fuerte porque no sabe lo que está pasando.
La esposa joven no sabe qué hacer, pero el “sentido común” y la lógica nos dicen que antes de que ocurra una tragedia, pida ayuda a sus vecinos porque sabemos por la prensa y por la radio que un señor que no soportaba el llanto de su hijito, lo maltrataba y lo insultaba, pero el niño gritaba más fuerte y el ebrio lo aporreó contra la pared y lo mató.
¿Qué culpa se tuvo el niño? Hace mucha falta un periódico que explique las consecuencias de las adicciones, alcoholismo, tabaquismo y drogadicción, para estar prevenidos en caso de que tengamos que enfrentarnos a situaciones difíciles.
(Zoila Martínez)