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Yucatán

Triste Día del Abuelo

TIZIMIN, Yucatán, 28 de agosto.- El día del abuelo para muchos ancianitos de la localidad fue una oportunidad más para ganarse la vida trabajando o con la bondad de las personas que aman a su prójimo. No disfrutaron de festejos ni celebraciones, como todos los días salieron a ganarse los pesos necesarios para su alimentación.

Tal es el caso de Emilia López, Concepción Kú Couoh y Amada Cámara, personas de la tercera edad que venden dulces, vegetales y uno que otro antojito tradicional en el mercado municipal, indicando que ellos no saben la diferencia entre el día del abuelo y uno común, ya que a diario salen a comercializar sus productos para sobrevivir y ganarse la vida mientras tengan salud.

Esteban Pech Poot, uno de los ancianitos que piden caridad, solicitó la comprensión de las personas, pues explicó que sólo trata de hacer lo posible para llevar unos pesos a su casa para poder comer, indicando que antes podía trabajar de paletero y de chapeador, pero ahora vencido por la vejez a duras penas puede moverse.

Esta es su triste realidad como la de muchos otros mendigos que padecen la mayoría de las ocasiones el desprecio de sus semejantes, que se olvidan que estamos tejidos con la misma aguja y que algún día podríamos sufrir lo que ellos padecen.

En tanto que para otros abuelitos mendigos los festejos son sólo recuerdos, ya que ahora viven la triste y denigrante, realidad en la que sus propios familiares les dieron la espalda.

Sin embargo, la esperanza no decae y según la versión de varios de ellos es que este penar no será eterno ya que mantienen la fe de que se encontrarán en su camino a alguna persona altruista que les brinde una mano amiga, ya que tienen muy presente que no esperan que sus familiares se toquen el corazón y los ayuden, por lo cual confían más en extraños, en la gente de la comunidad que con sus donativos los han mantenido vivos porque con esos centavos que les otorgan pueden comprar sus alimentos del día.

Así es como transcurrió el día del abuelo, en el que, como siempre, elevaron sus plegarias y depositaron sus esperanzas en que la gente les compre sus productos o que algún buen samaritano los ayude con algunas monedas para que puedan subsistir, sin siquiera recibir felicitación alguna.

(POR ESTO! / Corresponsalías)

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