Ariel Avilés Marín
En el marco de la actividad Encuentro Literario y Cultural: Curar, historiar, crear, inventariar y leer, organizado conjuntamente por la Filey, la UADY y U. C. Mexicanistas, la tarde noche del sábado 8, se llevó a cabo en el Hotel Mayaland de Uxmal, la segunda sesión de las tres que compusieron el encuentro y la cual fue un justo y merecido homenaje a la gran escritora judío-mexicana Margo Glantz. El evento reunió a un buen número de gente amante de las letras que se deleitaron profundamente con las ponencias y su exposición y no regatearon brindar a la homenajeada una merecida y cálida ovación. Como todo lo impulsado por el grupo U. C. Mexicanistas, el dinámico motor de esta actividad lo fue nuestra querida y admirada Sara Poot Herrera, quien se multiplicó en esfuerzos para que todo llegara a un final feliz en la reunión. ¡Y vaya que logró su cometido! Pues todos salimos encantados para tomar rumbo de vuelta a esta ciudad de Mérida.
Enrique Valdez fue el encargado de introducirnos en materia, y además, contó con un traductor a la lengua maya de toda la información. “Hablo en nombre de Tutul Xiu y del Enano Adivino”, dijo Valdez. La primera parte de la sesión quedó en manos de una mesa de lujo, integrada por Gonzalo Navarrete, cronista de la ciudad de Mérida; la Dra. María José Rodilla, catedrática de la UAM y gran sorjuanista; la Dra. Sara Poot, que no necesita presentación; la homenajeada, Margo Glantz; el Dr. Álvaro Ruiz Abreu, también catedrático de la UAM, y como moderador el Dr. Michael Schuessler, de la misma universidad.
Schuessler inicia ponderando la magia de la “tres veces construida”, la ciudad de Uxmal. “Su magia me hace evocar a Alma Reed, la Peregrina”, señaló. Enseguida destacó lo afortunado de que Margo Glantz y su familia hubieran decidido fijar su residencia en nuestro país. “¡Qué afortunado es contar en México con Margo Glantz!”, señaló con fuerza. La primera ponencia lo fue la del Dr. Ruiz Abreu, quien señaló el haber estado en el último homenaje a Margo, en Alicante, donde se presentó su libro Las genealogías de 1981. “Es una historia de familia, entonces, Margo era muy joven, de ahí a 2002, ha habido en ella un cambio muy profundo; su libro es una historia de familia, pero también es literatura y de gran calidad. Ahora, encontramos en ella una escritura más pulida”. Hizo una reflexión comparativa entre la obra de Margo y la de Nora García, a quien calificó como: “Su alter ego”. “Margo, desarrolla la investigación literaria, es una escritora muy completa con una larga trayectoria crítica”, agrega: “Su libro La desnudez como naufragio es una obra que despierta el interés del lector, invita a la lectura; y como resultado, texto y lector producen un nuevo texto. Sin dudarlo, es una voz que se levanta ante la prohibición y la censura. En el Virreinato, esta fue la forma de gobierno, la crónicas de la conquista son violentas, esto la lleva en línea recta hasta Sor Juana y el Barroco Mexicano, al reto de estudiar a la X Musa, una mujer confrontada con su época. ¡Esto y más nos ha dado Margo!”, finalizó.
Navarrete Muñoz inicia señalando: “Freud nos hace saber que Moisés no era judío, era un promotor de Akenatón, un Dios único, él inculca al pueblo judío un Dios que no se podía nombrar, Adonay, que quiere decir: el señor. A partir de la alianza efectuada en el Monte del Sinaí, parte la transformación. Los grandes transformadores del siglo XX fueron judíos, Marx, Engels, Freud. Margo es una judía-mexicana. Cuando su familia se avecinda en la Ciudad de México, en los años cincuenta del siglo pasado, esta era una ciudad mayoritariamente católica. Cristo es un judío que nos llega por la literatura; el mito de Pilatos tiene el objeto de alejar a Cristo de los judíos: ‘de la sangre de este justo me lavo las manos’, los judíos son los que piden su muerte”, inicia su intervención. Continúa: “¿Quién dice que la historia es imposible? Los hechos no son como son, son cómo los recordamos y como los escribimos. Los libros de Margo son maravillosos. Bien dijo Azorín: ‘La prosa no vale nada sin las alegorías’. Paz nos dice: ‘Nada más humano que la risa’, y a su vez, Gracián nos plantea el concepto entre los opuestos; Sor Juana es el desarrollo de la razón; Borges considera esencial el aporte de nuevos adjetivos; Reyes nos habla de las desmesuradas bóvedas; pero Margo, va más allá, va más lejos, ¡su prosa es un ojo de agua en el mar! Cada letra de más, pone en peligro lo que se quiere decir, ella cuida mucho la eufonía”, señaló. Continúa: “Si una narración persuade, cumple su fin; en mi estancia en la FIL, en Guadalajara, cometo el error de comprar el libro de Margo, me sumerjo en su lectura, ya no salí de mi cuarto… viaje perdido. Vargas Llosa, maneja las técnicas narrativas. ¡Pero tú, ya no sos Margo, ahora eres nuestra Margarita!”, finalizó con gran énfasis.
Toca turno a la Dra. María José Rodilla, quien inicia diciendo: “Margo es una mujer docta, joven y viajera, Margo es sabia; ella es una heroína vencedora del espacio, compra para regalar, pues lo no compartido no son bienes”, señala; sigue diciendo: “Le fascinan los cronistas del nuevo mundo, convierte su deambular en palabras coloridas; en Coronada de moscas su pensamiento se recorta sobre un fondo de poemas; es su pasión por los cronistas de indias; Coronada es un magnífico relato de viajes. Margo es gran maestra del humor, su poética es reflexión y referencia, es fascinación por los otros”, concluye. Por su parte, nuestra querida Sara, gran maestra como lo es de la palabra, juega con ella y desgrana su texto sobre el libro “Por mirarlo todo, nada veía” y nos dice: “Margo es Sor Juana, ella misma es una historia literaria. Margo siempre dice: ‘Sara es hiperbólica’”, exclama con alegría, y sigue: “Margo es la historia de una mujer que ha caminado siempre con zapatos de diseñador. Viajeros los hay, y muchos; padre y madre judíos, ella, judía-mexicana y judía universal; sabe pasar de las tradiciones a la modernidad, trasciende más allá de México. Es un cuerpo con voz propia”, dice y agrega: “Margo asegura: ‘sin cocina no hay pueblo’, la cocina del exilio, nace en la calle de Jesús María, se rinde a la poesía de la X Musa”, reflexiona. “Margo se casa con los de su generación, con Pitol, con Rulfo. La lengua de los padres, cede a la lengua del país; no es forastera del mundo, sino habitante de cada lugar”, exclama y concluye: “Varita de Nardo, varita de Margo, toca y transforma en pasión; sigue escribiendo, escribíamos ayer, dice. Su obra va de la tradición judía a la mexicana, es una moda que no pasa. El corazón de la obra tiene sus razones”.
Visiblemente emocionada, Margo dice: “Estoy, como se diría… over wall; agradezco esta magnífica recepción, esta mesa maravillosa, y perdono desde luego la hiperbolia de Sara. Muchas gracias a todos”. Una cerrada ovación corona la mesa de reflexión. Enseguida, se cambian quienes presiden la mesa, por quienes habrán de presentar el nuevo libro de Margo, y son: Carmen Beatriz López Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, y Mario Bellatín, escritor peruano, quienes pasan a ocupar su lugar junto a Margo.
Carmen Beatriz inicia su intervención citando epígrafes de Federico Nietzsche y Alejandra Pizarnik, y de inmediato se lanza a darnos cuenta de una serie de cifras, números de palabras, números de citas, número de letras, de diversas palabras usadas, una vez… muchas palabras, y esto nos lleva a una pregunta: “¿Qué es lo que de verdad importa en el libro?”. Sus reflexiones nos llevan a las concepciones de Parménides, de Sócrates: “Podéis pasar el resto de vuestras vidas durmiendo”. Carmen Beatriz o Gigi, como cariñosamente le llama Margo, nos dice: “Margo hace un guiño a Sor Juana con el nombre de su libro” y pasa a hablar de las redes sociales actuales y su incidencia en la literatura, el Facebbok, el Twiter; “Estos algoritmos me están matando”, nos dice: “En el libro hay 13,058 palabras que forman el texto”, y de inmediato reflexiona: “Estamos mejor ahora o en el tiempo de los Borgia, estas divagaciones son el producto de un ‘boot’ de un algoritmo; nuestra historia no es más que un instante entre dos pasos”, y plantea un profunda reflexión: “La sabiduría es la atracción por la sabiduría misma” y vuelve a la pregunta inicial: “El libro de Margo… una denuncia. El Dios actual es el dinero; este libro es un llamado de atención para la palabra y su llamado”, concluye.
Bellatín no ha escrito un texto de presentación, así que lleva su intervención a un sabroso diálogo con Margo. “La obra de Margo son variaciones en la literatura; las variaciones son muy apreciadas en las otras artes. Muy pocos autores tienen la capacidad de volverse sobre sí mismos, como Onetti, como Kafka; Margo, como tu carnicero de kosher, que lo hace de todo, bueno… no de cerdo”. Margo, recoge el guante: “Hemos discutido mucho sobre esto; como el caso de la interpretación de las Variaciones Goldberg de Bach, según quien las interpreta, pueden durar cincuenta minutos o durar treinta y cinco, sin dejar de ser las mismas variaciones, tienen una duración tan diferente; hay que trabajar el texto, a partir de las variaciones ¡Ah, eran terribles! Entonces, no era tan interesante; pero me doy cuenta de que era doblemente interesante. Recoger fragmentos y restos, y presentarlos como una esperanza perdida. Mis últimos libros prepararon este libro”, apunta con firmeza. Mario plantea: “Hay que dar la batalla contra la escritura compleja; no pasamos de diez autores que no sea repetitivos”.
Margo plantea a su vez: “Hay libros coyunturales sobre hechos violentos, pero no crean metáforas. Se escribe, por ejemplo, sobre las Fosas de San Fernando; sobre las muertas de Juárez… una crónica de la masacre, no me interesa, hay que crear”. Y agrega: “Son nuevas desgracias que se asumen con viejos instrumentos, no se crea una nueva voz, se crea una retórica de la denuncia. Acabemos este narcisismo hiperbólico. Las definiciones de Wikipedia son absurdas, es muy divertido meterlas en los libros; son una anáfora perpetua del ¡Qué!”. Nueva y cerrada ovación corona esta segunda parte.
Nos llega un epílogo delicioso. Tete Mézquita Méndez y Alejandro Valera Baeza nos regalan con una verdadera joya del barroco, combinan cada uno su arte y nos hacen una delicada simbiosis literaria-musical. Tete nos lee con una gran propiedad uno de los más gustados sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz: “Esta tarde mi bien”; al que Alex Valera pone acompañamiento idóneo con el Minueto No. 1 del Álbum de Notas para Ana Magdalena, de Juan Sebastián Bach. La fusión resulta un paradigma ideal. Una ovación final marca el fin de la velada.
El resto de la reunión es regado generosamente con buenos vinos y unos delicados y pequeños antojitos yucatecos, cortesía de la hospitalidad de Hotel Mayaland Uxmal.
Tomamos el camino a Mérida, reflexionando sobre la profundidad de la obra literaria de Margo Glantz.