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Yucatán

Nuestra gastronomía actual

Roger Aguilar Cachón

Nuestra ciudad, la Blanca Mérida, se ha convertido en un espacio cosmopolita, de aquella provincia de hace algunos años, en donde había pocas cosas que hacer, en qué divertirse y comer. Hoy día es un oasis en donde se puede degustar platillos de todo el mundo, ya no nos conformamos con lo nuestro, es decir, salbutes, panuchos, caldos, tamalitos o vaporcitos, pibitos, tostadas y algún platillo yucateco. No, mis caros y caras lectoras, ahora nuestro paladar va más allá.

La aventura de las comidas, de las nuevas comidas, ha tenido una evolución que a la fecha ya no podemos imaginar qué es lo que hace falta que se pueda ofrecer en las cálidas tierras del Mayab. Recuerda el de la tinta que una de las primeras comidas que vinieron a llenar el gusto de los meridanos fue la llegada a tropel de los famosos hot dogs (perros calientes), en pequeños puestos que se instalaban en las esquinas de las calles ofertando el nuevo producto, recuerdo a un tío, Amado Boffil (qepd) quien logró tener algunos carritos. Se les podía ver en muchos lugares. Los habían sencillos o bien especiales con tocino. Poco a poco se le añadió un compañero de venta, las hamburguesas. Casi a la par se comenzó a vender en algunos pocos lugares las pizzas, recuerdo dos en particular por la cercanía a la querencia (término taurino), La Pérgola y Faustos, posteriormente se comenzó a poblar nuestra ciudad con pizzerías a lo largo y ancho de nuestra ciudad, algunas locales y otras franquicias. Variando los ingredientes, llegando hasta, y digo hasta porque es la versión yucateca, los pizzanuchos, ¡arredovaya!

No hay que olvidar los puestos de carnitas, que ya han sentado sus reales y las combinan con flautas y gorditas. Me comentan los sibaritas que son muy buenas, pero hasta el día de hoy no le he hincado el diente a uno de esos tacos.

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