Los restos óseos de Naia, en particular su dentadura, arrojan mucha información que pone en duda la hipótesis de que en el Pleistoceno eran cazadores de grandes animales, que eran la base de la alimentación de los homínidos, destacó ayer el Dr. Andrea Cucina, investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY.
El especialista ofreció ayer una conferencia titulada “Vivir en Yucatán en el Pleistoceno tardío: Historia de vida de Naia”, en la que habló sobre Naia, cómo fue nombrada la joven de 16 años que representa el esqueleto más antiguo y más completo recuperado en América, con una antigüedad de 13 mil años.
Recordó que los restos de la joven fueron encontrados en el 2007 en una cámara subterránea inundada en un sistema de cuevas en el Estado de Quintana Roo, en la Península de Yucatán, y fue hasta el 2014 que se dieron a conocer los primeros detalles del hallazgo y, en los trabajos que se han realizado, ha participado activamente la UADY.
Dijo que Naia es de suma importancia porque no hay restos más antiguos que se hayan encontrado en América. Ella tiene 13 mil años y, con ella, sólo 2 restos más tienen más de 12 mil años.
Su dentadura
En este sentido, dijo que Naia arroja mucha información y el día de ayer la charla se centró específicamente en los datos que arroja su dentadura, acerca de la alimentación y el estilo de vida que habría llevado.
Dijo que la hipótesis de que en el Pleistoceno los homínidos eran cazadores de grandes animales y que su alimentación tenía como base esta proteína animal, se cuestiona cada día más.
De inicio, dijo que cuando empezó a trabajar con los restos óseos llamó mucho su atención que tenía una dentadura perfecta, bien conservada, aunque con una gran cantidad de caries. En total, de los 27 dientes, 15 tenían caries y 44 por ciento de ellas eran profundas, lo que resulta un dato de llamar la atención si se toma en cuenta que se trataba de una adolescente de 16 años.
Expuso que la conservación de los dientes tiene que ver con la falta de masticación, lo que muestra que comía alimentos suaves, aunque sí presentaba desgaste de los dientes frontales porque éstos eran usados como una tercera mano para sujetar cosas.
Mencionó que la mayoría de los individuos del Pleistoceno muestran un desgaste total de las piezas dentales, pero en el caso de Naia no es así.
Sobre los datos obtenidos, destacó que ella vivió un período intenso de glaciación y que se movió en un ambiente árido, tipo sabana, con una vegetación baja y espinosa, además de que se trata de una mujer que tuvo al menos un hijo.
Su dieta
Sobre la dieta, dijo que esta habría sido muy variada, suave y cariogénica, con escasa masticación, aunque con ello no se excluye la ingesta de proteínas animales.
Cucina dijo que la hipótesis ha sido que los habitantes del Pleistoceno cazaban y comían grandes animales, pero con Naia no es así, porque ella comía alimentos suaves, altamente cariogénicos y más bien su vida estaba asociada a un estilo de vida de recolección, con una subsistencia de necesidad.
(David Rico)