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Yucatán

Fijan esperanzas en el Carnaval

PROGRESO, Yucatán, 10 de febrero.- Hoteleros y prestadores de servicios de Progreso, ante la cercanía de las fiestas carnestolendas y que el puerto se está consolidando como “Destino Carnaval” fijan sus esperanzas en estas fiestas para el repunte en ocupación hotelera y aumento de la demanda de toda clase de servicios e insumos.

Este fin de semana fue considerado un día bajo para el sector hotelero y turístico, a pesar de la presencia de visitantes en la zona del malecón.

Los encargados de los hoteles Progreso Beach, Nicte Há y Don José, reportaron baja ocupación de cuartos este fin de semana.

Este fin de semana, comparado con el anterior, fue de notorio contraste.

El Ayuntamiento de Progreso informó que tras el triatlón, 5 mil quinientas personas pernoctaron tres noches en el puerto aproximadamente, generando una derrama económica superior a los 54 millones de pesos, tan sólo en alimentación y hospedaje. Cabe resaltar que en 2018 la cifra fue de más de 22 millones 258 mil pesos.

Hasta el momento, las seis ediciones han contado con la participación de 9 mil 308 competidores, procedentes de diferentes puntos de México y el mundo. En los cinco años anteriores, se albergó a 26 mil 643 visitantes, tomando en cuenta que por cada persona inscrita hay un 2.5 de acompañantes.

El empresario hotelero, Pedro Zacarías, informó que la ocupación del fin de semana pasado no fue como se esperaba; hubo gente, pero no pernoctaron durante el fin de semana.

Ahora las esperanzas se fijan en el Carnaval, porque “el hecho que en Mérida se realice en X’Matkuil, en un clima adverso, sin árboles, sin brisa y sin que la gente pueda llevar sus neveras con cerveza, va a beneficiar a Progreso”, agregó el empresario.

Ahora, este domingo fue de buena afluencia, pero de ocupación fue baja, según arrojó el sondeo realizado por el POR ESTO! en tres hoteles del puerto.

En el malecón se observó a mucha gente, caminando, ir y venir, filas en los expendios de cerveza, así como en los Oxxos, en la barda serpenteada, cientos de jóvenes con neveras, paquetes de cerveza, botanas y alimentos que ellos mismos llevan; poca gente acudió a los restaurantes.

Zacarías Ortiz atribuye este fenómeno a que la gente cuenta con poco circulante, se trata de una cuesta de enero y febrero; prefieren los visitantes comprar en las tiendas de conveniencia lo que requieran para pasar un domingo en el malecón.

“La esperanza es el Carnaval; ahí se verá algo de movimiento económico”, añadió el entrevistado.

(José Manrique)

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