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Yucatán

Musa de Cartier

Eliseo Martín Burgos

En 1968, María Félix viajó a Europa, visitó la famosa joyería Cartier, llevando envueltas en un pañuelo sus mejores piedras preciosas; encargó que le fabricaran algo excepcional y único. Así nació una joya jamás igualada: un collar serpiente que puede ser brazalete o gargantilla, debido a su estructura flexible. Se calcula que tiene más o menos 2,400 piedras entre diamantes y esmeraldas con un esmaltado en rojo y negro. A partir de entonces María Félix fue la inspiradora de grandes e inmortales creaciones de Cartier.

Máxima: “Una mujer original no es aquella que no imita a nadie, sino aquella a la que nadie puede imitar”. María Félix.

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