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Yucatán

Costumbre o tradición y diversión del baby shower

VALLADOLID, Yucatán, 17 de marzo.- En torno al baby shower, se cree que se originó en las culturas egipcias y romanas, las cuales festejaban y daban la bienvenida al bebé, realizando ofrendas a la madre. Algunas notas curiosas, como las que se daban en el siglo XIX, en plena época victoriana, era que, de acuerdo con la gente conservadora, las madres embarazadas no debían mostrarse en público, por lo cual esta reunión se les organizaba después de nacido el bebé, en la que la madre se sentaba en torno a una mesa de té con sus amigas y durante el encuentro ellas le hacían regalos.

Fue durante la Segunda Guerra Mundial que se puso muy de moda en EE. UU. y se realizaba como una forma amena y divertida de ayudar a los futuros padres.

En lugares como Argentina se le conoce como “Fiesta de Pañales” y en Costa Rica como “Té de Canastilla”.

En la actualidad, esta ceremonia se empieza a planear desde el inicio del embarazo, se espera con ansias y se procura resaltar su organización. Se lleva a efecto poco antes del nacimiento, y pueden ser varios baby shower, con la presencia de amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc.

El día 16 de marzo, la familia compuesta por Eduardo Poot y Greisy Tuz, con sus niñas Jimena y Elisa, tuvieron la grata sorpresa de que sus familiares y amigos les ofrecieron un baby shower, con motivo de la llegada de su tercera niña, que ya es esperada con alegría y a la cual llamarán Luz Ailany.

Durante varias horas compartieron de la ceremonia religiosa, donde entregaron, según el protocolo, obsequios como la biblia, el rosario, la oración, los chupones, el biberón, la sagrada familia, el ángel de la guarda, la vela, el oro, la mirra, la estampa de la virgen, el estuche de limpieza y muchos más.

Seguidamente, se hicieron los juegos personales de manera muy divertida, se degustaron golosinas y postres, y para cerrar este acontecimiento, se invitó a todos a saborear unos ricos tacos.

Se deseó lo mejor para la familia y el nuevo ser por llegar, y con el agradecimiento de ambos padres, culminó esta ya tradición vallisoletana.

(Ariel Sánchez Gómez)

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