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Yucatán

Doña Donatila, reconocida partera de Temozón

VALLADOLID, Yucatán, 7 de marzo.- El uso de la medicina tradicional indígena, incluidas las sobadas son los tratamientos más difundidos en Yucatán, práctica terapéutica realizadas en su mayoría por parteras empíricas.

Para conocer más sobre el tema me di a la tarea de entrevistar a Donatila Balam Canché, reconocida partera y sobadora de la Villa de Temozón, de 71 años de edad y 32 años de experiencia y de constante capacitación. Este noble oficio lo aprendió de su difunta suegra María Clotilde Cupul.

Las enfermedades que cura “En caso de las mujeres, puedo tratar el ciclo reproductivo, desarreglos relacionados con la menstruación, síntomas de la menopausia, hemorragias, el mal de ojo, la tos, el catarro, el asma, sarampión y los cuidados de posparto como vendar a la mujer para que la matriz vuelva a su lugar.

¿Qué plantas utilizas para curar? Utilizo varios brebajes hechos de yerbas nativas para tomar, para untarse o bañarse. Cuando ya, va a nacer él bebe utilizo la corteza del pixoy que es babosa, eso ayuda a las contracciones y facilita el parto. Para que baje la leche de la mama, le doy las hojas de ramón sancochadas para que tome cada tercer día. Igual realizo masajes para reducir los dolores musculares que se presentan durante el embarazo y sobo a las mujeres embarazadas para acomodar al niño. Algunos vienen sentados o atravesados, con los masajes los coloco en su posición natural para el nacimiento para facilitar los trabajos de parto. Como partera atiendo de dos a tres al mes.

Sobre las sobadas que realiza comenta “sirven para reposicionar un órgano o partes del cuerpo que están fuera de lugar. No es un masaje cualquiera, por ejemplo, si un paciente viene a consultar por malestar en el estómago, ardor en la garganta, acompañado por una sensación de estómago cerrado que impide a los alimentos seguir su recorrido y en algunos casos con diarrea y vómitos, inmediatamente le diagnostico que su cirro o tip’te’ (órgano” ubicado debajo del “tuch” ombligo) está fuera de su lugar. Este mal, viene por los pasmos, mucha gente toma agua fría cuando esta caloroso. Y eso les hace mal”.

¿Cómo detecta los pasmos? Al hundir las yemas de mis dedos de bajo del ombligo de los pacientes siento que el cirro brinca y mueve, quiere decir que no está en su lugar.

¿Y cómo le hace para que lo ponga en su lugar? Primero necesito tenerlo bien ubicado, para ello hundo mi dedo índice en el ombligo de la persona para sentir si está en su lugar, si no es así, le palpo el vientre para encontrarlo; debe de estar brincando, luego poco apoco lo arrastro hacia el centro y lo fijo con el pulgar presionando con fuerza el ombligo. Luego lo giro hacia la derecha nueve veces. A partir de ese momento la persona deberá sentir un alivio. Para que se cure del pasmo necesito realizar tres sesiones al paciente cada ocho días para acomodar el cirro”.

Finaliza la charla doña “Dona” diciendo que acuden a ella pacientes de los pueblos cercanos como Santa Rita, Hunukú, Valladolid y Xocén, pacientes que atiende en su domicilio ubicada en la calle 16 n. 46 de la colonia San Juan de esta Villa.

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