Pilar Faller Menéndez
Sale a la luz un escándalo sobre una secta denominada NXIVM, la cual se dedicaba, entre otras cosas, a la trata de blancas en el que están involucrados los hijos del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, pareciera una serie de Netflix, pero en este caso, la realidad rebasa la ficción y nos deja perplejos ante este tipo de crímenes en los que están involucrados gente de altas esferas políticas, demostrando con esto la podredumbre que todavía existe y que parece una plaga de cucarachas que no termina de extinguirse, porque salen de cualquier cloaca y están relacionados con todo tipo de ilícitos.
En un ensayo, el especialista en asuntos religiosos Bernardo Barranco, comentó que el término de secta es peligroso, ya que las religiones mayoritarias lo utilizan para desacreditar otros credos, pero el empleo de este término es una especie de definición operativa, a pesar de lo cual, el Estado en su carácter laico debe vigilar el cumplimiento de la normatividad contenida en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ya que muchas sectas practican crímenes en nombre de la salvación eterna, como abusos sexuales a menores, o persecución a quienes quieren desertar.
¿Qué es lo que lleva a las personas a ingresar a una secta? José María Baamoide, en la página Aleteia, propone algunas hipótesis al respecto: En primer lugar existe una angustia individual, ya que la comunicación interpersonal está quebrada tanto a nivel social como familiar, por lo que es más común que una persona que proviene de una familia con poca comunicación, ingrese a una secta, ya que el ser humano siente la necesidad de comunicar a otro una existencia más íntima.
Los movimientos, muchas veces llamados sectas, se aprovechan de la angustia que muchos viven por la falta de comunicación, para empezar su proceso de captación, es muy común que los integrantes de estos grupos hayan pertenecido anteriormente a otra religión con la que no se sentían involucrados y sí ignorados.
Las sectas hacen que sus integrantes se sientan escuchados y comprendidos, muchas veces es lo único que está buscando la persona, y parece encontrarlo en este tipo de organizaciones en las que sienten que salen del anonimato para convertirse en personas y tener un grupo de referencia. Este sentimiento provoca un efecto psicológico muy importante que puede convertirse en el primer paso para establecer un vínculo estrecho con la secta.
Lo anterior, fue una de las conclusiones de la cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se reunió en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, en el cual se tocó el tema de la pérdida de identidad de los feligreses.
Aunado a la angustia que provoca la falta de comunicación, aquellas situaciones límite como enfermedades, dolor y muerte, son aprovechadas por estos movimientos para privilegiar su acción proselitista, en cárceles, hospitales, o asentamientos marginales, los cuales sufren de esta angustia individual que se relaciona también con la angustia social, en la que aparentemente se tiene todo pero no existe un sentido en la vida.
Vivimos en una sociedad que ha fincado por años sus esperanzas en la ciencia y sus avances para salvar vidas, pero tristemente la ciencia se ha convertido en una bestia apocalíptica dedicada a sofisticar sus avances nucleares y armas de ataque, los cuales son privilegiados por sobre los avances médicos.
Ejemplos de falsos líderes religiosos existen muchos, uno de ellos fue el caso de Samuel Joaquín Flores, líder de la Luz del Mundo, que construyó en Texas un rancho valuado en casi dos millones de dólares y a quien se le denunció de abuso sexual y haber secuestrado y apuñalado a uno de sus integrantes.
Otro ejemplo que puede mencionarse, es el caso de los Defensores de Cristo, fincados en Nuevo Laredo, cuyo líder Ignacio González de Arriba, ofrecía a sus seguidores compartir 343 poderes mediante la imposición de sus manos, entre los que se encontraban curar todas las enfermedades, hacer ver a los ciegos, poder leer la mente, mantener comunicación con los ángeles, viajar al cielo o al infierno, así como poder generar un corazón nuevo.
Aunque se tache de ignorantes a los integrantes de estas sectas, es importante señalar la alienación que viven del mundo real, y el fanatismo en el que están inmersos y que comparten con los otros miembros, lo cual hace creer ciegamente en lo que el líder dice, porque realmente empiezan a creer que pertenecer al grupo puede llevarlos a la salvación eterna, que es lo que realmente están buscando.
El “Maestro Tito”, uno de los líderes de Defensores de Cristo, defraudó a una mujer que desde los once años había sido diagnosticada con artritis reumatoide, la cual la dejó en una silla de ruedas, cuya profesión era secretaria, y bajo la promesa de ser sanada le entregó la cantidad de 120 mil pesos a cambio de la promesa de curarla, cosa que nunca ocurrió. ¿Por qué ocurren estas cosas? Se preguntan muchos, probablemente sea lo último que una persona realiza por sanar, cuando ya lo ha intentado todo, y surgen los falsos profetas y curanderos que prometen imposibles a quienes se encuentran desesperados.
Un reportaje destaca el caso de la Iglesia Nueva Generación Internacional que se fundó en Tabasco, cuyos integrantes realizaron un ritual rociando aceite, jugo de uva y sal, a 23 piezas arqueológicas de más de tres mil años de antigüedad, en el parque museo de La Venta. ¿El objetivo? Se encuentra en el secretismo que sus miembros, bajo promesa, guardan.
La reportera Verónica Espinosa contribuyó con un valioso escrito sobre un hecho acontecido en El Charquillo, en San Luis Potosí, el 29 de diciembre de 1991, en el cual veinte adultos murieron encerrados en el Templo Monte de los Olivos. Algunos de los habitantes de ese poblado declararon a los reporteros que lamentaban no haber podido estar en el templo, ya que les hubiera tocado “una muerte divina”.
El periodista Isaín Mandujano narró el caso de Misiones Shaddai, secta fincada en Chiapas, la cual explotaba a sus feligreses imponiéndoles trabajos forzados e impidiéndoles cualquier comunicación con el exterior, así como la prohibición a los menores de asistir a la escuela, castigando con golpes a quienes incumplían con sus tareas.
Dos casos relacionados con grupos políticos fueron el de Casa sobre la Roca y Casitas del Sur, los cuales investigó en periodista Arturo Rodríguez, el cual narra que fue suficiente un sexenio para que Casa sobre la Roca extendiera su feligresía a niveles impensables, ya que de ser en 2002 un círculo de estudios que se reunían en una casa, pasó a ser una organización con presencia en 45 países, que con beneficios de cuotas de poder administraba programas asistenciales, la formación de mandos policiacos, e incluso tuvo integrantes en el Poder Legislativo, en donde pudo generar al menos una ley.
Hoy en día todavía pueden observarse en canales de televisión abierta programas de evangelización, en las cuales diversas agrupaciones difunden infomerciales para hacerse de adeptos, o bien, ofrecer servicios de sanación ofreciendo teléfonos para poder hacer citas, y curar los males, lo cual no ha podido ser erradicado, ya que existen lagunas legales en el país al respecto.
Muchas son las agrupaciones de este tipo como “Pare de sufrir”, “Nueva Acrópolis”, “Jesucristo Hombre”. Estos grupos religiosos que resultan destructivos se insertan en elites de poder, por lo que es falso que las víctimas sean solamente personas con poco criterio o ignorantes. Las sectas pueden llegar y han llegado a incidir en las políticas públicas y están dispersas en muchos sectores, por lo que es necesario tomar acciones que protejan, legislen y vigilen el bienestar de quienes deciden adherirse a ellas, para protegerlos de delitos escabrosos que se cometen en nombre del fanatismo.