Roger Aguilar Cachón
Para referirnos a la pasión y muerte de Cristo, debemos de ir más allá, esto es para podernos referir a las mujeres que lo acompañaron durante su vida y muerte. Siempre hemos pensado que las mujeres han tenido un papel importante en la historia y la religiosa no es aparte. Las mujeres han estado en los momentos especiales ya sea en la vida, muerte o bien antes del nacimiento.
Antes que naciera Jesús, el Cristo, tuvo que pasar muchos problemas antes de nacer y comenzar su labor salvadora, una vez que María, su madre, se casa con el carpintero José , ésta por medio de la gracia es elegida para que sea la Madre del Salvador, una vez embarazada, una de las primas de María la va a saludar, de nombre Isabel , quien al saludarla (Bendita tú, entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre), el niño en el vientre salta de gusto. Cabe destacar que la abuela de Jesús se llamó Ana y su abuelo Joaquín.
Seguramente había niñas y otras mujeres que estuvieron en torno de Jesús en su niñez y adolescencia, pero las que van a tener un papel histórico son aquellas que van apareciendo poco a poco durante la vida, pasión y muerte de Jesús. Se cuenta que entre sus primeros milagros (el primero fue la transformación del agua en vino durante una boda en Canaán), fue el de la resurrección de Lázaro cuando las hermanas de éste, María de Betania y Marta van a ver al Maestro y le dicen que si él hubiera estado con ellos habría evitado la muerte de su hermano Lázaro. Este, ni tardo ni perezoso, va hasta el sepulcro donde está sepultado, les dice que quiten la gran piedra que lo cubría y con voz fuerte dice “Lázaro, levántate y anda…”, acto seguido sale con las sábanas que cubría su cuerpo.
Durante su caminar, las mujeres siempre le salen al encuentro y las vemos en gran número por ejemplo cuando se hace la multiplicación del pan y de los peces, en el sermón de la montaña, entre otros sitios públicos. Su andar llama la atención, como se cuenta que la hija de Jairo es curada desde la distancia cuando éste le pide que la sane. Como sucedió con la mujer que solamente con tocar la ropa de Jesús sana de una afección femenina que había padecido por años.
Las mujeres han estado siempre procurando atención a los apóstoles, a él y a la multitud que lo seguía. Una de ellas muy importante y que le ofrece agua cuando pasaba cerca de un pozo es conocida como la Samaritana. Un momento importante en el trabajo de Jesús fue cuando en uno de sus viajes se dio cuenta que había una turba que estaba empujando y gritándole a una mujer a quien querían castigar por medio del apedreamiento, ya que ellos decían que era una pecadora, se trataba de María Magdalena, a quien Jesús la separa del gentío y al preguntar porque la castigaban, ellos les respondieron que porque era una pecadora, entonces él les lanza una sentencia “el que no tenga ningún pecado que tire la primera piedra”, nadie lanza alguna y Jesús le dice a María Magdalena o de Magdala, “vete, nadie te ha condenado, tus pecados te son perdonados”. Desde ese momento ella se convierte en una persona importante, ya que lo sigue y lo sirve, tanto que ofrece sus perfumes más caros para limpiarle los pies.
Una vez que fue capturado en el Monte de Jetsemaní o Hetsemaní o de los Olivos, las mujeres lo siguen en toda sus vueltas hasta que es condenado a morir en la cruz. Una vez que es dictada la sentencia, y comienza la Pasión propiamente dicha, las mujeres surgen a su paso. Durante su camino hacia el Gólgota, se topa con las mujeres plañideras o las que lloran durante su paso con la cruz a cuestas.
Mucho dolor causa su camino hacia el lugar conocido también como del Calvario, a su paso las mujeres lo llaman y piden por él, su rostro cubierto de sudor y sangre es secado y enjugado por una mujer que se encuentra en el camino, de nombre Verónica. Ella con un lienzo blanco le limpia el rostro, y una vez que sigue su camino, ella se da cuenta que el Divino Rostro ha quedado plasmado en su pañuelo o lienzo.
También se mencionan a otras dos, Juana y Susana, vecinas de Galilea quienes lo acompañaron durante todo el trayecto hasta el lugar de la crucifixión de Jesús. Cuando se lleva a cabo la crucifixión y ya está agonizando en la Cruz, los Evangelios y la iconografía religiosa nos remiten a la presencia de tres Marías que le lloran desde la parte baja de la cruz y que son, María (la madre, María Magdalena y María Cleofas.
Una vez que es sepultado, la mujer que da la noticia y a la que se le aparece por vez primera una vez resucitado Jesús es María Magdalena, quien había ido al sepulcro. No cabe duda que habrá más mujeres que al responsable de estas letras no las haya mencionado, pero para muestra un botón. Las mujeres han tenido un papel importante en la pasión de Cristo. Y que hoy en tiempos de Cuaresma es conveniente darles a conocer a mis caros y caras lectoras que siguen esta tradición.