Ningún ser humano se construye y llega a ser quien es en soledad ni siquiera por su propio genoma; por lo tanto, depende de sus relaciones y de la interacción con los demás, dijo la Dra. Inés Di Bartolo, que impartió un curso sobre Entrenamiento Internacional en el Centro de Estudios Clínica e Investigación Psicológica (CECIP), promovido por la Fundación América por la Infancia.
Explicó que durante el curso dividido en dos partes, las personas que trabajan con los niños y con sus familias, como psicólogos clínicos, educadores, médicos, psicopedagogos, etc. tuvieron acceso a las herramientas para poder entender mejor qué es lo que sucede en esas relaciones tan importantes entre padres e hijos que hacen la construcción más básica de quien es una persona.
Indicó que en el primer curso los participantes aprendieron sobre lo que se llama la Psicoterapia infanto-parental, que es trabajar con una perspectiva netamente sobre las relaciones y la vinculación y hablando sobre la manera en que se entrelazan las características de los padres y del hijo o de la hija y cómo se arman mundos paralelos que son no solamente lo que sucede en la relación sino lo que cada uno piensa que sucede en una relación y cómo toda esa complejidad enorme de mundos mentales y de mundos sociales e interactivos arman eso que puede terminar resultando, por ejemplo, en un niño que tiene un problema, que no es problema ni del niño o la niña ni solamente de los padres, sino un problema de la relación que uno tiene que comprender como tal y abordar como tal; entonces ayudar a los padres a entender en qué punto, por ejemplo, tienen elementos que no funcionan bien, porque no piensa bien el niño o porque los padres malinterpretan sus intenciones, porque no tienen en cuenta su momento evolutivo y eso siempre sucede por alguna razón porque los padres eso no lo entienden y a lo mejor son temas de su propia historia o a lo mejor son temas de estar en un entorno que no tiene el respeto hacia la niñez o donde los valores de autoridad pesan más que los de comprensión y sensibilidad”.
En el curso de ayer los participantes se dedicaron a estudiar una herramienta en particular que es un instrumento que a través del juego les permite conocer el mundo interno de los niños, pero con mucha sofisticación, “porque es una prueba donde se utiliza el juego, pero el juego se codifica según toda una serie de instrucciones que están en un manual: entonces uno presenta ciertas situaciones lúdicas con un muñeco y le pide al niño que a través de lo que responde en su juego, nos cuente como vivencia a sus figuras importantes, a las figuras importantes de su vida.
“Es un entrenamiento bien intensivo de este instrumento que se llama Historias lúdicas de apego, súper novedoso y es el único instrumento en este tipo que tenemos en Latinoamérica; esta técnica ha permitido conocer muy profundamente ciertas partes de la vida emocional de los niños que no llegamos a conocer, porque los niños no se expresan directamente en el lenguaje y es necesario conocer esas expresiones a través del juego, a través del dibujo, porque es un mundo que no entendemos muy bien; por lo tanto, está técnica nos permite hacer una traducción de ese mundo del juego, al mundo verbal para que nosotros podamos entender y así transmitir esa expresiones o acciones a los padres y darles una visión mucho más profunda de sus hijos y a nosotros a tener una visión más profunda de los niños y así usar los recursos que tenemos para poder ayudarlos mejor y ayudarlos en su crecimiento y a su desarrollo positivo, sano, comprensible, comprendido”, concluyó.
(Víctor Lara Martínez)