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Yucatán

Más allá de la simple aplicación del gel antibacterial

Roger Aguilar Cachón

Desde que la influenza AH1N1 apareció en nuestro medio hace algunos años (1993), las escuelas tuvieron que aplicar diversas acciones para evitar la propagación de la enfermedad, mediante algunos filtros que solamente consistían en ver si el niño o niña presentaba síntomas de fiebre y se les aplicaba únicamente a la entrada de la escuela (en la escuela donde trabaja el de la letra), hay que mencionar que estas medidas se comenzaron a llevar a cabo cuando la enfermedad ya se ceñía sobre nosotros.

En la actualidad y desde finales del año anterior (2019), en China se estaban comenzando a reportar personas que presentaban una enfermedad respiratoria contagiosa y que iba en aumento, se comenzó a conocer el nombre de coronavirus y posteriormente se le asignó una nueva nomenclatura COVID-19. Esta enfermedad estaba haciendo estragos ante la población china y los números de infectados comenzaban a ser preocupantes. Ya para la primera parte del mes de febrero, los números alarmantes y la propagación de la enfermedad comenzaba a traspasar fronteras.

Grande fue el número que reportó Italia de contagiados, España le seguía los pasos y mediante las personas contagiadas se comenzó a formar una especie de xenofobia ante todo aquello que viniese de Europa o de China. Comenzaron la implementación de medidas preventivas mediante la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta que en los últimos días se declaró una pandemia y todo comenzó a ser un caos.

Nosotros, desde las tierras del Mayab, veíamos lejanas las posibilidades que alguna persona yucateca se fuera a contagiar de esta nueva enfermedad, y se comenzaron a propagar falsas noticas acerca del Covid-19, como por ejemplo una que llama la atención y que si fuera cierto, en algunas partes del sureste y norte de México estaríamos a salvo, se decía que era un virus que no podía soportar el calor, posteriormente se desechó esa premisa. Lo cierto es que, sin lugar a dudas, es una enfermedad de tipo invernal y es muy probable que se quede así, como en su momento lo hicieron el dengue, influenza, chikungunya, zika y ahora el coronavirus. Pero no es así, ya se ha reportado el caso de una persona adulta que regresó de España y está infectada, identificada, aislada y con tratamiento. Así que ya hay, cuando menos, un paciente en nuestra tierra. Y en México se habla de más de 20 casos ya declarados.

Por medio de los diversos canales televisivos y en la prensa escrita, se han mostrado imágenes de ciudades en el extranjero, España, Italia y varias más, mostrando calles desiertas, donde era un ir y venir de personas diarias, completamente en la soledad. Las actividades culturales y deportivas en todo el mundo se han suspendido, la famosa procesión que algunas afamadas ciudades españolas hacían de Viacrucis han sido canceladas. Las actividades del Papa también lo han sido y él está bajo cuidado médico. En nuestro México, las actividades en que se congreguen personas han sido canceladas y algunos partidos de fultbol se hacen a puerta cerrada, sin público, y en los demás deportes como el béisbol, suspendida toda la precampaña (como en todo el mundo).

Estamos viviendo un momento de prevención, en consecuencia, la Secretaría de Educación Pública anunció ayer (sábado 14 de marzo), en rueda de prensa, donde estuvo presente el Subsecretario de Salud, medidas que hay que tomar en consideración para evitar la propagación del COVID-19 en las escuelas, comentando entre otras, las siguientes. Aunque hay que mencionar que cada una de esas medidas se puede poner a discusión, ya que siempre los que estarán expuestos a la enfermedad, son los maestros y personal de las escuelas. Ellos siempre están al filo de la navaja y no hay algún aliciente económico hacia ellos por el riesgo que su trabajo implica. Es necesario revalorar la labor titánica y expuesta de los maestros, a quienes en estos momentos no se les toma en cuenta. Y agregar en sus emolumentos algún tipo de gratificación por riesgos de trabajo; además, es necesaria la participación de padres de familia en estas acciones y medidas, ya que su labor redundará en la salud de sus hijos.

Es indispensable que los niños entren con las manos limpias, ya que a la entrada se les entregará un poco de gel para lavarse las manos, que los maestros corroboren, durante todo el tiempo en que los alumnos permanezcan en la escuela, que estén sanos, atendiendo el comportamiento y salud de cada uno de ellos.

Se supo que cada salón deberá de contar con una buena dotación de gel antibacteriano, guantes, tapabocas y termómetro para que los maestros puedan hacer esta labor, a menos que se use como antaño la palma de la mano para verificar si tienen o no calentura. Por experiencia propia, en la escuela del de la tinta, se economiza hasta lo máximo, aun cuando haya los insumos, para proveer a cada salón de lo necesario. También será necesaria la limpieza de los salones con materiales desinfectantes tanto para las sillas, y espacio que el maestro ocupa como para todo lo que las manos de los alumnos puedan tocar. Labor muy complicada.

Participación de los padres de familia en estas labores de prevención, se creará o debe ya de estar conformada una comisión de ellos que estén con él personal administrativo y docente en estas labores, con el fin de coadyuvar a dinamizar las dos anteriores acciones.

Esto será interesante ver, ya que anteriormente, los padres de familia, en caso específico en la escuela del de la letra, solamente aparecen a inicios de ciclo escolar para cobrar las cuotas de inscripción. Muchos de los docentes de la escuela anteriormente mencionada, desconocen quiénes la conforman, esperando que en esta ocasión, no sea motivo para la venta de materiales como desinfectantes tanto para espacios como para las manos (llámese gel antibacterial). Son medidas que tienen un solo propósito: evitar la propagación de la enfermedad COVID-19.

Sin embargo, en vista de las circunstancias, la Secretaría de Educación Pública ha determinado –aun cuando hoy lunes se corre el día inhábil del 21 de marzo– adelantar las vacaciones de primavera (Semana Santa) a partir de mañana martes 17, hasta el 20 de abril. Se trata, además, por todos los medios de evitar espacios donde las personas concurran y la enfermedad sea más fácil de contagiarse, pero ante esto se deben unir esfuerzos para que lugares públicos, como parques, supermercados, cines, estadios, cierren sus accesos durante este tiempo, así como evitar salir a vacacionar, aunque se anunció adelanto de vacaciones, cuando lo ideal debió de haber sido suspensión de labores por contingencia del COVID-19.

El de la letra considera que tomando en cuenta las anteriores medidas y con las precauciones que se tomen en cada familia, se podrá evitar más contagios. Es necesaria la participación familiar, la responsabilidad de cada uno de nosotros, caras y caros lectores, para hacer frente a esta enfermedad que se cierne entre nosotros.

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