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Yucatán

Cae demanda de bienes en todas partes

A pesar de que las palanganeras venden barato frutas, flores, hortalizas y otros alimentos se quejan de tener poca venta por la contingencia sanitaria.

El mercado Lucas de Gálvez, que normalmente está lleno todos los días, ayer estaba prácticamente vacío.

Mari, que vende rábano, lechuga, cilantro y limón dijo que sus ventas han caído mucho y aunque las autoridades digan que hay que permanecer en casa ella no puede, pues de hacerlo moriría de hambre y no por coronavirus.

Su compañera expresó que tiene que trabajar porque vive al día; otros se pueden quedar hasta dos meses sin trabajar pero en su caso no lo puede hacer; al igual que Mari vende hortalizas y chile habanero a buen precio, pero ahora hay poca demanda.

Wilberth González tiene un puesto de tomate, cebolla y limón, que vende a 11, 15 y 10 pesos el kilo, respectivamente; estos precios, comparados con los de los supermercados son económicos; comentó que desde comenzó la cuarentena disminuyeron sus ventas.

En otros puestos de los mercados San Benito y Lucas de Gálvez el kilo de tomate cuesta entre 9 y 12 pesos y la cebolla, entre 15 y 17 pesos.

El kilo de huevo en el Lucas de Gálvez está a 28 pesos si está manchado y a 33 pesos si es blanco; poca gente compraba ayer este producto, cuyo abasto es suficiente.

Golpea a todos

Herminia Collí López vende tamales, pibitos y pedazos de brazo de reina; dijo que ha reducido la cantidad de productos, pues no está vendiendo lo que acostumbra.

Por la misma situación pasan los carniceros, puestos de comida y venteras de flores, entre otros.

Alrededor del mercado San Benito, sobre las calles 54, 69 y 56 hay varios puestos de comida en los que predomina la venta de cochinita, carne asada, relleno negro, salbutes y panuchos; ayer solo unos cuantos puestos abrieron y los que lo hicieron tenían pocos clientes.

Gaspar Balam, de la “Taquería Tetiz”, vende lechón y cochinita; comentó que antes de la crisis del coronavirus vendía a diario 35 kilos de producto, ahora lo más que vende es 25 kilos.

A diferencia de los mercados, las tiendas de autoservicio dan caras las hortalizas; el kilo de tomate, por ejemplo, está a más de 20 pesos; la cebolla está entre 18 y 20 pesos el kilo, según el supermercado.

El huevo se vende por cartones de diferentes cantidades: los hay de 30 piezas cuyo precio está entre 67 y 70 pesos, dependiendo la marca; los de 18 piezas valen aproximadamente 35 pesos; de 12 piezas, 24 pesos y de 8 piezas vale cerca de 15 pesos.

Cabe mencionar que, en los supermercados, para evitar que la gente especule con los alimentos y los productos de higiene tienen ciertas restricciones. En Chedraui, los cartones de huevo se venden a sólo dos por familia; los jabones de baño a 6 por familia; el papel higiénico hay de varias marcas, pero también se condiciona; los geles y cubrebocas están agotados; de jabones líquidos sólo habían 12 piezas en la tienda de la Itzaes.

En Aurrerá la situación es similar en cuanto a productos de higiene. Para adquirir artículos que escasean las personas tienen que ir a buscarlos en el departamento de Servicio al Cliente. En esta tienda del gel anti bacterial sólo había en la presentación de 50 mililitros, el precio es de dos por $29; lo jabones líquido están por arriba de los $30 y el papel higiénico sí había suficiente, pero de las marcas de alto precio; las económicas ya se habían agotado.

En Sam’s apenas el sábado surtieron los productos ya citados, pero ayer se agotaron de nuevo.

Medidas sanitarias

En lo que se refiere a medidas sanitarias todos observan ciertas medidas. En Chedraui hay un empleado que proporciona gel antibacterial a los clientes; hay letreros por todas partes en el que se informa al cliente que puede consultar las medidas de higiene para prevenir el Covid-19 y se les pide mantener una sana distancia, acudir individualmente a comprar, evitar llevar niños y personas de la tercera edad y pagar preferentemente con tarjeta de crédito.

En las cajas colocaron marcas de un metro de distancia entre persona y persona, además ya no cuentan con los cerillos que generalmente son adultos mayores, por lo que el cliente tiene que empacar su mercancía.

En Aurrerá hay un bote de gel en la entrada para que el cliente lo utilice, también hay letreros por todos lados y constantemente se vocea que los clientes adopten las medidas ya citadas.

En Sam’s las acciones son similares a las de las otras tiendas de autoservicio.

(Texto y foto: Elena Gómez)

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