Roldán Peniche Barrera
Pasados unos días de la develación de su busto en la Dirección General de Bellas Artes, un solidario grupo de amigos y parientes desayunó el pasado domingo 10 del corriente en un hotel de la ciudad con el homenajeado. En el evento quedó demostrado el gran afecto que todos sentimos por uno de los grandes maestros de grabado del siglo XX.
Recuerdos del Maestro
Conocimos a don Emilio muchos años atrás, pero no fue hasta que comenzamos a asistir a sus clases en el viejo edificio de Bellas Artes de la calle 59, al mediar los años sesenta, cuando forjamos una amistad indestructible con él. Fue una amistad de mesa de café, de la hora de la cerveza, de una buena comida o simplemente de la charla informal que no lo era tanto puesto que acabábamos hablando de arte y de sus excelentes grabados. Por los años setenta fuimos invitados por el profesor Antonio Betancourt Pérez para dirigir el suplemento cultural SINTESIS del Diario del Sureste, rotativo que D. Antonio tenía a su cargo. Solíamos escribir uno que otro cuento para el suplemento, cuentos que ilustraba con mano maestra el Mtro. Vera. Por aquellos días también colaboraba con ilustraciones satíricas para la Carta Peninsular dirigida por el ya citado D. Antonio.
Su admirable faceta como maestro
Sin desdoro de su enorme capacidad de grabador (y pintor también, que lo era, así como ilustrador de portadas y de placas de cine), D. Emilio destacó como un notable maestro de su arte. Todavía poco antes de jubilarse, solíamos acudir por la pura plática a su taller situado en el primer piso de la EBAY, siempre rebosante de discípulos de todas las edades tratando de abrevar de las sabias instrucciones del Maestro. Hoy, a sus 97 años, gracias a su lúcida memoria, recordábamos aquellas sesiones inolvidables.
Pero volvamos al eufórico desayuno del domingo 10, al que asistieron entre otros personajes el ex secretario de Cultura, D. Renán Guillermo y esposa; el ex director de Artes Plásticas, Mtro. May Tilán; el Mtro. y escritor Luis Pérez Sabido; el orador, poeta y micronarrador, D. Emeterio; el notable escultor Paccelli (autor del busto) y esposa, etc. Desde esta columna va nuestras felicitaciones al homenajeado y a su distinguida esposa doña Guille.