Fieles a las tradiciones, las amas de casa ya se preparan para despedir a las ánimas en el último día del mes de noviembre, para lo cual se instalarán altares en las casas y se cocinarán guisos variados para ofrecérselos en este adiós de cada año.
Por ello, las vendedoras y locatarios del mercado municipal de Acanceh confían en que haya buenas ventas durante el fin de semana, tal y como ocurrió los días 31 de octubre, cuando se conmemoró el Día de las Ánimas chicas, el 1 de noviembre, para las ánimas grandes, y el 8, para el bix de los finados.
Como se sabe, en muchas localidades de Yucatán aún se respeta la tradición de que en el último día de noviembre se despide a las ánimas con el armado de los altares del Hanal Pixán, en los cuales se colocan guisos, dulces y frutas, sin faltar rezos y oraciones en las mesas.
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En el mercado municipal, las vendedoras y locatarios ya están preparados para que en estos días atiendan a las personas que acudan a realizar sus compras, lo cual les dejará buenas ganancias.
De acuerdo con la vendedora Graciela Pech, cada año para estas fechas hay mucho movimiento con la gente que llega para adquirir lo necesario para sus altares en casa.
“Ojalá que venga gente; tenemos frutas, verduras, dulces tradicionales, hojas de plátano para los que hacen pibes o tamales, y estamos preparados para todo lo necesario”, indicó la mujer.
De igual manera, los vendedores de carnes dijeron estar listos para atender a la clientela.
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“Muchos compran pollo y puerco para hacer guisos como el puchero. Hay quienes preparan frijol blanco, ibes o espelón, o pibes y tamales para poner en la mesa y ofrecerlos a las ánimas que ya se van. El 30 es el último día que estarán entre nosotros”, señaló Armando Chalé.
Los oferentes indicaron que luego de que principios de mes se conmemoró a los fieles difuntos, las ventas bajaron considerablemente, y por eso esperan que en estos días aumenten otra vez en la despedida de las ánimas.
De acuerdo con Tomasa Puc Hoil, cada año para este fin de mes se instalan de nuevo los altares en las casas para ofrecerles a las ánimas comida, dulces y panes. “Así es la tradición en el pueblo. Se despide a las ánimas que regresan de donde vinieron. Ya se van y volverán dentro de un año”, dijo la mujer.