Habitantes de la comisaría de Xpanhatoro denunciaron públicamente la presencia de un mono araña agresivo que ha invadido el Centro de la comunidad durante más de un año, generando temor entre la población.
Los vecinos aseguran que el animal ataca tanto a las personas como a los perros, y expresan su preocupación de que pueda lastimar a algún menor que salga a jugar en espacios públicos.
De acuerdo con los testimonios, el mono proviene de la zona de monte alto de Xpanhatoro y frecuentemente se desplaza hacia la plaza principal y áreas habitadas. “Nadie puede acercarse al sitio donde está, porque lanza piedras o corre a la gente de manera agresiva, como si fuera una persona”, señalaron los vecinos.
El impacto del mono araña sobre los animales domésticos también ha sido significativo. Desde su aparición, perros pequeños han sido atacados o asesinados, mientras que ejemplares de mayor tamaño también han sufrido agresiones antes de que el primate se refugie en las ramas de los árboles, fuera del alcance de los canes y pobladores.
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Además, se han registrado ataques a personas, principalmente a mujeres que transitan por la comunidad para realizar compras o diligencias, lo que aumenta la preocupación sobre la seguridad de los niños. Los vecinos temen que el animal pueda aparecer de manera inesperada en los parques o campos de juego y lastimar a algún menor.
La población está dividida respecto al mono araña: mientras algunos buscan protegerlo por considerarlo parte de la fauna local, otros lo ven como una amenaza que limita la libertad de los niños y genera riesgos para sus mascotas.
Por ello, los habitantes de Xpanhatoro solicitaron la intervención de autoridades especializadas, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para capturar al animal. La idea es trasladarlo a una zona más alejada de la población o a un centro donde pueda recibir los cuidados y alimentación necesarios, garantizando tanto la seguridad de la comunidad como la preservación del mono.
Los vecinos esperan que, con la intervención de las autoridades ambientales, se pueda resolver la situación sin poner en riesgo a los niños, adultos y animales domésticos, al tiempo que se protege la fauna local que, si bien es parte del ecosistema, no debe representar un peligro para la población.