
De entre la amplia variedad de aves que habitan en la Península de Yucatán, destaca una a la que los antiguos mayas nombraron Toh. En el estado pueden encontrarse dos especies, el momoto cejas azules (Eumomota superciliosa) y el momoto corona azul (Momotus lessonii), aves caracterizadas por sus intensos colores y cola larga.
A la primera especie se le asocia con cenotes, en donde suele anidar, por eso es considerado un indicador de la presencia de cuerpos de agua. Incluso se le puede observar en áreas urbanizadas, en donde suele percharse en árboles o incluso cables. Por otro lado, la segunda, es menos común, ya que prefiere hábitats más conservados.
Ambas variedades se encuentran sujetas a simbolismos, creencias e historias propias de los pueblos mayas. El Toh forma parte elemental de los relatos narrados por los abuelos, quienes los podían observar en los montes. Incluso al día de hoy, a pesar de la degradación de las selvas, es posible avistarlos mientras saltan de rama en rama y se ocultan entre la vegetación.

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La leyenda del pájaro Toh
La antigua leyenda cuenta la historia de un pájaro Toh, una de las aves más bellas del reino, quien resaltaba entre las demás debido a su cola majestuosa y colorida, que lo hacía sentir orgulloso y vanidoso. Un día, el búho advirtió que una peligrosa tormenta se acercaba, por lo que el resto de los seres emplumados se reunieron para crear un refugio.
Toh se negó a ayudar, alegando que era un "aristócrata, no un obrero". Cuando las primeras gotas comenzaron a precipitarse a la tierra, el ave encontró una pequeña cavidad entre las rocas, en donde logró refugiarse. Mientras dormía, su enorme cola permaneció expuesta ante la poderosa lluvia, lo que provocó que se arruinara.
Avergonzado por la pérdida de su cola y su soberbia, se refugió en una cueva y se negó a volver a salir, convirtiéndose en un recluso en la selva. La leyenda se convirtió en un símbolo de humildad y solidaridad para los mayas, que lo asociaban con la importancia de ayudar a los demás y no dejarse llevar por el orgullo.